El Gobierno ‘del cambio’ ya completó más de dos años en el poder y la preocupación por la estabilidad de la economía y los avances en las propuestas cada vez es mayor. Una de las problemáticas que más se han criticado de la actual administración es la que respecta a los niveles de ejecución de los distintos ministerios, números que no parecen crecer como deberían.
Algunas carteras aún no superan el 10% de la ejecución deberían tener, pese a que sí cuentan con el presupuesto y el dinero para realizar los proyectos que se han planeado previamente. Un reciente estudio del equipo de Investigaciones Económicas y Análisis de Mercados del Banco de Bogotá, mencionó la gravedad del problema de ejecución, siendo el gasto en inversión el más sacrificado.
El reporte asegura que a falta de tres meses para que se acabe el año, el Gobierno aún tiene comprometido el 65,8% del total de apropiaciones del presupuesto, lo que puede poner en mayor duda el cumplimiento de la regla fiscal.
“La brecha entre compromisos y obligaciones sugiere que el Gobierno está presentando problemas en la ejecución, ya que, si bien compromete los recursos, estos proyectos no se están llevando a cabo, reduciendo las obligaciones de pago del Gobierno. Sin embargo, esta situación no siempre fue la misma en lo corrido del año, siendo el primer semestre un período positivo para la ejecución”, aseguró la entidad financiera.
También apuntan a que, durante el primer semestre del año, la ejecución del presupuesto abultado favoreció el crecimiento económico del país, pero al mismo tiempo perjudicó las finanzas públicas, pues entre enero y junio, el gasto público de funcionamiento e inversión experimentó un aumento anual de 23.8%.
“Para el segundo semestre, después del anuncio de las autoridades de recortar el gasto, el rubro con mayor sacrificio ha sido el de inversión”, indicó el Banco de Bogotá.
El informe concluye asegurando que el saneamiento de las finanzas públicas, dadas unas restricciones presupuestales que se deben cumplir para garantizar la estabilidad macroeconómica del país, no solo afectaría el nivel de actividad del segundo semestre sino también el de largo plazo.
“Esta es la consecuencia de la aprobación de un PGN desfinanciado (el de 2024), al tiempo que se gasta de forma importante y se busca solucionar una situación de caja apretada”, indicaron.