Hay gran preocupación por el sorprendente aumento de un impuesto clave que planea realizar el Gobierno del presidente Gustavo Petro, un tema que ha generado un gran debate en las últimas horas y que se plantea en la polémica reforma tributaria, también conocida como ley de financiamiento.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, estuvo presente en la Comisión IV del Senado el pasado 16 de octubre, allí dio a conocer el nuevo proyecto con el que esperan recaudar cerca de 12 billones de pesos. Se trata del segundo articulado de este tipo, ya en el 2022 fue aprobado uno durante el inicio de la administración.
Entre otras cosas, el funcionario entregó algunos adelantos de lo que tendrá esta reforma que, según puntualizó, tiene como objetivo conseguir dinero de los sectores que más ingresos generan y, por lo mismo, tienen un gran poderío económico. Uno de los aspectos que más llamó la atención es que se modificaría un impuesto que generaría un gran cambio para las personas que se movilizan en automotores impulsado por hidrocarburos o energías no renovables.
Según explicó el jefe de la cartera de Hacienda, en el nuevo proyecto se estipula un alza del 200 % en la tarifa del impuesto al carbón, lo que generaría un duro golpe en el bolsillo porque significa un valor de hasta 75.000 por tonelada de CO₂.
Este anuncio generó una gran controversia en todo el país, son millones de bolsillos los que resultarían impactados si es que este cambio se llega a aprobar, pues los precios de la gasolina, diésel y gas incrementarían en gran medida.
El sector de transporte es uno de los más inquietos por la noticia entregada por el funcionario, se aumentarían los valores por galón de cada combustible y las ganancias podrían diminuir. Además, es de recordar que los camioneros hace poco llegaron a un acuerdo con el Gobierno para el alza del diésel, aunque antes de esto se vivió un caos por cuenta del paro que protagonizaron.
De hecho, Bonilla recordó este tema y aseguró que se podría analizar la posibilidad de incrementar estas tarifas de una manera progresiva, esto con el objetivo de evitar un gran impacto en el bolsillo de transportadores.
“Creemos que tal como lo estamos haciendo con el diésel en la vida real, que es de manera progresiva, no es de golpe, podemos llegar a cerrar la brecha en el 2025-2026, y que esto que impactaría por el impuesto al carbón tendríamos que irlo incorporando también progresivamente, pero eso es un tema de discusión de cómo lo vamos a hacer”, señaló.