Con el inicio del año nuevo, los colombianos deberán enfrentar una serie de ajustes económicos basados en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y el incremento del salario mínimo, que impactarán directamente en el costo de vida.
Mientras que el salario mínimo para 2025 quedó fijado en 1.623.500 pesos, incluyendo el auxilio de transporte, gracias a un aumento del 9,5%, muchos otros servicios y productos se ajustarán tomando como referencia la inflación al cierre de 2024, cuya cifra oficial será revelada el próximo 9 de enero.
El IPC es una herramienta clave que mide la variación de precios de bienes y servicios, asegurando que los salarios mantengan su poder adquisitivo frente al aumento general del costo de vida. Sin estos ajustes, los ingresos de los colombianos perderían valor progresivamente.
Servicios que incrementan con el IPC en 2025
- Arriendos: Los ajustes de los contratos de arrendamiento están directamente ligados al IPC. Según proyecciones del Banco de la República, la inflación podría cerrar en un 5,3%, lo que implicaría un aumento proporcional en el costo del arriendo para muchos hogares.
- Peajes: Desde el 1 de enero, los peajes subirían un 4,65%, según lo anunciado por el Ministerio de Transporte, como parte de la compensación por el congelamiento de tarifas en 2023. Posteriormente, estos costos se reajustarán nuevamente a mediados de enero con la cifra oficial de inflación.
- Servicios públicos domiciliarios: Los costos de agua, electricidad, gas y acueducto se verán impactados por el IPC, lo que significa que los hogares deberán destinar una mayor parte de su presupuesto a estos servicios básicos.
- Cuotas de administración: En conjuntos residenciales, las cuotas de administración también se ajustarán. Mientras que algunas urbanizaciones basan el aumento en el IPC, otras lo hacen en el incremento del salario mínimo.
- Otros servicios: Las tarifas relacionadas con matrículas escolares, seguros y algunos servicios financieros también podrían verse afectadas, dependiendo de la normativa vigente y los contratos firmados por los usuarios.
El salario mínimo, que busca garantizar que los trabajadores mantengan su capacidad adquisitiva, fue objeto de intensas discusiones este año. Mientras los empresarios proponían aumentos entre el 5% y el 6%, las centrales obreras insistieron en una cifra cercana al 12%. Finalmente, el Gobierno decretó un incremento del 9,54%, buscando un equilibrio entre ambas posiciones y las necesidades de los ciudadanos.
Por otro lado, el ajuste por IPC permite que servicios y productos no pierdan valor frente a las dinámicas inflacionarias, aunque representa un desafío para las finanzas de las familias colombianas. Con estos cambios, se hace más relevante la planificación financiera en los hogares para mitigar el impacto de estos aumentos en su día a día.