El sector agrícola colombiano ha tenido que enfrentar en los últimos meses altos costos de la producción, temporadas de lluvias y ahora la posibilidad de sequía, una vez entre con fuerza el fenómeno de El Niño, por lo que sus resultados en el Producto Interno Bruto (PIB) del país no han sido los mejores. En el segundo trimestre del 2023 se reportó un decrecimiento de 1,4 %, según el Dane.

Sin embargo, esto no es lo que más preocupa. Jorge Enrique Bedoya, presidente de la SAC (Sociedad de Agricultores de Colombia), expresó que una de las mayores inquietudes tiene que ver con la inseguridad en las zonas rurales del país.

El directivo, en entrevista con El País, resaltó que más que aumentar la producción, a los cultivadores les interesa mantener una rentabilidad que permita sostener los negocios, lo cual no se está dando en toda la cadena productiva.

Agregó que los gremios siguen a la espera de que el Gobierno Nacional atienda el llamado de trabajar en acuerdos sobre los principales temas del país.

¿Cuál ha sido el comportamiento del sector agropecuario este año?

Hay que desagregar por sectores, la producción porcícola tiene un comportamiento positivo, en términos de crecimiento, la avicultura también. Sectores agrícolas como el arroz, si usted lo compara con el año pasado, también crece, pero a nosotros lo que siempre nos interesa es ver la rentabilidad de los productores que es el verdadero indicador para los afiliados de la SAC.

Hemos visto una dinámica interesante en materia de los costos de producción que empiezan a reducirse. Particularmente, ha habido una disminución en el costo de los fertilizantes para el sector agrícola. Sin embargo, para el caso de los pecuarios, no necesariamente pasa lo mismo, porque siguen muy altas las cotizaciones en el mercado internacional del maíz, frijol, soya y torta de soya, que son alimentos para las aves, los cerdos y los peces. Entonces, la mirada que nosotros le damos al sector no es tanto por crecimiento, sino más por rentabilidad.

¿Pero en general está viendo un mejor panorama?

Hay un ambiente cauteloso en algunos sectores, pero hay una cosa que les genera mucha preocupación a los productores de campo y es la condición de inseguridad en la que está el país, porque como lo hemos hablado en varias oportunidades una cosa es lo que ocurre en materia de la economía y otra cosa es lo que está ocurriendo en materia de seguridad, y ustedes si que lo saben en el Valle del Cauca, pues muy desafortunado son las cifras de extorsión, las cifras de secuestro, los bloqueos en las vías y la invasión de tierras. Eso a la gente le genera un alto grado de preocupación, eso independientemente del esfuerzo que hacen para sacar adelante sus cosechas.

El Valle del Cauca se han recuperado algunos cultivos como el de algodón que prácticamente había desaparecido de la region. | Foto: El País

¿Qué tanto está afectando esta inseguridad la inversión?

Los productores viven de sus cultivos y le meten todo el empeño para seguir trabajando, pero definitivamente en las zonas donde se presentan los mayores problemas de inseguridad, se requiere es una presencia más activa de la fuerza pública y del Estado en general.

Hay gente que la están extorsionando y a ellos les da miedo, inclusive, poner las denuncias y eso es muy difícil de combatir. Por eso nosotros hemos reclamado mayor presencia en el territorio por parte de la fuerza pública para generarle la confianza a los habitantes de la ruralidad, que son zonas muy dispersas, para que puedan desarrollar sus actividades productivas, pero si la condición de seguridad se sigue deteriorando, pues evidentemente mucho me temo que eso sí pueda incidir en decisiones de inversión. Obviamente, en zonas muy especiales del país donde hay mayores complicaciones.

¿Cree que las elecciones regionales cambian un poco el panorama político y económico del país?

Tuve la oportunidad de estar en un evento de la Federación de Nacional de Departamentos y tuvimos una conversación interesante con los nuevos mandatarios y el planteamiento que nosotros les hacemos a ellos es que tienen unas enormes responsabilidades con sus ciudadanos.

Yo creo que hay una sensación diferente por los cambios que se presentaron en algunos departamentos, con las elecciones, pero al final ellos tienen que gobernar como el Presidente de la República tiene que gobernar para todo el país y entre todos tenemos que sacar adelante a Colombia y eso dependerá de la voluntad política que tengan los nuevos gobernadores y alcaldes, de la voluntad política que tenga el Presidente de la República, de lo que dijo en su discurso de posesión de un acuerdo nacional, de crear consensos porque aquí lo que está en juego es el futuro del país, más allá de una discusión política.

A propósito, se decía que por fin había un espacio para hablar del acuerdo nacional con los gremios, ¿en qué quedó eso?

No ha pasado nada y obviamente nosotros, cómo lo hemos dicho desde el principio, estamos listos a sentarnos en esa convocatoria que había hecho el Presidente de la República. Incluso, se había citado una reunión del Consejo Gremial, pero se canceló.

