La ley de financiamiento y ahora el Plan Nacional de Desarrollo entregaron nuevas herramientas para impulsar la economía naranja, uno de los propósitos del actual Gobierno.
Cali y el Valle del Cauca pueden sacar el mayor provecho de estos beneficios, pues se trata de una región que ha logrado desarrollar las industrias culturales.
De acuerdo con información de la Alcaldía, el tejido empresarial de economía creativa de la ciudad sin incluir al sector tecnológico, textil y de educación, refleja que el número de empresas culturales asciende a 2630, de las cuales el 95,1 % (2500) de las sociedades son micro, el 4,3 % son pequeñas, el 0,6 % son medianas y el 0,1 % son grandes compañías.
Asimismo, el 52,5 % de compañías de las industrias creativas son de diseño; el 14,8 % de artes escénicas; el 9 % de artes visuales y le siguen sociedades de audiovisuales, libros y publicaciones, músicas, entre otras.
De igual forma, la Cámara de Comercio de Cali (CCC) tiene identificadas cuatro cadenas productivas, conformadas por un total de 4994 empresas vinculadas al sector de Industrias Tecnológicas y del Conocimiento. Estas compañías generaron ventas de alrededor de US$1707 millones el año pasado.
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¿Cuáles son los beneficios?
La Ley de financiamiento otorgó incentivos para los emprendedores de la llamada economía naranja.
Por ejemplo, por un periodo de siete años quienes inicien nuevos negocios en este sector estarán exentos de impuesto de renta, si cumplen con algunas condiciones, entre ellas que su objeto social exclusivo sea el desarrollo de industrias tecnológicas y creativas y que generen al menos tres empleos.
Asimismo, en el Plan Nacional de Desarrollo se aprobó la creación de las Áreas de Desarrollo Naranja (ADN), que son espacios geográficos delimitados en el territorio, que tienen como objeto incentivar y fortalecer las actividades culturales y creativas.
Los municipios son los encargados de seleccionar y determinar estas zonas y, además, tienen la posibilidad de otorgar beneficios tributarios y estimular la localización de actividades culturales y creativas en los espacios identificados y crear un ambiente que permita atraer la inversión, por ejemplo, con exenciones del impuesto predial por un tiempo establecido, la exención de un porcentaje del impuesto por la compra o venta de inmuebles y beneficios en el pago del impuesto de delineación urbana.
Cali ya tiene algunos proyectos en desarrollo como el Centro de Danza y Coreografía “La Licorera”. A esa iniciativa se le han invertido $1425 millones en diseños y para la fase dos el Ministerio de Cultura aportó recursos en la vigencia 2018 por $12.308 millones. Estos dineros se invertirán en salas de danza, espacios de acondicionamiento físico y remodelación del complejo.
El proyecto también recibirá recursos del Sistema General de Regalías por valor de $4537 millones.
Javier Cardona, CEO de la plataforma de consultas médicas 1doc3, aseguró que a Colombia todavía le faltan esfuerzos para estar a la vanguardia en materia de economía naranja, pero destacó los estímulos actuales.
“Todos los esfuerzos que se están haciendo son una apuesta a largo plazo. Si nos demoramos en empezar, vamos a llegar tarde, nos van a ganar los vecinos y no podemos olvidar que en esto ya no hay fronteras”, dijo.
Cardona, quien acompañó al presidente Duque en su reciente visita al Silicon Valley, considera que esta nueva revolución industrial requiere una adaptación del sistema educativo: “Ni Colombia ni ningún país de Latinoamérica tiene el personal capacitado que se necesita. No podemos seguir formando solo administradores y contadores”, dijo.
¿Qué hace falta?
Los expertos reconocen la importancia de los incentivos a la economía naranja, pero advierten que se requiere más que unos alivios tributarios para que despegue el sector. “Siento que en lo previsto en el plan de desarrollo y en los incentivos tributarios de la ley de financiamiento hay avances, pero siguen siendo tímidos. Aún falta conocer más de estas políticas y a quiénes van a beneficiar”, afirmó Santiago Trujillo, director de la Maestría en Gestión y Producción Cultural y Audiovisual de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Trujillo explica que en una política orientada a impulsar este sector es clave tener en cuenta varios factores que dificultan su desarrollo, como el hecho de que el consumo de contenidos culturales en el país, pese a que ha aumentado es insuficiente para dinamizar la industria y falta formación.
2630
empresas relacionadas con industrias culturales tiene Cali, según estimaciones de la Alcaldía.
232
compañías caleñas trabajan en el sector audiovisual, de las cuales 205 son microempresas y 21 pequeñas.
3%
del PIB colombiano lo aportan las empresas de economía naranja, según datos del Gobierno.