Para el empresariado la pandemia no ha sido fácil de sortear, y menos la crisis producida por los bloqueos viales en el marco del paro nacional.
Sin embargo, las perspectivas apuntan a una recuperación del empleo y la producción para que la economía caleña y vallecaucana vuelven a crecer.
De hecho, un importante número de negocios se ha sostenido aún en medio de los obstáculos, mientras otros buscan apostarle a una reactivación. Así lo confirma la última Encuesta de Ritmo Empresarial de la Cámara de Comercio de Cali la cual registra “una reducción en el número de empresas que no está funcionando, pero hay un aumento considerable de empresas que reporta estar operando parcialmente (63,3% del total)”, lo cual es esperanzador.
Frente a los buenos vientos con los que sueñan los empresarios, Pavel Vidal, economista y docente de la Universidad Javeriana Cali, señala que el Indicador Mensual de Actividad Económica, IMAE, estima que el Producto Interno Bruto, PIB, local habría crecido 0,9% en el primer trimestre del 2021.
“La economía de Cali venía avanzando en la recuperación y había cerrado el primer trimestre de este año con una tasa de crecimiento que ya era positiva con relación al primer trimestre de 2020. Obviamente, esta senda de recuperación se detiene con el paro nacional”, señala. Aun así, se confía en que el panorama mejore.
El agro aboga por mayor confianza
Tenacidad, perseverancia y confianza son las tres bases sobre las cuales la agricultura vallecaucana proyecta su recuperación.
Según Francisco Lourido, presidente de la Sociedad de Agricultores y Ganaderos del Valle, SAG, “hay que trabajar mucho en adelante, no solo en garantizar el pleno abastecimiento de alimentos, sino en cultivos de tardío rendimiento y agroexportables para darle otro rumbo al sector”.
Sostiene que allí están enfocados los futuros esfuerzos para crear nuevas dinámicas económicas y empleos de calidad, pues en esos renglones “existe un potencial muy grande para los próximos dos, tres y cinco años”.
Hoy, en el Valle predominan los cultivos de caña con siembras que ocupan 241.500.000 hectáreas, mientras otras 300.000 hectáreas, en especial en tierras de ladera podrían utilizarse para intensificar los cultivos de cítricos, frutales (papaya, piña, melón, sandía, mango) y aguacate Hass, coco y cacao, anota el dirigente. El departamento cuenta con 2,1 millones de tierras cultivables. “El problema no es la falta de tierras, sino de inversión”, anota Lourido.
“En aguacate se podría generar un empleo por cada dos hectáreas, mientras en mango existen 120 hectáreas de mango de exportación con buena rentabilidad y habría muchos más puestos de trabajo”, dice el exgobernador.
Dentro de esas perspectivas, Maritza del Carmen Quiñones, secretaria de Agricultura del departamento, señala que se buscará fortalecer zonas de producción hortícola, con uso intensivo de tecnología y producción protegida, específicamente en el Cañón del Chinche (zona alta de Palmira y El Cerrito), el complejo Restrepo, Dagua, La Cumbre, Barragán-Santa Lucía, y el apoyo del Distrito de Riego Sara Brut.
De igual manera, dice la funcionaria, se proyecta intensificar el “Programa Integral de Fruticultura” como estrategia integral de desarrollo de las asociaciones de 3281 pequeños productores en 29 municipios, favoreciendo en especial el empleo para los jóvenes.
El comercio, a empujar ventas
La actividad mercantil ha sido una de las más afectadas. Sin embargo, sus perspectivas son positivas una vez se restablezca el consumo de los hogares, que de hecho venía creciendo desde finales de 2020, tras la reapertura de negocios afectados por los toques de queda.
“El abastecimiento ha mejorado, mientras los precios de los alimentos están a la baja y las barricadas son menos para permitir el paso de los vehículos”, resalta Octavio Quintero, presidente seccional de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco.
Anota que pese a las pérdidas del sector (de $1,5 billones), “existe un entusiasmo generalizado porque vamos a sacar a Cali adelante. Ninguna sociedad ni en las peores guerras o crisis se ha quedado lamentando los duros momentos. Debemos construir juntos el nuevo futuro, con mayor cercanía, solidaridad e inclusión y oportunidades para los jóvenes”.
Pero el dirigente sugiere que allí el gobierno local y nacional deben de construir un plan de salvamento para Cali. El comercio da empleo a 272.000 caleños hoy.
Como parte de esa estrategia de reactivación, el comercio alista próximas temporadas de descuentos para recuperar las ventas que descendieron en un 95,6%.
Y, a propósito de esos esfuerzos, los propietarios de unos 70 almacenes, que debieron cerrar en el conocido sector de La Luna, trabajan en un relanzamiento de la zona luego de los violentos disturbios.
Cabe recordar, que 30 negocios fueron saqueados, mientras 25 quedaron en pérdida total. Para relanzar sus locales, los comerciantes crearon el numeral #ElRenacerDeLaLuna para atraer de nuevo a su clientela.
