América Latina y el Caribe necesitan financiamiento a largo plazo y mayor capacidad técnica para fortalecer sus finanzas verdes, según una reciente encuesta realizada por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo (ALIDE).
La encuesta, realizada entre 28 bancos de desarrollo público (BDP) de 15 países de la región, subraya la necesidad de un mayor apoyo financiero y técnico para enfrentar los crecientes desafíos del cambio climático y promover una economía sostenible. La encuesta destaca que los BDP consideran la transición verde como una oportunidad económica estratégica, pero su expansión se ve limitada por obstáculos clave.
El 55% de estos bancos indica que el desconocimiento entre los clientes sobre las inversiones verdes y la baja prioridad dada a la adaptación climática son barreras importantes para el crecimiento de estos proyectos. Además, el 45% de los BDP señala que sus clientes no cuentan con suficiente información sobre las oportunidades de financiamiento verde, lo cual impide el avance de iniciativas sostenibles.
Ambroise Fayolle, vicepresidente del BEI, resaltó la importancia de aumentar los préstamos y crear conciencia para catalizar la inversión privada en iniciativas verdes, y reiteró el compromiso de colaboración con los BDP y países de la región para reforzar la resiliencia climática.
La encuesta también identificó desafíos internos en los BDP, como la falta de métricas estandarizadas para medir riesgos climáticos (45%) y la carencia de experiencia técnica en inversiones verdes y herramientas sostenibles (36%). Además, la limitada disponibilidad de capital a largo plazo, clave para financiar inversiones de este tipo, afecta a un 18% de los bancos encuestados.
Edgardo Álvarez, secretario general de ALIDE, expresó que la transición verde en América Latina y el Caribe es tanto un reto urgente como una gran oportunidad de desarrollo. Según Álvarez, los BDP están preparados para liderar este cambio, pero requieren financiamiento prolongado, conocimiento técnico y cooperación internacional para avanzar en esta misión.
El cambio climático también impacta directamente al sector agrícola, que es clave en economías como Guyana, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Brasil, Argentina y Colombia, donde representa hasta un 10% del PIB.
La vulnerabilidad de estos países a los fenómenos climáticos plantea riesgos importantes para su economía y seguridad alimentaria. En el Caribe, huracanes y tormentas son amenazas constantes, mientras que en Centroamérica, países como Nicaragua, Honduras y Guatemala enfrentan riesgos similares en sus economías agrícolas.
La encuesta evidencia un compromiso con los estándares internacionales y la reducción de riesgos, pues el 93% de los BDP encuestados considera que la transición climática representa una oportunidad en lugar de un riesgo y ya están integrando estándares internacionales en sus prácticas.
El 77% ha adoptado normas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el Acuerdo de París. Sin embargo, el 74% de los bancos planea disminuir sus préstamos a sectores con alto riesgo climático, lo que refleja un esfuerzo por reorientar sus carteras hacia sectores más sostenibles y resilientes.