Cuando se pensaba que el sector aéreo en Colombia volvía a tomar vuelo después de la difícil etapa que vivió en medio de la pandemia por el Covid-19, que amenazó con quebrar a las diferentes aerolíneas, las presiones externas sobre la economía nacional vuelven a poner en vilo su desempeño, con la suspensión de operaciones de las dos aerolíneas de bajo costo.

Primero fue el caso de Viva Air, que cesó sus operaciones el pasado 27 de febrero, afectando a más de 400.000 viajeros que quedaron varados en diferentes aeropuertos del país, en medio del proceso de integración con la aerolínea Avianca, que estaba en poder del Gobierno Nacional desde mediados del año pasado sin una respuesta.

A este hecho se sumó esta semana la suspensión de operaciones de Ultra Air, otra de las aerolíneas de capital colombiano que operaban bajo la figura de low cost, un término que tomó fuerza en Colombia en la última década, pero que hoy, a raíz de los inconvenientes y la falta de liderazgo frente a las adversidades, está perdiendo la credibilidad ante los usuarios.

Ambos casos eran de total conocimiento del Gobierno Nacional, por lo que muchos se preguntan si faltó vigilancia por parte de las autoridades.

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El proceso de integración entre Avianca y Viva sigue, pero Ultra perdió la esperanza de salvarse cuando la aerolínea chilena Jetsmart anunció que ya no tenía interés en esa aerolínea.

“Hemos avanzado en el proceso y consideramos que, por diversos factores, no es posible continuar con la intención de compra y hemos dado por terminado el proceso”, dijo el presidente y CEO de Jetsmart, Estuardo Ortiz.

Son varios los factores que agudizaron la crisis de ambas aerolíneas, entre los que se resalta la presión que recibieron tras el regreso del Impuesto al Valor Agregado (IVA) al 19 %, después de permanecer por un par de años, en medio de la pandemia, en el 5 %. Además, los altos precios de los combustibles, que tienen su origen en la crisis internacional.

El consultor empresarial Ignacio Osuna Soto, destacó que el sector aéreo se ha visto impactado por dos fenómenos: la pandemia, que “fue un golpe verdaderamente significativo al giro normal de negocio, atentando contra la salud financiera y económica de todas las empresas del sector, por lo que ha habido un boom de quiebras”.

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El experto resaltó que parte de la solución a la crisis es permitir de una forma ágil los procesos de integración, siempre y cuando le convenga al mercado, porque este también se ve afectado con la salida de estas compañías.

Osuna Soto resaltó que se necesitan entes más proactivos para afrontar este tipo de situaciones, para que los pasajeros no terminen pagando los platos rotos.

A esto añade Paula Bernal, presidenta de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata, por sus siglas en inglés), que uno de los principales factores de la crisis tiene que ver con los precios de los combustibles, que se han incrementado en Colombia entre 45 % y 50 %, producto de la devaluación, teniendo en cuenta que a nivel mundial este incremento oscila entre 20 % y 30 %.

Ante la crisis, las demás aerolíneas del país seguirán movilizando, gratis o con precios más favorables a los afectado por unos días. Pero el vicepresidente de Operaciones de Avianca, Frederico Pedreira, comentó sobre la crisis que “creemos que para mantener la estabilidad del sector necesitamos contar con aerolíneas robustas y sostenibles, y eso es lo que ha demostrado Avianca desde su nacimiento en 1919”.