El sector privado colombiano no ve con buenos ojos que en este momento se ponga en marcha una ley que reduzca la jornada laboral, así en la práctica la norma entre en vigencia en un par de años.

La iniciativa plantea que se baje en seis horas semanales la jornada de trabajo, es decir, que se reduzca de 48 horas por semana, como está hoy, a 42 horas en el año 2026.

Para el Congreso de la República, que ya le dio el visto bueno al proyecto, es una alternativa positiva porque permitirá a los empleados aprovechar más los espacios en familia y tomarse un poco más de tiempo a descansar o a estudiar.

Lea también: "Valle saldrá fortalecido de esta crisis": Brigard Urrutia

Pero para muchos empresarios agrupados en la Andi, en Fenalco y en Acopi, que representan los gremios de la industria, el comercio y las micros, pequeñas y medianas empresas colombianas, el proyecto no ayuda a generar empleo, que es lo más importante ahora y mañana.
El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, dijo que “es lamentable que el Congreso de la República no haya comprendido que este es el momento de crear empleo, construir oportunidades para los jóvenes y disminuir los índices de desocupación. Esta ha debido ser una ley de creación de trabajo y de superación de la informalidad”.

Para el dirigente gremial hay una gran “desconexión con la realidad del país y por eso se le da aprobación a una ley que hace todo lo contrario”.
El proyecto de Ley No. 212 del año 2019 del Senado está a punto de ser ley de la República, pues ya se surtieron todos los debates y solo se estaba pendiente de la conciliación.

El presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, Jaime Alberto Cabal, dijo que es una iniciativa que estimula la informalidad, eleva los costos de laborales de contratación y genera cargas excesivas a las nóminas de las empresas, lo que seguramente desincentivará la generación de empleo, sobre todo en momentos en el que el mundo está en proceso de reactivación económica a largo plazo.

Por su parte, la Presidenta de Acopi, Rosmery Quintero, sostuvo que el sector empresarial se encuentra en un momento de adaptación y superación de efectos de la pandemia y los bloqueos, y en razón a eso el proyecto resulta inconveniente, puesto que las empresas no están condiciones de asumir nuevas cargas.

¿Qué dice el proyecto de ley 212 de 2019?

Plantea la reducción de la jornada laboral, hasta 42 horas semanales, sin afectar el salario de los trabajadores. Ganarán el mismo salario que le pagaban por trabajar 48 horas a la semana.

¿Para qué?

Para incentivar y aprovechar los espacios familiares, de tal manera que los trabajadores puedan disfrutar más tiempo con sus familias, invertir tiempo en educación y descanso.

¿Qué incidencia tiene?

Un empleado feliz es más productivo, de tal manera que la propuesta busca aumentar la productividad de las empresas, y en consecuencia la del país.

¿Cómo se implementaría el proyecto de ley?

Se haría de manera gradual y se aplicaría de la siguiente manera:
La jornada laboral baja a 47 horas a la semana. Habrá una reducción de una hora transcurridos 2 años desde la entrada en vigencia de la ley, es decir en el 2023.

Luego baja a 46 horas a la semana pasados 3 años después de la entrada en vigencia de la norma, en el 2024.

El cuarto año baja a 44 horas, se reducen 2 horas (en el 2025) y en el quinto año la jornada laboral baja a 42 horas, en el año 2026.
El proyecto señala que a la entrada en vigencia de la presente ley, el empleador que quiera puede acogerse a la jornada laboral de cuarenta y dos (42) horas a la semana.

Esto permite a los empleadores que ajusten los horarios de sus trabajadores, dando espacio para que tomen todas las medidas pertinentes para cumplir estas metas de disminución de jornada máxima.

¿De dónde surge el proyecto?

La Recomendación conocida como R116 de 1962 de la OIT sobre la reducción de la duración del trabajo, dispone que:

“La duración normal del trabajo debería reducirse progresivamente, cuando sea apropiado, con el objeto de alcanzar la norma social indicada en el preámbulo de la presente Recomendación, sin disminución alguna del salario que los trabajadores estén percibiendo en el momento en que se reduzca la duración del trabajo.”

Colombia encabeza el listado de los países con peor balance de la vida familiar y laboral, con un puntaje de 0,9 sobre 10. El 27 % de los colombianos trabaja un número de horas mayor que el promedio de otros países. Es por ello que se ‘desequilibra’ la balanza vida-trabajo.

El convenio C001 de la OIT, ratificado por Colombia, data del año 1919, hace 100 años que se habla de una jornada laboral de 48 horas semanales en el sector industrial colombiano.

Las condiciones han variado.

En el sector comercio y oficinas, Colombia suscribió el convenio C030 el 04 marzo 1969, hace más de 50 años, igualmente sobre 48 horas semanales.

El Dane y el uso del tiempo

Una encuesta de uso del tiempo del organismo estatal muestra que los colombianos trabajan en promedio 8 horas y 25 minutos al día.
Sin embargo, la productividad laboral no ha tenido aumentos considerables en los últimos años, en el 2016 fue de 0,6%, en el 2017 de 0,44% y para el 2018 fue de 1,67%.

Por otra parte, el promedio de horas trabajadas a la semana es de 45,1, los hombres trabajan en promedio 47,8 horas y las mujeres 42,3 horas.

Los peros

Para Acopi, esta iniciativa generará un incremento de los costos laborales en las MiPymes, en 13,6% adicional sobre el salario de los empleados, “lo cual será contraproducente para nuestro segmento, el cual representa el 80% del empleo en el país, ahondará sus dificultades y aumentará las cifras de desempleo, que al mes de abril estaba en el 15,1%”, explicó la Presidenta del gremio.

“Este es un proyecto de ley que fue pensado en un país que no es el de hoy. Las circunstancias que rodean su aprobación son sustancial y dramáticamente distintas luego de una pandemia, protestas, bloqueos y vandalismo que dejaron a Colombia en una difícil situación económica y así nos digan que su implementación será escalonada, es un durísimo golpe al reemprendimiento y la reactivación, que de seguro va a tomar varios años y traerá como consecuencia una mayor informalidad laboral”, afirmó el Presidente de Fenalco.

En pocas palabras, los principales gremios dicen que “es absurdo que cuando el país necesita iniciativas que estimulen la generación de empleo, el Congreso legisle en la dirección contraria”.

El reto es crear empleos formales

La ANDI expresó que se perdió una oportunidad para impulsar de manera adecuada la creación de nuevas vacantes, respondiendo al clamor de los jóvenes que buscan ubicarse laboralmente, lo cual podría haberse logrado con un articulado enfocado en promover el primer empleo y que les ofreciera incentivos a las empresas que se comprometieran con contratar a más personas.

En el último año se han creado presiones sobre el mercado laboral por cuenta de la pandemia, de modo que la prioridad debe ser la de crear condiciones que impulsen la reactivación económica, la cual debe ir de la mano con más trabajo.

“Se trata de una decisión que va en contra del empleo, por lo que reiteramos nuestro llamado al Gobierno a enfocarnos en crear oportunidades para todos. Mientras el país cuente con tasas desempleo por encima del 15% y de informalidad superiores al 20%, hoy en día cercanas al 50%, las políticas laborales deben concentrare en superar estos obstáculos”, concluyó el presidente de la Andi, Bruce Mac Master.