No es un secreto que la empresa Falabella atraviesan por un mal momento impulsado, entre otras cosas, por la crisis económica por la que está atravesando el país, llevando a que se generen rumores sobre la posible salida de Colombia de las tiendas que la conforman, como el banco, los seguros, centros comerciales y la recién llegada Ikea.
Recientemente, se conoció que la empresa produjo una reducción de alrededor de 400 trabajadores en la nómina de tres países donde opera la marca, Colombia, Chile y Perú. En su momento, explicaron a la revista Semana que se debió a que “la gestión organizacional es una parte integral de nuestra compañía, lo que implica una revisión constante de nuestras operaciones y estructuras para adaptarlas a diversos escenarios y mantener nuestra estrategia a largo plazo”.
Ese despido masivo incrementó los rumores sobre su salida y ahora, con el 2024 a pocos días, se empezó a especular de que este año la empresa se despediría; sin embargo, en diálogo con El Tiempo, Rodrigo Fajardo, quien lidera la operación en el país, aseguró que “como grupo le apostamos fuertemente a Colombia y nos interesa mucho que al país le vaya bien y estamos volcados a mantenernos acá. Nunca hemos tenido la mínima intención de salir de Colombia con algunos formatos”.
Además, aunque reconoció que este ha sido un año desafiante y ha bajado el tráfico en los centros comerciales y tiendas, los últimos dos meses le han dado un pequeño respiro a la crisis y están trabajando en un centro de distribución de 80.000 metros cuadrados en Cota que estaría proyectado a 40 años.
De otro lado, el mes pasado, la Delegatura para Asuntos Jurisdiccionales de la Superintendencia de Industria y Comercio, impuso multas que superan los $ 116 millones de pesos a Falabella y dos firmas constructoras, a los que les comprobó que afectaron gravemente los derechos de los consumidores demandantes, quienes, además, también deberán ser indemnizados.
Según se conoció, se encontró que el almacén incumplió con la efectividad de la garantía ante las fallas reiteradas de un celular adquirido por un consumidor; por la falta de calidad e idoneidad del equipo, y porque no se tuvo en cuenta el segundo ingreso por falla técnica del celular adquirido.
“La multa (de $ 11.160.000) impuesta está fundamentada en la negativa del almacén a realizar el reintegro del valor pagado por el producto, o el cambio de este, pese a que presentó defectos reiterados de calidad e idoneidad”, detalló en un documento.
Asimismo, este año, la empresa también tuvo que lidiar con otra multa de la Superintendencia de Industria y Comercio, de 153 salarios mínimos legales vigentes, es decir, $177.4 millones, porque habría incumplido los tiempos de entrega de los productos adquiridos por los consumidores a través del comercio electrónico.