Construcción, a recuperar el crecimiento
Aunque muchos proyectos y obras quedaron paralizadas por los bloqueos, que generaron un desabastecimiento de materiales de construcción en el 92% de las firmas edificadoras de la región, las perspectivas en materia de ventas de vivienda son positivas para el resto del año.
Para ello se prevé la reapertura gradual de las salas de ventas, ya que el sueño de miles de familias es contar con un techo propio aprovechando las facilidades en materia de subsidios y menores tasas de interés.
La gerente de la Cámara Colombiana de la Construcción, seccional Valle, Alexandra Cañas, destaca que precisamente una de las puntas de lanza de la reactivación del sector será el reciente lanzamiento del programa “Jóvenes Propietarios”.
Esa estrategia busca que los colombianos entre 18 y de 28 años accedan a vivienda nueva con tasas de interés preferenciales nunca antes vistas: 6,8% efectiva anual, más subsidios a la tasa de los préstamos hipotecarios para favorecer a hogares que devengan entre uno y dos salarios mínimos.
A ello, se le añade un subsidio de cuatro puntos porcentuales adicionales quedando la tasa en 2,8% efectiva anual, históricamente la más baja.
“Es importante que las entidades financieras sigan apoyando las iniciativas del Gobierno Nacional con beneficios sobre tasas de interés, coberturas y facilidad en trámites”, subraya la dirigente.
Recuerda que antes de la actual coyuntura, hasta abril, se habían vendido 10.544 unidades de vivienda nueva en el Valle por $1,4 billones para un crecimiento de 78,2% respecto al mismo mes de 2020.
Comparado con el mes de marzo el crecimiento fue de 5,2%.
Con base en lo anterior las perspectivas apuntan, sin embargo, a la venta de al menos 25.000 unidades habitacionales al cierre del 2021.
El aporte clave de las cajas de compensación
Las cajas de compensación familiar son hoy motores de bienestar para los trabajadores.
El director general de Comfandi, Jacobo Tovar Caicedo, señala que “entendemos las dinámicas sociales de la región, reconocemos la necesidad de abordar de manera estructural y sistémicas las necesidades sociales y económicas de la población, en particular las de nuestros trabajadores y empresas afiliadas para contribuir al desarrollo sostenible de la región”.
De igual manera, destaca que “ante la crisis económica y social que afecta a la región, como actor social y en coherencia con nuestro propósito superior, asumimos con liderazgo y responsabilidad nuestro rol en esta coyuntura; por eso nuestros esfuerzos estarán orientados en la definición e implementación de acciones para abordar de manera inmediata el impacto negativo en la economía y la sociedad y que a la vez permita construir a mediano y corto plazo condiciones de bienestar y productividad para el Valle del Cauca”.
Agrega que “estas acciones que contemplan fondos de educación, empleabilidad y emprendimiento, becas para formación en modelos disruptivos y empleabilidad, fortalecimiento de ecosistemas para el emprendimiento y alivios financieros desde nuestros servicios, representan una alta inversión que se traducirá en armonía para los trabajadores y sus familias, e impulsará la reactivación económica del departamento”.
Por su parte, Felice Grimoldi, director de Comfenalco Valle, afirma que “la defensa del sistema productivo y el trabajo de la región se logra con el esfuerzo entre empresarios y trabajadores, alcanzando objetivos comunes que dinamicen el desarrollo económico, para brindar mayor bienestar social a nuestras familias vallecaucanas”.
Acelerador contra el pesimismo
Paradójicamente la pandemia del Covid-19 ha llevado a miles de colombianos a optar por la compra de un carro, o una motocicleta para librarse del transporte público y evitar así los contagios.
Ese comportamiento ha llevado a un crecimiento en las ventas de vehículos desde el 2020, junto a las mayores facilidades de crédito por parte de los bancos.
Otro motivo, comenta Oliverio García, presidente de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible, Andemos, es que “también buena parte del parque vehicular presenta ahora más obsolescencia, y la gente prefiere apostarle al recambio por la mayor oferta de nuevos modelos híbridos, especialmente los eléctricos”.
Con base en lo anterior, el sector automotor le apuesta a una mayor reactivación de las ventas.
Un ejemplo de ese comportamiento es que entre enero y abril del 2021 fueron matriculados 76.004 carros en Colombia, una cifra superior a los 51.481 en igual lapso del año pasado, lo que arrojó un crecimiento de 47,64%, superando incluso los registros del 2019. La meta es llegar a 220.000 vehículos vendidos en el 2021.
En solo el Valle del Cauca las matrículas nuevas sumaron 7401 y en Cali 5564. Las cifras son superiores a las 5218 y 4107 unidades, respectivamente, en similar periodo del 2020.
En cuanto a motocicletas el comportamiento es aún mayor. Hasta abril se habían vendido 216.273 de ese tipo de vehículos, para un alza el 45,65% en todo el país.
