El nuevo ministro de Salud, Juan Pablo Uribe, llegó a la cartera tras ser director general de la Fundación Santa Fe de Bogotá. Sin embargo, el Ministerio reconocía al sucesor de Alejandro Gaviria, porque en años anteriores había sido director de Promoción y Prevención de la entidad, y durante el gobierno de Andrés Pastrana, viceministro de Salud.

Tres semanas después de haber asumido, Uribe habla sobre sus retos y prioridades en el sector, el cual enfrenta un déficit de hasta $10 billones, deficiencias hospitalarias, reglamentaciones farmacéuticas y una confianza que cojea en los usuarios.

¿Cómo encontró el sector?

Encontramos un sector salud que ha progresado en algunos aspectos, aunque enfrenta serios desequilibrios en otros. Comienzo por lo bueno: debemos valorar los avances que tenemos en cobertura de aseguramiento y protección financiera. Son logros sociales que debemos preservar. Pero también soy consciente de los retos complejos que debemos enfrentar: el desequilibrio financiero y los problemas en el flujo de recursos en el sistema, hospitales en estado crítico, deudas acumuladas que comprometen organizaciones y quejas de servicios que afectan a la ciudadanía.

¿Qué les dejó el anterior Gobierno?
Al exministro Gaviria le destaco las altas tasas de cobertura, la solidez técnica en diversas áreas y una política farmacéutica que mantendremos con algunos cambios para que logre sus objetivos. También, por supuesto, quedaron tareas pendientes y retos significativos por resolver, uno de ellos es lograr un sistema con mayor equidad en el país.

En eso, ¿cuáles son las primeras tareas que le encomendó el presidente Iván Duque?

Un día después de la posesión, tuve el privilegio de acompañar al presidente Duque en sus recorridos por el país. En San Andrés nos comprometimos a acompañar a la Gobernación en la puesta en marcha de medidas inmediatas para aliviar los problemas de servicios de salud que afectan a su población. De este esfuerzo debe salir un nuevo modelo de atención en salud para este departamento.

En Inírida y Puerto Carreño vimos de primera mano cómo colaborar en la atención de los damnificados por la ola invernal y prevenir enfermedades asociadas a este fenómeno. En los talleres ‘Construyendo País’ en Girardot, La Unión y San Jacinto, hemos recorrido hospitales y entendido sus dolores.

¿Qué pudo concluir de esos primeros acercamientos?

Debo resaltar que la comunicación directa con el sector y la comunidad nos permitió, por ejemplo, revisar el modelo de atención y encontrar que unas de las acciones a desarrollar es fortalecer la Superintendencia Nacional de Salud, así como mejorar la capacidad de la red hospitalaria y fortalecer acciones de promoción y prevención.

Y la atención a la población migrante de Venezuela...

Estamos haciendo una vigilancia epidemiológica y fortaleciendo en salud pública, particularmente en el tema de vacunación, para poder intervenir oportunamente en ese reto. Así mismo, estamos trabajando con unos recursos habilitados para acompañar a las gobernaciones y municipios en los costos de la atención a los migrantes venezolanos. Proyectamos escenarios para el año siguiente donde continuaremos con el esfuerzo en los servicios asistenciales, así como el ingreso de esta población a nuestro sistema de salud.

¿Cuáles serán sus ejes a trabajar?
Nuestro gran propósito como Gobierno es asegurar una mejor salud individual y colectiva que genere mayor equidad. Me resulta frustrante ver entidades con vocación de servicio limitadas en su capacidad de servir con calidad y seguridad, es por esto que trabajaremos en cinco grandes ejes. El primero es construir una visión de largo plazo, posterior a esto queremos enfocarnos en mejorar la calidad de los servicios a todo nivel. Así mismo, desplegar un esfuerzo efectivo en temas determinantes en salud pública y fortalecer el talento humano del sector para continuar con los esfuerzos que corrijan el desequilibrio financiero que compromete la sostenibilidad de la salud en el país.

Tras esto, ¿qué le urge?

Nos urge mantener la liquidez y el flujo correcto de los dineros en el sistema y aliviar la crisis de gran parte de los hospitales públicos. En más de la mitad de los municipios del país, estos son la única opción de servicios asistenciales que tienen los ciudadanos. Es imperioso encontrar mecanismos y recursos para cerrar el déficit del próximo año cercano a los $3 billones y sumados a los anteriores alcanzaría unos $10 billones. Esa es una de mis más grandes preocupaciones, porque es indispensable alcanzar equilibrio en la operación del sistema y garantizar que el paciente y la comunidad sean efectivamente el centro de nuestra gestión, de nuestros esfuerzos y de los resultados que alcancemos en términos de mayor bienestar.

Se muestra preocupado por el déficit en el sector, ¿qué hará para solventarlo?
Hay una acumulación de deudas antiguas y recientes en distintos niveles del sector y que se deben a diversos factores, entre ellos y, de manera significativa, al recobro de servicios No POS (aquellos por fuera del plan de beneficios). Hay deudas de la Nación con las EPS, de los territorios con los hospitales, de las EPS con hospitales y clínicas y de éstos con los proveedores de insumos y medicamentos.

Así las cosas, lo primero que debemos hacer es acordar el mecanismo para definir el monto exacto de estas y, luego, según sus características, identificar mecanismos financieros para reconocerlas. Esto es fundamental, pues la falta de liquidez en los distintos niveles del sistema termina comprometiendo la oportunidad y la calidad de los servicios de salud que reciben los colombianos.

Entonces, ¿cómo cubrirá ese hueco?
Ya estamos trabajando de la mano con el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, para encontrar esos recursos que darán liquidez al sistema y se traducirán en una mejor asistencia en salud para la ciudadanía.
Ahora bien, si agregamos las deudas antiguas, el déficit del sistema de salud es cercano a los diez billones. Justamente, una de las acciones inmediatas que vamos a emprender es determinar el monto exacto para luego estructurar los mecanismos que nos permitan corregir esta situación. Este esfuerzo en salud es central en la búsqueda de mayor equidad en el país. Al mismo tiempo, tenemos que hacer reformas estructurales del sistema de salud para garantizar que las condiciones que generaron este desequilibrio no se repitan.

¿Cuáles son esas reformas?

Con el presidente Iván Duque nos comprometimos en crear mecanismos que incentiven a aquellas entidades del sistema que hacen bien sus tareas, con buenos servicios para la ciudadanía y un uso responsable de los recursos, y excluir a quienes no lo hagan. En el campo de las EPS, buscaremos generar indicadores para la ciudadanía con variables tales como la oportunidad, la calidad y la satisfacción de la atención, la eficiencia administrativa y la gestión del riesgo poblacional.

En hospitales y clínicas, revisaremos la habilitación y trabajaremos para crecer la acreditación de niveles superiores de calidad asistencial. En el extremo opuesto, aquellos actores del sistema que no cumplan esos parámetros tendrán encima a la Superintendencia de Salud. También impulsaremos una política nacional para rescatar el hospital público, estimulando la conformación de redes integrales de servicios.