Durante el primer semestre de este año la venta de vivienda nueva se redujo 4,1 % en Colombia, es decir 4.131 casas menos que en 2018, según datos de Camacol, entidad que esperaba una recuperación del sector.
En total se comercializaron 85.860 unidades nuevas, frente a las 89.991 del año pasado.
Según Óscar Alfonso Roa, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Externado, esta situación de reducción de venta de vivienda nueva se explica porque Colombia atraviesa por un ciclo económico en el que el desempleo aumenta y los salarios de los que están empleados están disminuyendo.
Roa expone que la cifra de informalidad laboral, que según el Dane fue de 46,6% entre marzo y mayo de este año, es otra de las causas de que no haya inversión en vivienda.
“Esto explica que la demanda de vivienda no sea la que se esperaba, y que las expectativas del gremio no sean las adecuadas para ahora”.
Camacol tenía la perspectiva de que al cierre del primer semestre se hubieran vendido 92.311 viviendas.
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En términos de inversión, Camacol reveló que los colombianos gastaron $16,2 billones en compra de casas y apartamentos nuevos este semestre, de esos el 32 %, es decir $5,2 billones, fue invertido en vivienda de Interés social (VIS), que tienen un precio inferior a $112 millones.
Le siguieron las viviendas de segmento medio que tienen un costo de entre $112 millones y $360 millones. Este tuvo una inversión de $5,8 billones. Asimismo, la categoría alta, con unidades de vivienda de valores mayores a los $360 millones, logró ventas por $5,3 billones.
Lo que viene
El crecimiento de la economía este año no ha sido mejor, debido al estancamiento del sector de la construcción por lo que se han pedido medidas de impulso para esta industria.
Erick Behar, decano de Economía de la Universidad Central explica que aunque históricamente la construcción ha sido un sector “jalonador” económico, en lo que respecta a empleo no genera una creación estructural de ocupación.
“El hecho de que la construcción baje no solo afecta al empleo mismo, sino que el desempleo también vuelve a afectar a la construcción porque hay menos ingreso disponible” para comprar vivienda, señaló el profesor.
Para Federico Corredor, profesor investigador del Externado, otro elemento para analizar en la actual coyuntura de venta de vivienda es si las ciudades tienen músculo de producción para sostener el desarrollo de más viviendas en sus territorios.
“Si las ciudades no tienen la dinámica oferta de empleo, oferta de servicios de salud, educación, pero tienen aumento en la construcción, no se puede esperar que las personas compren vivienda”, dice Corredor y agrega que esta situación conduce a que en Colombia haya compra de casas o apartamentos para rentar y eso desacelera el flujo bancario de préstamos hipotecarios, lo que, para él, termina por impactar la economía.
Estas realidades, para los analistas, conducen a que la construcción de vivienda tipo VIS se reduzca.
“Los proyectos de VIS en algún punto para los constructores dejan de ser interesantes, dado que no son tan rentables, porque se mantiene el problema de que el precio del suelo es muy alto” y no hay una rentabilidad suficiente porque estas casas no superan los $112 millones en valor de venta al público.