Mientras continúan las protestas en las calles de Francia, los diputados de ese país debaten hoy dos mociones de censura contra el gobierno de la primera ministra Élisabeth Borne, que busca tumbar la impopular reforma de las pensiones.
La adopción de una moción de censura en la Asamblea Nacional (cámara baja), algo que se anuncia difícil por los equilibrios parlamentarios, es la única manera de impedir la adopción de la reforma, que ya provocó disturbios puntuales el fin de semana.
"Las manifestaciones sindicales tradicionales no han funcionado. No nos han escuchado", dijo Lionel Le Roy, sindicalista que se encuentra junto a unas 50 personas bloqueando la incineradora de residuos en Brest (extremo oeste).
Pese al rechazo popular y las mayores protestas contra una reforma social en tres décadas, el presidente liberal Emmanuel Macron decidió el pasado jueves adoptar por decreto el endurecimiento de las reglas para cobrar una pensión completa.
Lea también: Bolsas europeas cayeron más de 3% este miércoles, lastradas por el banco Credit Suisse
Su objetivo es retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, en lugar de 42, para cobrar una pensión completa, pese a que dos de cada tres franceses, según los sondeos, lo rechazan.
"Reitero mi llamado al presidente: Retire esta ley, no la promulgue. Esto calmaría los ánimos", dijo al diario Libération el líder del sindicato CFDT, Laurent Berger, para quien Macron será "el responsable de lo que ocurra".
Para salir adelante, cualquiera de las dos mociones de censura debe recabar 287 votos, la mayoría absoluta de la actual cámara de 573 diputados (hay cuatro escaños vacantes), por lo que necesitarían el apoyo de unos 30 legisladores de la oposición de derecha.
El presidente de Los Republicanos (LR, derecha), Éric Ciotti, ya anunció que su partido no apoyará una moción de censura contra un gobierno con el que negoció la reforma de las pensiones, para no "sumar caos al caos".
Sin embargo, algunos de sus diputados sí lo harán, entre ellos Aurélien Pradié, que habló de "quizás una quincena" y de dar un "electroshock" al gobierno, que carece de mayoría absoluta en la cámara baja desde junio.
Para aumentar la presión sobre estos diputados, la líder ultraderechista Marine Le Pen dijo que no presentarán un rival contra quienes apoyen las mociones en caso de elecciones anticipadas. Macron amenazó con convocarlas en caso de revés.