La Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI, más conocida como ANDI Alimentos, publicó hace unos días su informe anual en el que describe el comportamiento del gasto en alimentos de los hogares colombianos durante el 2023. El estudio de consumo fue realizado en colaboración con la firma Raddar.
En términos generales, el informe analiza cómo evolucionó el gasto en los alimentos de la canasta ANDI, es decir, los gremios dedicados al procesamiento y comercio de comidas. La cifra total indica que durante el 2023, los colombianos se gastaron $238,8 billones de pesos en alimentación, de los cuales $ 98,2 billones de pesos fueron para productos de la ANDI Alimentos.
En este sentido, se estableció que para alimentación, los hogares colombianos destinaron, en promedio, un 38,33% de sus ingresos mensuales, es decir, $839.124 pesos. No obstante, los hogares de ciudades como Neiva (49,43%), Barranquilla (44,33%) y Cartagena (43,99%) fueron los que más ingresos destinaron a alimentos. Pero en la comparación per cápita, las ciudades que más invirtieron en alimentos fueron Bogotá, Cali, Cartagena, Medellín y Neiva, en los primeros cinco puestos.
Así mismo, el estudio mostró una mejora en la capacidad para adquirir productos en casi todas las categorías de consumo, gracias a que los precios dejaron de aumentar en comparación con el año anterior, mejorando las finanzas de los consumidores. De acuerdo con la información registrada, esta recuperación se dio especialmente por la temporada navideña, la desaceleración en la inflación y un mayor poder adquisitivo real del salario mínimo en relación con los períodos anteriores.
Por otro lado, se analizó la periodicidad en la que adquieren alimentos los colombianos. En este aspecto, se notó un incremento en las compras diarias comparadas con las semanales. Esto indica que las familias están realizando sus compras a medida que van agotando sus productos, en detrimento de las grandes compras para abastecerse por largos períodos. Para los analistas, esta modalidad de compra puede responder a sus necesidades de consumo.
El informe también evidencia que un 17,9% de los compradores colombianos perciben la calidad de los alimentos como un factor decisivo a la hora de comprar productos, en comparación con el 2022, cuando solo el 13,2 % tenían esa percepción. Así mismo, creció la tendencia respecto al precio, el 11,5% otorga importancia a esta variable, frente al 6,9% registrado el año anterior.
En este sentido, el informe explica que “los compradores esperan el mejor momento para adquirir sus productos y están a la espera de que bajen sus precios”. De modo que buscan comprar alimentos en coherencia con la variabilidad de los precios y las circunstancias.
Para el 2023 se evidenció que los lugares preferidos por los colombianos para comprar alimentos son las tiendas de barrio (53,6%), los supermercados (21,2%) y los Hard Discount (12,35%). Al parecer se está perdiendo la tradición de acudir a las plazas de mercado populares.
La inflación y los desafíos económicos de cada hogar determinan el poder adquisitivo. Sin embargo, en el informe, es común denominador el aumento de compras de alimentos diariamente, o 2 y 3 veces por semana, que se replica en todos los niveles de ingresos.
Clases de alimentos más comprados
Los alimentos más comprados por los hogares colombianos fueron los cárnicos y sus derivados (7,18%), la leche y sus derivados (3,88%) y los productos de panadería (1,97 %), que representaron más de $78 billones de pesos durante el 2023. Los colombianos optaron por consumir productos de origen animal que proporcionan proteínas de alta calidad, diversos ácidos grasos esenciales, hierro, calcio y zinc.
Al respecto, Camilo Montes, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI, manifestó: “Este comportamiento de los colombianos al comprar alimentos nos motiva a seguir entregando portafolios variados de cara a las necesidades de los hogares. Seguimos trabajando en la entrega de alimentos con valor agregado mientras seguimos aportando con la generación de empleo, así como el fortalecimiento de la cadena de abastecimiento de los hogares que comienza en las veredas, pasando por centros de acopio, plantas de producción, centros de distribución, supermercados y tiendas de barrio”.