Productividad, seguridad e inversión social, son los tres ejes que marcarán la pauta de la Asamblea de Procaña prevista para este jueves 6 de junio.
Martha Betancourt, directora Ejecutiva de la entidad, señaló que este espacio será aprovechado para no solo destacar la inversión que hace la agroindustria de la caña, sino la inversión adelantada por el sector productivo empresarial de la región.
Asimismo, tratar la problemática de seguridad que no le da tregua al sector. En este sentido afirmó que más allá de los esfuerzos que han hechos las gobernaciones del Valle y el Cauca y los gobiernos locales, la situación de seguridad sigue siendo complicada.
“Nosotros hemos tenido varias reuniones con la Gobernadora del Valle, hemos participado de consejos de seguridad, donde se le ha pedido al Gobierno Nacional el envío de más personal de la Policía y el Ejército y el establecimiento de los batallones de alta montaña, uno en Barragán, el de Jamundí, que obviamente es el más importante”, señaló la líder gremial, que aunque reconoció que al departamento han llegado refuerzos de la Fuerza Pública, la región sigue estando por debajo de la media nacional.
Betancourt, afirmó que los problemas que seguridad que está viviendo el suroccidente del país afecta altamente la economía regional.
“El norte del Cauca ya viene con unas afectaciones grandes para la caña de azúcar por el tema de las invasiones, que aunque no se han registrado nuevas, los predios siguen invadidos y el productor no puede ingresar, es decir, que esa inversión en las cinco mil hectáreas se ve afectada, poniendo en riesgo los cerca de seis mil empleos directos e indirectos que jalona el sector agroindustrial”, recalcó y agregó que sumado a este panorama ahora llegan los atentados con bombas lo que hacen es atemorizar a los empresarios que van además perdiendo el interés por invertir.
Esta situación, explicó, también ha llevado a que las perspectivas de crecimiento de esta economía sean pocas. “Crecimiento en área sembrada no va a haber, pero si tenemos que decir que si se habla de precios, el sector viene con dos años de estabilidad, aunque sí con bajas en los indicadores de productividad. “Tenemos que el indicador de productividad en toneladas de caña por hectárea es el menor de los últimos 10 años con 102 toneladas de caña por hectárea sembrada en 2o23, cuando el año anterior (2022) esa cifra fue de 118 toneladas, y en cuanto al rendimiento en azúcar estamos muy por debajo del rendimiento de la última década, debido a los factores climáticos”, explicó Betancourt.
Y es que pese al difícil panorama, el sector agroindustrial le sigue apostando a la inversión social, para que los territorios sigan teniendo oportunidades de empleo y mejores condiciones de vida.
Procaña cuenta por ejemplo, con el Fondo Social, a través del cual los cultivadores de caña e ingenios hacen importantes inversiones. Para este 2024 en alianza con la Gobernación del Valle, se invertirá en infraestructura de instituciones educativas, donde el Gobierno Departamental se compromete a llevar el programa de alimentación escolar PAE a la población estudiantil con una inversión de $5.000 millones, mientras que la Fundación Corazón de Caña invertirá $1500 millones en infraestructura y dotación de cinco instituciones educativas.