Aunque la Conferencia de las Partes (COP16) tradicionalmente se ha centrado en debates científicos y políticos, la edición de 2024 se perfila como una de las más orientadas hacia el sector empresarial al incorporar la economía circular en las discusiones sobre biodiversidad y cambio climático.
Esta transformación está impulsada, en parte, por el Marco Global Kunming-Montreal, uno de los temas clave y de mayor importancia del encuentro que se realizará en Cali y que fue adoptado en la COP15 de Canadá.
Mediante este acuerdo se imponen obligaciones específicas al sector empresarial en relación con la biodiversidad, creando así un radio de compromiso que va más allá de los gobiernos y los distintos organismos internacionales.
Expertos explican que el Marco Global Kunming-Montreal es fundamental ya que exige que las empresas informen sobre su impacto en la biodiversidad, promuevan el consumo consciente y responsable, e inviertan en cadenas de suministro sostenibles.
La integración de la economía circular en el sector corporativo es un elemento clave en esta transición, ya que esta estrategia busca eliminar el concepto de residuos al mantener los materiales en uso durante el mayor tiempo posible, reduciendo así la necesidad de extraer nuevos recursos y minimizando el impacto ambiental negativo.
Joaquín Caraballo, socio director de Waste2Worth Latam, compañía experta en el tema, explica que la economía circular no solo minimiza los residuos, sino que también fomenta un modelo de negocio sostenible y rentable.
Asegura que la adopción de estos principios por parte de las empresas no solo contribuirá a la conservación de la biodiversidad, sino que también permitirá una transición hacia una economía más sostenible y resiliente, asegura.
“Esta es quizás la primera COP realmente empresarial porque antes la discusión era muy científica y se centraba en tratados globales sin mucha participación de las empresas. En la COP16, la compañías empiezan a ser tenidas en cuenta. Esto ocurre en un buen momento para nosotros, ya que Colombia tiene una madurez en temas de economía circular, tanto desde la política pública con la primera estrategia de economía circular del continente, como con una normativa de responsabilidad extendida al productor, que incluye empaques, envases y otros aspectos. Además, la Andi, las Cámaras de Comercio y algunas universidades están apoyando este proceso”, señala Caraballo.
De acuerdo con la explicación de Caraballo, al reducir la demanda de materiales vírgenes y fomentar el reciclaje y la reutilización, se pueden disminuir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, la economía circular apoya la resiliencia de los ecosistemas al evitar la sobreexplotación y promover prácticas regenerativas que benefician tanto al medio ambiente como a las comunidades locales.
Así que las políticas de Colombia en temas de economía circular no solo fortalecen la sostenibilidad ambiental del país, sino que también lo posicionan como líder en la integración de prácticas empresariales sostenibles en la agenda global.