Las autoridades financieras estadounidenses tomaron hoy el control del banco regional First Republic Bank y lo vendieron a JP Morgan Chase, con la esperanza de poner fin a una crisis bancaria de dos meses que ha generado temor en el sistema financiero.

En virtud del acuerdo, JP Morgan, el banco más grande de Estados Unidos, recuperará todos los depósitos del First Republic así como casi todos sus activos, según un comunicado de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, Fdic.

JP Morgan compra el First Republic Bank. Foto: AFP | Foto: 2023 Getty Images

Estas medidas se tomaron luego de que el regulador de California designó a la FDIC, la agencia encargada de garantizar los depósitos bancarios, como síndico de First Republic, para ser vendido inmediatamente a JP Morgan Chase.

First Republic, con sede en San Francisco, se convirtió en el segundo banco más grande en términos de activos en colapsar en la historia de Estados Unidos, tras revelar la semana pasada una pérdida de más de 100.000 millones en depósitos en el primer trimestre.

Después de que el banco no logró presentar un plan de rescate satisfactorio y sus acciones siguieron cayendo en picada, las autoridades intervinieron, solicitando la semana pasada ofertas de compradores potenciales.

“Esperemos que esto ayude a estabilizar todo”, dijo el director ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon, en una conferencia telefónica con periodistas antes de que abriera el mercado de valores de Estados Unidos.

En un evento en la Casa Blanca hoy, el presidente Joe Biden elogió la venta diseñada por el gobierno. “Estas medidas asegurarán que el sistema bancario esté sano y salvo”, dijo Biden. “Todos los depositantes están siendo protegidos (...) Y, lo que es más importante, los contribuyentes no serán perjudicados”.

Corrida bancaria

El embargo y venta del First Republic por parte del gobierno se produce dos meses después de la liquidación de Silvergate Bank, uno de los bancos favoritos entre las criptomonedas, y la rápida desaparición del SVB, después de que asumiera un riesgo excesivo de tasa de interés.

Signature Bank, con sede en Nueva York, también cerró unos días después que el SVB. El gigante bancario suizo Credit Suisse se convirtió en la víctima de más alto perfil de las turbulencias cuando los reguladores lo presionaron para que se fusionara con su rival, UBS.

Para evitar otro colapso bancario, las autoridades llegaron a un acuerdo con 11 bancos importantes en marzo para extender un salvavidas de 30.000 millones de dólares al First Republic. Pero esto no fue suficiente para tranquilizar a los inversores.

Al cierre del mercado el viernes, First Republic tenía un valor de solo US$654 millones, por debajo de los más de US$20.000 millones a principios de año y de los US$40.000 millones en su punto máximo en noviembre de 2021.

Hubo rumores de un paquete de rescate a fines de la semana pasada, pero nada concreto hasta el anuncio del lunes de la FDIC, que describió la compra de JP Morgan como el resultado de “un proceso de licitación altamente competitivo”.

Credit Suisse Bank quebró el pasado mes de marzo. Foto: AFP | Foto: AFP or licensors

“Nuestro gobierno nos invitó a nosotros y a otros a dar un paso al frente, y lo hicimos”, dijo Dimon, en un comunicado después de que se anunciara el acuerdo.

A primera vista, el First Republic parecía estar bien posicionado: se sabía que tenía una clientela rica que depositaba grandes sumas. Pero la serie de incumplimientos bancarios inquietó a los clientes, y la mayoría de los préstamos del First Republic eran hipotecas de tasa fija, que han perdido valor debido a las altísimas tasas de interés.

El banco, como el SVB, también tenía un alto porcentaje de depósitos no asegurados vulnerables a una corrida bancaria.

Con activos por 233.000 millones de dólares a fines de marzo, el First Republic es el segundo banco más grande en caer en la historia financiera de Estados Unidos, excluyendo a bancos de inversión, como Lehman Brothers, después de la quiebra del Washington Mutual durante la crisis financiera de 2008 y también fue adquirido por JP Morgan, el banco más grande de Estados Unidos.

Las turbulencias en el sector bancario se producen después de un viraje en la política de la Reserva Federal (Fed, banco central) para contrarrestar la inflación, con aumentos agresivos de las tasas de interés, un giro que ha revaluado significativamente los activos.