“El mercado automotor después de los confinamientos del año pasado comenzó una recuperación progresiva. Y eso se ha visto en el 2021”, explica el Presidente de Andemos. De allí, agrega, que las perspectivas sean positivas.
En otras palabras, anota el dirigente, “ese pesimismo está siendo superado, en especial por la reapertura de más actividades económicas”.
Abastecimiento y reconstrucción
En materia de alimentos y gasolina, los responsables de ambos sectores están ahora más comprometidos en la reactivación, luego del serio desabastecimiento que sufrieron durante varios días miles de hogares, empresas y transportadores, debido a los bloqueos y el vandalismo en Cali y el Valle.
En el caso de los alimentos, las perspectivas son ahora mejores, al igual que en materia de precios al recuperarse gradualmente la movilidad en las carreteras y vías internas a través de los corredores humanitarios.
La Corporación de Abastecimientos del Valle, Cavasa, ha recibido unas 8000 toneladas de frutas, hortalizas, plátano y tubérculos como la papa, además de granos y verduras en los últimos dos mercados.
Ello ha permitido una normalización en los precios como en el caso de la papa que llegó a subir el 566%, el plátano el 1100% y el tomate un 300%.
“Poco a poco esa escasez se ha ido superando con la llegada de más cargas desde otros departamentos como Nariño y el Cauca”, comenta Óliver Medina, jefe de precios de Cavasa, un establecimiento que comercializa 31.000 toneladas de alimentos al mes.
Por su parte, la normalidad ha regresado paulatinamente a las estaciones de servicio, luego de que 64 (de las 120) fueran blanco de vandalismo y saqueos. Otras 14 fueron semidestruidas dejando pérdidas millonarias.
A pesar de ello, sus dueños están dedicados a tareas de reconstrucción con el apoyo de sus empleados, ahorros propios y del Fondo de Solidaridad del sector de combustibles.
Sandra Awakon, directora de la Asociación de Distribuidores de Combustibles Líquidos, Sodicom, señala que “el gremio observa una reactivación, “pues nuestro compromiso es garantizar un pleno abastecimiento de gasolina lo que genera una mayor tranquilidad ciudadana y a las empresas”.
De hecho, 90 de las estaciones ya están activas en Cali, aunque unas 20 hacen ventas de forma intermitente.
“El acompañamiento de la Policía y el Ejército ha sido clave, mientras las estaciones debieron reorganizar turnos de personal, reorganizar el sistema de filas e implementar nuevos sistemas de seguridad”, señala la dirigente gremial.
Desde el 6 de mayo a la fecha han llegado 3,6 millones de gasolina corriente a la ciudad como parte de la nueva normalidad.
La idea, sin embargo, anota, es volver a un nivel de ventas de 306.000 galones por día –que había antes de la pandemia--, una vez se reactiven más sectores de la economía local, ya que la movilidad urbana que ha estado reducida en un 50% afecta a esa actividad.
Sobre la apuesta por la recuperación, la señora Awakon, dice que los propietarios de las estaciones han sostenido la mayoría de los 2000 empleos del sector y confían plenamente “en que el futuro es prometedor, pero con alivios tributarios y otros apoyos gubernamentales”.
Tecnología, motor de oportunidades
Cali es hoy la segunda ciudad colombiana en el desarrollo de la industria del software, superada solo por Bogotá, tanto que a la fecha operan unas 1200 firmas.
Precisamente, las perspectivas y oportunidades son grandes, al punto de que el sector tiene la capacidad de ocupar al menos a 20.000 personas en los próximos años en la región, ya que se necesitan cada vez más desarrolladores de software y hardware.
Es a su vez, un sector donde los emprendimientos están floreciendo todos los días, especialmente entre jóvenes.
“Soy muy positivo. De hecho la pandemia fue una gran oportunidad para el sector del software. Por eso hemos entendido que la palabra crisis es una oportunidad”, anota Antonio Jiménez, presidente de la firma Help People.
Recuerda que al llegar la pandemia y el fuerte auge de la virtualidad, su empresa registró un aumento del 370% en las ventas de su software propio y se expandió a siete países latinoamericanos.
Con base en ello, Jiménez dice que las oportunidades no deben enfocarse solo en lo local, sino en los mercados externos de gran demanda.
“Hay que pensar más en la internacionalización para no depender solo del mercado local, y para ello se requiere tener productos propios para marcar la diferencia y romper así muchos paradigmas”.
Frente a lo que viene, el empresario, quien es miembro de la junta directiva de Fedesoft, sostiene que “esta es industria le da no solo oportunidades a los jóvenes, sino a los más adultos, pues tiene una brecha (déficit) de 81.000 vacantes en Colombia, lo cual constituye una importante fuente de empleos”.
Ese faltante obedece a que el país cuenta con muy pocos desarrolladores. Tanto que con esa misión llegó a Cali la multinacional estadounidense TaskUS con el apoyo de Invest Pacific y ProColombia.