Sin lugar a duda, la pandemia generada por el covid-19, afectó al mercado laboral vallecaucano de una forma nunca vista. La crisis sanitaria implicó una pérdida de 292.750 empleos durante el 2020, para el Valle del Cauca, lo cual implicó una caída de casi 8 puntos porcentuales en la tasa de ocupación, que se situó en un 50,9 % y el incremento de la tasa de desempleo en más de 7 puntos porcentuales y que la llevó a la cifra récord del 18,9 % (la tasa de desempleo más alta desde el 2000).
“La pandemia deja varias lecciones con respecto al mercado laboral regional que no deben ser vistas de manera coyuntural sino bajo una situación de la cual deberíamos aprender ya que, debido a los problemas mundiales como el cambio climático, la concentración de la mano de obra en las ciudades, y la alta movilidad internacional, dice el investigador y PhD, John James Mora, y quien coordina el Observatorio Regional del Mercado del Trabajo. Se trata, afirma, de eventos como las pandemias no serán los únicos que viviremos en los próximos años.
Ante un ‘shock’ como el que ha sufrido el país y la región por la pandemia la tasa de desempleo puede demorarse alrededor de un año y medio en recuperarse.
El caso de Cali y el Valle
De acuerdo con Mora, quien también es profesor titular de la facultad de Ciencias Administrativas y Económicas de la Universidad Icesi, el mercado laboral del área Metropolitana de Cali concentra un poco más del 50 % del mercado laboral del Valle del Cauca. Para el 2020, alrededor del 54 % de los ocupados y el 59 % de los desempleados eran de esta región. “Este que es un resultado casi obvio, al ser Cali la capital del Valle, no lo es con respecto a la armonización de las políticas laborales entre el Valle del Cauca y el recién creado Distrito de Cali”.
De esta forma, sostiene el experto “el tamaño y la importancia del mercado laboral de Cali con respecto al del Valle debe llevar a que la pérdida de empleos en Cali no sea un tema que concierne solamente a las autoridades municipales, sino también a las autoridades departamentales y, es por esta razón que las políticas laborales municipales deben ser concertadas y alineadas con las políticas laborales a nivel departamental”.
Asimetrías entre oferta y demanda laboral ante un ‘shock’
El mercado laboral de Cali se caracteriza por una tasa de desempleo más alta que la tasa de desempleo nacional (desde el 2016 alrededor de 3 puntos porcentuales por encima), una informalidad superior al 50% (alrededor del 58 % si es institucional y casi el 50 % si es medida por el Dane) y empleos concentrados en los sectores de comercio y servicios.
Sin embargo, recalca Mora, el problema no es solamente por las brechas que existen entre los indicadores regionales y nacionales, sino de la capacidad de respuesta del mercado laboral, a través de la oferta (tasa de desempleo) y la demanda (tasa de ocupación), de volver al equilibrio a través de las diferentes acciones que se tomen por parte de las autoridades nacionales y regionales.
Con base en lo anterior, se demuestra que ante un ‘shock’ la tasa de desempleo demora alrededor de un año y medio en recuperarse mientras en el caso de la tasa de ocupación alrededor de un año. “La diferencia en los efectos se debe a que una vez se cae en situación de desempleo la probabilidad de conseguir trabajo se reduce a medida que pasa el tiempo y por esta razón el shock sobre la tasa de desempleo demora más tiempo en disiparse”.
Por supuesto, anota Mora, “con cuarentenas como las que se vivieron a lo largo del 2020 debido a los picos de la pandemia los ‘shocks’ duran más tiempo en disiparse. Es por ello, que se necesitan políticas orientadas a reducir los tiempos de duración del desempleo como capacitaciones y beneficios orientados a la búsqueda de empleos entre otros”.
La tasa de desocupación de los jóvenes, tanto de hombres como mujeres, sigue siendo un fenómeno muy delicado. La participación femenina cayó en la pandemia en 20 puntos porcentuales.
Urge una política efectiva
Las brechas de participación en el mercado laboral, entre hombres y mujeres se han mantenido en los últimos años e incluso algunas empeoraron con la pandemia.
De esta manera, recuerda el investigador que “antes de la pandemia la tasa de ocupación de las mujeres se encontraba entre 14 y 17 puntos porcentuales por debajo de la tasa de ocupación de los hombres y esta se mantuvo después de la pandemia. La caída de casi 20 puntos porcentuales en la tasa de participación de las mujeres fue la que se registró entre mayo del 2020 y mayo del 2019”.
Pone de presente que con respecto al desempleo, “la brecha entre hombres y mujeres se amplió después del 2020 y muestra también un incremento de 20 puntos porcentuales para el desempleo de las mujeres entre mayo del 2019 y mayo del 2020. De esta forma, es clara la necesidad de una política de cierre de brechas de participación en el mercado laboral regional”.