Independiente de eso, nosotros mantenemos un diálogo fluido con muchos de los ministros, en los temas específicos del sector agropecuario, pero a la hora de mirar los acuerdos no hay avances, estos deben ir de la mano, por ejemplo, de la reforma laboral, que aún no empieza la discusión en el Congreso, y como lo hemos dicho, tenemos propuestas concretas para que esa reforma contribuya a reducir la informalidad y a generar incentivos para la generación de empleo formal que necesita Colombia.

Es decir que el acuerdo aún no va...

Pues hasta el momento no ha pasado nada.

¿Por qué no han podido llegarle al presidente Petro con este mensaje de unidad?

Para bailar salsa se necesitan dos y nosotros hemos estado dispuestos, desde el primer momento, a trabajar con el Presidente y sus ministros. Con estos tenemos conversaciones fluidas en muchos temas, pero si el Presidente quiere tener un acuerdo nacional, discutir las grandes reformas, o hablar de las políticas que le sirven a la generación de empleo y que contribuyan a fortalecer la seguridad alimentaria del país, a dinamizar más las exportaciones, pues tenemos muchas propuestas desde la SAC, que se las dejamos ver al Gobierno desde que inició y siempre estaremos listos a mantener ese diálogo y lograr los consensos que se puedan por el bien de la ruralidad y de los consumidores colombianos.

¿Les sigue preocupando la reformas sociales?

Son fundamentales, evidentemente el tema de la informalidad laboral en Colombia es una vergüenza como todos lo sabemos, la tasa de informalidad casi que es del 50% en el país y más del 86% en la ruralidad y son las discusiones que hay que dar y por eso hemos hecho propuestas, lo que ocurre es que no hemos visto la receptividad total por parte de la señora Ministra del Trabajo con quien mantenemos un diálogo, a partir de la diferencia como dice ella. El espacio será el Congreso de la República, así lo hemos hablado con la coordinadora ponente, Mafe Carrascal, con el mismo presidente del Congreso de la República lo hemos conversado y estamos listos para dar esa discusión sobre las cosas que puedan ayudar a luchar contra la informalidad laboral y también incentivar la generación de empleo formal.

Pero pues esperemos a ver qué ocurre en estas próximas semanas en el Congreso de la República y si se inicia una discusión que nos permita buscar esos consensos. Le mencionó esto a propósito de que con el Gobierno, cuando se posesionó, tuvo la oportunidad de lograr un primer consenso que fue el acuerdo sobre el salario mínimo que está vigente para el año 2023, y ya dentro de poco empezarán nuevamente esas conversaciones, entonces si se logró consenso en una cosa tan importante como el salario mínimo por qué no vamos a poder sentarnos a buscar consensos en los temas de las grandes reformas sociales. Desde el sector productivo, desde el primer momento, hemos estado listos, construyendo a partir la diferencia, pero con argumentos muy soportados en lo técnico para el beneficio de los trabajadores y de los empresarios.

¿En ese sentido la reforma laboral como está planteada necesita cambios?

Sí, necesita cambios. Nosotros los hemos planteado desde la primera vez que la llevaron al Congreso y que no avanzó, porque es evidente que los cambios que hemos propuesto contribuirían a reducir la informalidad laboral en el campo, en lo que hemos llamado el contrato agropecuario, pero se le adicionaron unas cosas, por parte de algunos de los congresistas y también del Gobierno, que en nuestro concepto no funcionan y tal vez eso podría ser peor el remedio que la enfermedad.

¿Cómo cuáles alertas?

Por ejemplo, cosas que prohíben la tercerización, hay una definición muy ambigua de lo que es el sector agroindustrial, no permite el aporte a seguridad social por las horas efectivamente trabajadas, generan una serie de adiciones a lo que habíamos propuesto que realmente termina siendo más daño que beneficio y eso es parte de la conversación.

¿En general cómo ve la economía colombiana?

Lo que demostró la economía en pandemia fue la capacidad de un país de trabajar de manera conjunta, entre el sector productivo y el Gobierno, de atender una situación que la humanidad no veía hace décadas y que le generó una lesión muy grave a la economía, pero que también generó alternativas inyectándoles recursos para el desempeño económico y buscando acuerdos de la mejor manera de administrar una situación tan impredecible y tan difícil como fue la pandemia.

Ahora, el llamado al Gobierno es que si queremos fortalecer nuestro país y nuestra economía, en estos tres años que le quedan, pues es el momento de trabajar estos consensos, de las grandes reformas, del día a día de lo que ocurre con la economía, de los incentivos para la creación de empleo formal, en los incentivos para creación de nuevas empresas para la inversión, para el desarrollo agropecuario porque el reloj ya va marcando 15 meses de Gobierno y son muchas de las cosas que todavía quedan por hacer