Una de cada tres plantaciones de café en el Cauca es liderada por mujeres, quienes han demostrado que pueden marcar la diferencia en este sector.
“El departamento ha sido afectado por el conflicto armado del país y las mujeres se quedaron en las fincas, resistiendo. Eso ha hecho que haya una caficultura nueva y resiliente”, resaltó el director del comité de cafeteros del Cauca, Gerardo Montenegro.

Según los responsables de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), en muchos casos el conflicto armado obligó a los hombres a huir a las ciudades.

En ese momento muchas mujeres se encontraron solas y decidieron salir adelante, administrando las fincas cafeteras en las que hasta entonces ellas habían jugado un discreto segundo plano.

“Generalmente la agricultura siempre fue desarrollada por hombres, pero la mujer tiene una característica en la administración del campo y es que pone a su familia y la calidad de vida de los hijos por delante de todo”, señaló un directivo de la FNC, quien duda de que las nuevas cafeteras estén dispuestas a renunciar al poder que han ganado en las plantaciones del país.

Tania Mosquera, una de las agricultoras caucanas, explicó que desde la FNC se las instó a unirse para conseguir mejores precios para el grano que cultivan a través de asociaciones de mujeres cafeteras como Aslicafé, que agrupa a poco más de 2.000 de pequeñas cultivadoras desde hace casi una década.

“Ahora nos dan la importancia que nos merecemos y se ha visibilizado nuestro esfuerzo, que era invisible. El trabajo del café era muy machista”, reivindicó Mosquera ante los ojos llenos de admiración de su hija Tania Valeria.

La mayoría de los cultivos liderados por mujeres tienen una extensión reducida, de entre una y dos hectáreas, de las que se sacan alrededor de 3500 kilogramos de café en dos cosechas, una en junio y otra, de menor tamaño, en Navidad.

El café producido por estos grupos de mujeres es considerado de alta calidad y llega a los mercados internacionales de la mano de marcas como la italiana illyCaffè.

“Nosotros reconocemos el gran esfuerzo que hacen las mujeres y sabemos que son muy dedicadas haciendo este trabajo”, dijo la directiva de la compañía Anna Illy durante una visita de los responsables de la firma de Trieste (Italia) a la finca de “La Puentecita”, en el municipio de Piendamó, en el Cauca.

Illy colabora con varias producciones cafeteras encabezadas por mujeres desde hace dos años y apoya sus proyectos ofreciendo formación y facilitando que estas trabajen con contratos de compra de café estables a largo plazo.

“Las fincas de mujeres tienen más orden y calidad, porque nosotros manejamos bien el tiempo. Las expectativas son muy buenas y veo a las futuras generaciones, como la de mi hija, trabajando en procesos más avanzados y haciendo un café que sobre todo sea sostenible", resaltó Mosquera.