En un esfuerzo por abordar la desigualdad económica y garantizar una vida digna para todos sus ciudadanos, la Alcaldía de Bogotá implementó desde hace varios años un programa innovador conocido como el Ingreso Mínimo Garantizado (IMG).

Este programa representa un paso significativo hacia la equidad social y busca ofrecer un apoyo económico a aquellos hogares más vulnerables que se encuentran en situación de pobreza o pobreza extrema.

La iniciativa se basa en la idea de que todos los ciudadanos tienen el derecho a una vida digna, y este derecho se materializa a través de una ayuda económica que les permita cubrir sus necesidades básicas.

Por eso para ser elegibles, los hogares deben cumplir ciertos criterios de ingresos y condiciones socioeconómicas establecidos principalmente por su clasificación en el Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales (Sisbén IV), en el cual se deben ubicar en los grupos A o B, además de contar con una cuenta activa en entidad financieras asociadas al programa: Davivienda (Daviplata), Bancolombia (Ahorro a la Mano y Nequi), Movii, Banco de Occidente (Dale) y Powwi.

Para el caso de agosto, los potenciales beneficiarios deben estar atentos, pues el desembolso de estos recursos se estará dando durante los primeros 10 días hábiles del mes (del 1 al 15).

Para acceder al IMG las familias deben estar registradas en la versión más recientes del Sisbén y acreditar un puntaje que los ubique en los grupos A o B. | Foto: Guillermo Torres Reina

En la actualidad los montos que entrega el Ingreso Mínimo Garantizado oscilan entre los $300.000 y los $740.000, basados en criterios como la progresividad, los más pobres tienen más necesidad; sensibilidad demográfica, los hogares de mayor tamaño necesitan más; y complementariedad, hogares que no reciben recursos de otros programas de entidades públicas necesitan más.

Es importante destacar que los recursos que no sean retirados por los beneficiarios titulares quedan quedan disponibles en la entidad financiera donde este tiene su cuenta activa, no obstante, solo estarán disponibles por 30 días luego del desembolso y en caso de no reclamarse regresarán a la Secretaría Distrital de Hacienda sin posibilidad de ser recuperados.

Según cifras de la Alcaldía de Bogotá, durante el mes de julio se beneficiaron del programa un total de 273.233 hogares, con una inversión superior a los $49.000 millones, representando un incremento de $4.000 millones en relación con junio.

Así, el Distrito ya ha girado $309.000 millones en complementariedad con programas del Gobierno nacional como Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Colombia Mayor.

Es importante resaltar que, si los ciudadanos han modificado recientemente su número de celular, deben actualizar esta información en cualquiera de las 16 subdirecciones locales de la Secretaría Distrital de Integración Social. De igual manera, aquellas personas que tengan dificultades para retirar los pagos por el Permiso por Protección Temporal (PPT), también deben acercarse a estos lugares.

El IMG busca que miles de familias bogotanas puedan satisfacer algunas necesidades básicas como la alimentación. | Foto: El País

Beneficios del Ingreso Mínimo Garantizado

El Ingreso Mínimo Garantizado tiene como objetivo principal reducir los niveles de pobreza y desigualdad en Bogotá. Al proporcionar un apoyo económico a los hogares más vulnerables, el programa tiene el potencial de generar los siguientes beneficios:

Reducción de la pobreza extrema: al garantizar un ingreso mínimo, el programa ayuda a que las familias en extrema pobreza tengan una mayor estabilidad económica y puedan satisfacer sus necesidades básicas, como alimentación, vivienda y salud.

Incentivo para la inclusión laboral: la iniciativa puede actuar como un incentivo para que los miembros de los hogares beneficiarios busquen empleo o desarrollen actividades económicas que les permitan mejorar su situación económica a largo plazo.

Mejora del bienestar social: al brindar un apoyo económico, el programa ayuda a reducir la carga financiera y emocional que enfrentan las familias vulnerables, lo que puede mejorar su bienestar general y el de las comunidades de las que hacen parte.