El año pasado desde el Valle del Cauca se produjeron 347 millones de litros de etanol, a partir del bagazo de la caña de azúcar, según datos de Asocaña. La mayoría de ingenios de la región se metieron en este negocio, luego de la ley que sancionó el Gobierno Nacional que obliga a oxigenar la gasolina con el alcohol carburante.
Según informó la organización, en el primer semestre del 2023 se movilizaron más de 270 mil vehículos con su producción de alcohol carburante y la compañía registró ingresos por $43.124 millones por este negocio.
“La producción de alcohol de Riopaila Castilla permitió que, en un año como 2022, se oxigenaran más de 440 mil vehículos en el país, aportando así a la reducción del impacto de los gases efecto invernadero provocado por los combustibles fósiles. Esta acción se articula con la apuesta de la empresa por una operación sostenible y respetuosa con el medioambiente”, comentaron en un comunicado.
“La capacidad de producción de nuestra destilería es de 400.000 litros diarios, los cuales son el resultado de una operación ejecutada bajo estándares de calidad y sostenibilidad. Para el segundo semestre de este año, y teniendo en cuenta las proyecciones climáticas, esperamos nivelar la producción y cerrar el 2023 con una cifra similar a la del 2022, que fue de 40 millones de litros de alcohol”, explicó Luisa Barona González, gerente de Operaciones de la Planta Riopaila del Grupo Agroindustrial Riopaila Castilla.
Aregó que uno de los aciertos de la operación de la destilería durante sus primeros ocho años de funcionamiento ha sido minimizar los impactos al medioambiente a través de buenas prácticas sostenibles.
“Hoy podemos decir que somos la destilería que menos vinaza produce en todo el proceso de la producción de alcohol; estamos hablando de menos de un litro de vinaza por cada litro de alcohol que producimos. Además, ese residuo lo mezclamos con otros componentes para convertirlo en fertilizante orgánico que aplicamos en nuestros suelos para mejorar la calidad de estos. Lo que hacemos es devolver a la tierra lo que, en parte, tomamos de ella”, explicó Barona.
Atendiendo esta apuesta ambiental, la vinaza (que es un residuo en el proceso de alcohol carburante) se aprovecha en un 100% para la elaboración de fertilizantes agrícolas (Fertirio), el cual se utiliza en su totalidad en cultivos de caña.
Riopaila Castilla recordó que la inversión para la construcción de la destilería ascendió alrededor de los US$70 millones. “La apuesta es continuar con la diversidad de productos que desarrollamos a partir de la caña de azúcar y mantener el aporte a la reducción de huella de carbono que se ha trazado Colombia”, concluyó la Gerente de Operación de la Planta Riopaila.
Cifras del sector
De acuerdo con datos de Asocaña, la producción de alcohol carburante entre enero y mayo del 2023 llegó a 145 millones de litros, una cifra un poco menor que la registrada en igual lapso, un año atrás.
Asismismo, en ese periodo se vendieron al mercado nacional 120 millones de litros de etanol y se importaron 47 millones de litros.