Los taxistas entrevistados en Bogotá, Cali, Tunja y Cundinamarca hablaron de sus dos grandes dolores de cabeza, los gastos fijos y los anuales. Los gastos fijos incluyen, cuota del crédito del vehículo, valor del producido, combustible, comisiones de las aplicaciones, lavado y los gastos relacionados con la alimentación callejera.
Según Fincomercio, en los gastos anuales de cada conductor, se encuentran el seguro de responsabilidad civil contractual y extracontractual, que oscila alrededor de $ 1′400.000 y $ 4′000.000 según el modelo del vehículo y cubre en caso de lesiones, muerte o daños causados a terceros. Además del cambio de llantas, aceite, Soat, mantenimiento, entre otros.
“Uno no alcanza a comprender la situación de los taxistas hasta que se sienta con ellos y los escucha. Justamente porque conocemos sus necesidades, hemos implementado soluciones de ahorro y crédito personalizadas para atender a los colombianos que forman parte de este sector. En su mayoría, hombres y mujeres de estratos 1, 2 y 3, que trabajan 13 horas diarias como conductores, no como propietarios; que están dispuestos a levantarse a las 2 ó 3 de la mañana para hacer turnos hasta el final del día, incluso sacrificando su salud, ya que por años trabajan toda la noche. Además, no tienen acceso a las ventajas de un trabajador formal, como prima de mitad y fin de año, contrato y parafiscales. En ese contexto nosotros somos un motor de desarrollo social que apoya al taxista y su familia, con programas de recreación, salud y educación financiera”, menciona Angélica Fuentes, directora del segmento taxis de Fincomercio.
Plataformas digitales
Un aspecto relevante al analizar el panorama socioeconómico de los taxistas colombianos es la aparición de las plataformas digitales que brindan un servicio similar.
Según cientos de ciudadanos, las plataformas los libran de la frustración al escuchar respuestas negativas como “Yo por allá no voy”. Ahora, los usuarios tienen la posibilidad de tener el control sobre el tiempo, la ruta y el costo del viaje.
“Yo sé que es muy molesto para los pasajeros escuchar “Yo por allá no voy”, de hecho, que sea la oportunidad de pedir disculpas a los colombianos. Pero, también quiero que se pongan en nuestros zapatos. Muchas veces cuando uno va a un barrio peligroso, lo roban, le rayan el carro, hemos visto casos de compañeros que hasta han perdido la vida, entonces uno prefiere que el pasajero se enoje a dejar a los hijos huérfanos. Eso sí es un tema de seguridad. Pero, a veces, es un tema de movilidad, entonces, si yo estoy buscando como darle de comer a la familia, yo prefiero hacer 5 carreras mínimas que 1 carrera larga porque voy a ganar más. Yo sé que es molesto, pero les pido que entiendan que uno está haciendo lo del mercado diario”, explica Efraín Blanco de 40 años, quien ejerce como taxista, luego de ser soldado profesional de Colombia.
Gilberto Ramírez taxista hace 27 años, señala que: “respecto a las plataformas, yo pienso que cada pasajero es libre de elegir la forma en la que se quiere transportar, hay mercado para todo el mundo, yo creo Dios nos bendice a todos, así que, a mí eso no me molesta. Uno trabaja honradamente para sacar adelante a los muchachos, darle de comer a la familia, pagar deudas, y la cuota de la casita. Realmente el taxi es el sustento familiar y hay que cuidarlo sin quitarle a nadie”.
Aplicando el reconocido refrán de “para gustos los colores”, así como hay quienes atacan a los taxistas, hay quienes los defienden. Un caso reciente y ampliamente difundido fue el elogio de Daniel Fraga, reconocido influencer mexicano quien, de visita en Colombia, exaltó el servicio prestado por los “amarillitos”, resaltando su calidad y justicia de las tarifas.