En el mundo complejo de las finanzas y los mercados, las deudas pueden tener un impacto profundo y duradero en la salud financiera de individuos, empresas y hasta naciones enteras. Entre los términos que resuenan en los círculos económicos, “deuda tóxica” se alza como una sombría advertencia de problemas inminentes, por lo que es importante conocer sus implicaciones y cómo podría llevar al borde de la quiebra a quienes se ven atrapados en este problema.
¿Qué es una deuda tóxica?
La deuda tóxica es un término que se refiere a la carga del pago de una obligación que se ha vuelto excesivo en relación con los recursos y la capacidad de generar ingresos. Es como un préstamo que, con el tiempo, comienza a corroer la capacidad de pago del deudor, debido a que solo está realizando el pago de interés y lo obliga a dejar gran cantidad de su dinero para cubrir esta obligación.
A menudo, la deuda tóxica surge cuando se han tomado préstamos en exceso y las condiciones económicas cambian de manera inesperada. Por ejemplo, una empresa puede endeudarse en un período de crecimiento optimista, pero si se encuentra con dificultades financieras debido a una recesión o a una mala gestión, esos préstamos pueden convertirse en una carga insostenible. Del mismo modo pasa con las personas naturales, quienes toman un préstamo y creen que pueden solventarlo pero finalmente terminan por endeudarse más para lograr cubrirlo.
Las señales de peligro
Existen señales reveladoras que indican la presencia de una deuda tóxica. Estas incluyen:
- Servicio de deuda abrumador: Si el monto de los pagos de intereses y capital de la deuda supera significativamente los ingresos disponibles, es una señal de que la deuda ha superado la capacidad de pago del deudor.
- Dependencia continua de préstamos: Si una persona toma nuevos préstamos para pagar deudas anteriores, puede ser un ciclo peligroso que agrava la carga financiera.
- Falta de recursos: Si no hay suficiente flujo de efectivo para cubrir los gastos después de pagar los intereses y la deuda, la salud financiera está en peligro.
Según expertos, las causas de la deuda tóxica pueden variar, pero a menudo están relacionadas con decisiones financieras arriesgadas que pueden tener efectos devastadores en la estabilidad financiera como limitar el crecimiento económico y llevar a recortes drásticos en sus gastos personales.
La búsqueda de soluciones
La gestión de la deuda tóxica es un desafío complejo que requiere decisiones difíciles. Las soluciones pueden incluir la renegociación de términos con los acreedores, la reestructuración de la deuda, la venta de algunas propiedades no esenciales, entre otros.
La mejor manera de lidiar con la deuda tóxica es prevenirla. Tomar decisiones financieras prudentes, evaluar el riesgo antes de tomar préstamos y mantener un equilibrio entre los pagos y las obligaciones son pasos esenciales para evitar caer en esta trampa financiera.
Ante todo esto, es necesario que las personas tengan en cuenta los riesgos antes de meterse en una deuda, pues a lo largo de los plazos de pago se debe mantener un enfoque disciplinado en la gestión de cómo se paga el préstamo y esto puede ser la clave para garantizar la estabilidad financiera y evitar los peligros del abismo de la quiebra.
Es por ello que los expertos recomiendan planificar sus gastos y tener el control sobre los mismos para así evitar caer en este tipo de deudas tóxicas que resultan desorganizando la forma en cómo piensa desarrollar su futuro.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.