La vulnerabilidad de los jóvenes
Los jóvenes han estado en condiciones desfavorables con respecto al mercado laboral tradicionalmente. Las tasas de desempleo y ocupación han estado alrededor de 10 puntos porcentuales por encima de las tasas para la población general.
Frente a esta realidad el profesor Mora, señala que “como resultado de la pandemia las brechas entre las tasas de los jóvenes y el resto de la población se ampliaron aún más. Esto es particularmente cierto para el mercado laboral caleño, lo cual llevó a que algunos indicadores mostraran una diferencia de alrededor de casi de 30 puntos porcentuales, como es el caso de las mujeres en la ciudad de Cali”.
La caída ha sido dramática en las tasas de ocupación para los jóvenes, en especial para las mujeres y el incremento en los índices de desempleo alcanzaron a llegar al 50 % en mayo del 2020. Adicionalmente, al incremento en el desempleo, existen problemas de localización espacial a lo largo de la ciudad.
Sin embargo, no solo es la dramática caída en las tasas de ocupación y subida en las tasas de desempleo. La pandemia incrementó los problemas para los jóvenes a la hora de encontrar empleos, agrega el docente.
De allí, “que el tiempo que duran los jóvenes buscando empleo, en el 50% de ellos se duplicó para los hombres pasando de 2 meses a 5 meses y en el caso de las mujeres el tiempo saltó de 4 meses en el 2019 a 7 meses en el 2021. De esta forma, es claro que el problema al que se enfrentan los jóvenes no solo es la falta de oportunidades sino también que estas no son las mismas para hombres y mujeres jóvenes además de que existen diferencias espaciales a lo largo de ciudades como Cali”.
La debilidad de las mipymes
Un punto a destacar en este contexto es que el papel de las mipymes en el tejido empresarial del Valle del Cauca es indudable. Las mipymes se concentran principalmente en Antioquia, Valle del Cauca y Cundinamarca y, tiene un gran peso en la estructura empresarial. Según el Dane en el censo económico se estimaba que hay 1.422.117 empresas en Colombia, de las cuales el 96,4 % se clasifica como mipymes: microempresas (92.6 %) y empresas pequeñas y medianas (3,7 %).
Estas, señala Mora, fueron las más afectadas por la pandemia. “Las mipymes y en mayor proporción los micronegocios, durante el cuarto trimestre del 2020 mostraban serias dificultades en materia de aprovechamiento de su capacidad instalada, aprovisionamiento de materias primas, nivel de inversiones, acceso a financiamiento bancario, etc., siendo las microempresas las más afectadas”.
Bajo estas condiciones generadas por la pandemia, en abril del 2020 las empresas vallecaucanas dijeron necesitar un tiempo mayor a seis meses para su normalización. Los sectores de construcción (88 %), manufactura (85 %) , servicios (85 %) y comercio (80 %) son aquellos con mayor proporción de empresas que consideraban, en ese entonces, requerir un lapso menor a seis meses para su recuperación.
Los ingresos represados para normalizar sus operaciones incluían la gestión de cartera con clientes (39 %) y productos terminados en bodega (16 %). Sin embargo, alrededor del 20 % de las empresas no tenía inventarios ni cuentas por cobrar al momento de ser consultadas.
Con respecto a las pequeñas y medianas empresas, la pandemia evidenció los problemas a los cuales se enfrentan las micro y pequeñas empresas. Los investigadores encontraron que las microempresas tienen una probabilidad de entrar en cese de actividades del 58,4 % con respecto a empresas de mayor tamaño.
Bajo ese panorama las microempresas tienen 2,5 más veces probabilidades de salir a una situación de cese de actividades con respecto a aquellas que son pequeñas, medianas o grandes empresas.
2,5 veces son hoy las probabilidades de una mipyme de caer en cese de actividades.
Ocupaciones adaptables
La pandemia y las medidas posteriores de cuarentena afectaron principalmente al sector de servicios en el Valle. De esta forma, muchas de las empresas asociadas a este sector tuvieron que cerrar, redujeron los puestos de empleo y postergaron sus planes de expansión. De esta forma, los grandes perjudicados fueron los trabajadores de servicios cuyas ofertas de empleo cayeron un 49 %.
Contrario al anterior panorama aquellas ocupaciones de profesionales, científicos e intelectuales fueron las que menos cayeron entre el 2020 y el 2019 e incluso aumentaron como proporción del total de vacantes pasando de un 14,4 % en el 2019 a un 17,5 % en el 2020.
Las ocupaciones elementales, que si bien no son las más buscadas por los empresarios vallecaucanos ya que son alrededor del 3.5 % cayeron un 41%.