Un fuerte cuestionamiento a la Federación Nacional de Cafeteros hizo el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, durante el debate de control política citado por la Cámara de Representantes para mostrar detalladamente la situación de miles de agricultores.
Recordó que hay 548.000 familias dedicadas a la producción de café en 859.000 hectáreas con un promedio de 1,5 hectárea por predio. Sin embargo, cuestionó que los cultivadores tienen tierra sobrante en sus predios y que la Federación no sabe qué se hace en estos terrenos. “No existe ningún control, ni ningún examen sobre qué hay al lado de la producción cafetera. Le hemos pedido a la Federación que haga un inventario sobre qué es lo que hay en esas hectáreas adicionales”.
Para el ministro Bonilla, los problemas del sector cafetero, que vivió un par de años de buenos precios y ahora enfrenta la caída de los mismos, tienen que ver con el retraso en la renovación cafetera, la quiebra de las cooperativas, la falta de valor agregado en el producto y los altos costos de la agremiación.
“Los cultivadores cafeteros son el eslabón débil de la cadena del café, son los que reciben la menor parte del proceso productivo de comercialización, porque a ese eslabón débil no se le enseñó a hacer transformación, a generar valor agregado. Dónde estuvo la Federación para hacer la transformación del café, tenemos unos problemas acumulados, no es por el cambio de un gerente”.
Insistió en que hay altos costos de administración, sueldos altos, que no se comparan con los ingresos de un cultivador. “Ningún cafetero se gana los $100 millones que ganan los directivos. Esas malas costumbres están generadas desde la familia de un exministro de Hacienda que fue el dueño de la Federación durante mucho tiempo, y que fue el que nos acostumbró a que en Nueva York se va en limosina. Nos acostumbró al lujo, al consumo suntuario y tenemos una Federación con altos costos de administración”, reiteró.
Propuestas
Durante el debate, Alejandro García, representante de la Alianza Verde, uno de los citantes dijo que los problemas del sector cafetero están afectando a 2 millones de personas “por lo que pedimos medidas urgentes como que el ingreso cafetero se debe sostener. Debemos robustecer y poner en marcha el Fondo de Estabilización de Precios de Café, invertir en investigación y desarrollo, facilitar el acceso al crédito y financiamiento y promover innovación y renovación de cafetales”.
Por ello propuso que de los 6 centavos que por cada dólar se exporta de los cafeteros, “5.5 van al Fondo Nacional del Café y solamente 0.5 van al Fondo de Estabilización de precios, por eso queremos que esto cambie: Que sean 4 para uno y 2 para la estabilización de precios”. La caficultura está presente como cultivo en 22 departamentos y en 631 municipios del país. Más del 57% del territorio nacional tiene café.
Para el representante liberal y otro de los citantes, Aníbal Hoyos, el debate se debe centrar sobre ingreso cafetero pues “el cafetero en su finca no está montado en una bicicleta estática, siempre está buscando mayores ingresos”, al tiempo que recordó que hay 548.581 productores de café, 358.785 hombres y 161.184 mujeres, de ellos, el 36.8% de los productores cafeteros, son adultos mayores, el 29.9% son mujeres cabezas de familia, el 2.5% son jóvenes y 22.7% víctimas del conflicto armado.
Solicitó un precio que le dé un punto de equilibrio a los caficultores. “Hay que darle un margen de sostenibilidad para mantener sus hogares, para pagar dignamente a sus empleados”, por lo que propuso generar un precio base con un margen de rentabilidad para los cafeteros y no pensar en el punto de equilibrio.
La ministra de Agricultura, Jenifer Mojica, al intervenir recordó las apuestas del gobierno como la Reforma Agraria y “el café no se va a quedar por fuera, tenemos que avanzar en la formalización de la propiedad de las tierras caficultoras, la mitad de la caficultura no tiene títulos de sus tierras”.
Explicó que la compra de tierras para hacer reestructuración del microfundio es una de las grandes apuestas. “Líneas de crédito especiales con ICR, es decir, un subsidio de un 30 a un 40% del valor de la deuda para hacer que los caficultores y sobre todo los que no tienen tierras como mujeres y jóvenes”, comentó por lo que se busca lograr “que el agro se vuelva potencia económica nuestro café debe cambiar, tenemos que tener un café renovado”.
Planteó además que “nos urge hacer un programa, un plan de planificación de la cadena de renovación, invito a que lo hagamos, acabamos de lanzar el plan de ordenamiento productivo de la papa, tenemos del maíz, el del arroz, en la medida en que tengamos más transparencia en la planificación de nuestra agricultura cafetera, podemos ir a las causas estructurales y no a la calentura que se presenta cada ciclo de tres a cinco años