Algo común para la clase trabajadora en Colombia es que a medida que se va llegando a los últimos días de la quincena o del mes, el monto residual que queda del sueldo parece insuficiente.
Al hacer memoria, las personas simplemente no saben cómo se consumió todo su salario, no lo recuerdan, o en casos extremos, aseguran que ellos no hicieron gastos adicionales y que el dinero solo desapareció, como por arte de magia, de su cuenta bancaria.
Salvo contadas excepciones, es muy improbable que esto último ocurra, por lo que la posibilidad principal que explica lo ocurrido apunta a que después de los primeros días de haber recibido la paga, el trabajador hizo gastos o compras “pequeñas”, que de forma acumulada generan un importante monto, pero que de manera unitaria se hacen difíciles de recordar para la persona.
Estos son algunos de los gastos que podrían estar generando esta situación:
Compras de productos de marca
Esto no es algo malo de por sí, lo que ocurre es que en muchas ocasiones los trabajadores acuden a comprar objetos o prendas de las marcas mejor valoradas que, ya sea por gusto o vanidad, no son realmente necesarias.
En estos casos, puede que en el mercado existan otras tiendas que vendan productos muy similares, con las mismas características y funciones a precios mucho más bajos, lo que sin duda será más beneficioso para el bolsillo.
Salir a comer por fuera todos los días
Probar comidas nuevas, salir de la monotonía y calmar ese antojo que lleva represado hace días son buenas razones para ir a un restaurante a comer. Realmente, no se necesita un gran motivo para hacerlo, sin embargo, existen quienes realizan esta actividad tres o cuatro veces a la semana, incluso todos los días, lo cual no es muy recomendable.
En los restaurantes no solo están cobrando la comida que se está consumiendo, para lo cual suelen usarse insumos de valor si se visitan muy buenos lugares, también están cobrando el tiempo y esfuerzo del cocinero, la agilidad de respuesta y atención de los meseros y, además, suele dejarse una propina.
Este es un buen plan, pero si lo que se quiere es conservar una buena relación financiera con el sueldo, será más beneficioso comprar los insumos por cuenta propia y prepararlos en casa.
Gastos pequeños/hormiga
Puede que las personas aseguren, casi ciegamente, que no son de las que hacen gastos ‘hormiga’, sin embargo, es muy común que esto ocurra.
Sucede en ese día caluroso en el que no se ve tan mal gastar poco dinero en una botella de agua o un helado; hacer una salida “económica” para tomar un café, pasar por una panadería o pastelería y quedar antojado de algún producto pequeño.
Todo esto, de manera individual, no es perjudicial para las finanzas personales, pero si se contabilizaran de forma conjunta todos estos gastos, fácilmente se podría observar cómo pueden estar entre los 50.000 y los 100.000 pesos, o incluso más, algo que para sueldos no muy altos y los últimos días de la quincena puede ser una gran ayuda.
Ahora bien, no se trata de no hacer estas compras, sino de llevar bien contabilizado lo gastado y saber en qué punto es necesario decir “no más”.
Aprovechar las promociones
Sin duda alguna, las promociones se hicieron para aprovecharlas y comprar de forma más económica las cosas. El problema aquí radica cuando la promoción hace mucho más atractivo un producto que no es realmente necesario.
Muchas personas dirán, como ya lo han hecho en redes sociales, que “para eso trabajan”, que “se lo merecen” o que “la vida es solo una”. Todo esto es válido, pero es importante ser responsable y saber hasta qué punto perjudicarán económicamente estos gastos.
Además, existen casos en los que se aprovechan esas promociones con tarjetas de crédito, lo cual hará que a la larga se termine pagando el mismo valor inicial o hasta más por un producto determinado, esto debido a los intereses, por lo que no deja de ser fundamental recordar que lo que se quiere es llegar a fin de mes sin sufrir estrés o tener que pedir préstamos para llegar al último día.