Durante los últimos días los colombianos han sido testigos del impacto que ha generado el llamado Coronavirus, ese tipo de gripa mortal que se originó en China, y a pesar de que se presentó a miles de kilómetros, ya contagió al peso.
Aquí se aplica la frase coloquial de muchos analistas: si China estornuda, enferma a todo el mundo.
A principios de año, cuando murió un general iraní por un ataque de los Estados Unidos, el mundo también se estremeció y evidentemente, en Colombia, también se sintió el efecto.
Hasta el juicio político que se adelanta en contra del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, también estremece la moneda colombiana.
En pocas palabras, cualquier evento que ocurra a escala mundial lo percibe el peso colombiano y le causa volatilidad.
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Hoy, por ejemplo, se necesitan $3.423 colombianos para comprar un dólar y eso se debe a todo lo que está pasando por fuera del país. Hace tres años para comprar un dólar se requerían alrededor de $2.800.
¿Por qué sucede eso?, ¿Por qué nuestra moneda es tan sensible a los hechos que se registran en otras latitudes?
Las respuestas a esos interrogantes están relacionadas con nuestra actividad de comercio exterior, especialmente con las exportaciones.
Como se recordará, nuestro país exporta principalmente productos tradicionales, que son básicamente petróleo, carbón y café. La mayor parte de nuestros ingresos dependen de carbón y petróleo.
Entonces, los precios de esos bienes determinan la robustez de nuestro balance externo, pero a pesar de eso no somos grandes jugadores y en consecuencia quedamos al vaivén de lo que ocurra en los grandes mercados del mundo.
Nuestra canasta exportadora no es diversificada y en razón a ello dependemos de lo que ocurra en otras naciones.
Si bien el país y los empresarios exportadores están trabajando en otros productos, en los llamados no tradicionales, como los del agro (frutales) y algunos industriales, aún estamos en pañales en materia de ventas externas.
Así las cosas, Colombia, su economía y su moneda quedan expuestas a lo que se presente fuera de la frontera.
El abogado y economista José Roberto Acosta sostiene que un precio del barril de petróleo por debajo de los 60 dólares abre un boquete a mediano plazo, aumentando el desbalance en las cuentas externas del país, generando mayor vulnerabilidad externa.
Todo porque si el precio del crudo sigue bajando nuestro el país recibe menos dólares y eso afecta las cuentas del Gobierno porque calcula sus presupuestos con base en un precio base.
El analista agrega que si hay un exceso de egresos contra los ingresos, el país se hace más sensible ante cualquier aumento de la percepción de riesgo de los inversionistas extranjeros.
En eso coincide el profesor de la Universidad Javeriana Jorge Restrepo quien añade que en el caso del Coronavirus, hay una relación directa entre China, el petróleo y nuestro peso.
“Todo se explica con el petróleo. Lo que está ocurriendo con el Coronavirus ha tenido un impacto fuerte en la economía China y cualquier fluctuación sobre esa economía genera un impacto inmediato sobre el precio del petróleo, toda vez que ese país es el principal demandante e importador de este hidrocarburo”, dijo.
A mediados de la semana pasada el panorama se complicó aún más porque la Organización Mundial de la Salud declaró la emergencia internacional. En consecuencia, los precios del petróleo en los mercados de Londres y Nueva York sufrieron un notorio desplome.
El barril de crudo WTI en Estados Unidos llegó esta semana a los 52 dólares, uno de los precios más bajos desde agosto del 2019.
Más factores
Para el docente de la Universidad Externado, Isidro Hernández, la volatilidad de nuestra moneda se debe a que la economía colombiana está siempre abierta al flujo del capital financiero (inversionistas extranjeros).
Afirma que este factor es más importante en el corto plazo para la tasa de cambio, pero “hay otro elemento que afecta más a mediano plazo: el endeudamiento externo; cuanto el país se endeuda trae dólares, lo cual afecta la tasa de cambio”, comenta.
Otros analistas explican que la sensibilidad del peso colombiano se debe a que la economía nacional es apenas una ola en el mar de las potencias y termina siendo un agente pasivo en las dinámicas internacionales.
“La razón principal es que Colombia es una economía pequeña donde pueden entrar y salir flujos de capital, pero su sistema financiero todavía no es muy desarrollado. Otras economías similares también observan esas fluctuaciones (Chile, Perú y hasta México, Brasil y Turquía)”, explica el también profesor David Pérez Reyna de la Universidad de Los Andes.
¿Pero será que todo es malo para el peso colombiano?
El señor Pérez Reyna dice que hay ventajas en el aspecto macroeconómico, reconociendo que los “cambios en la tasa de cambio absorben choques internacionales. De lo contrario, los choques los absorberían otras cantidades económicas, como las tasas de interés, que tendrían efectos muy negativos (como lo que pasó en 1999)”.
José Roberto Acosta, por su parte, admite que la mejor barrera proteccionista de la economía colombiana es la devaluación del peso.
“Eso genera autosuficiencia en varios frentes de producción”, explica. En ese orden de ideas, de acuerdo con el analista, la industria colombiana se vería estimulada y las dinámicas comerciales internas tenderían a mejorar.
De otra parte, se han señalado en el pasado propuestas llamativas, como la de dolarizar la economía nacional.
El año pasado, el economista Steve Hanke, profesor en la Universidad Johns Hopkins, afirmó que Colombia debería buscar una moneda más estable y menos sometida a las fluctuaciones de los mercados internacionales.
El planteamiento no fue bien recibido y fue ampliamente criticado por considerarse inconveniente para la independencia financiera de Colombia.
Uno de esos críticos fue Jorge Restrepo, quien sostiene que no resulta nada provechoso “abandonar la flexibilidad de la tasa de cambio. Hacer eso significa quitarle al Banco de la República la capacidad de intervenir con sus instrumentos de política monetaria, en particular con la tasa de interés en la economía colombiana”.
Para el investigador Isidro Hernández seguir con la moneda nacional ofrece dos ventajas.
“Una de ellas es que el movimiento de la divisa le da elementos de competitividad en determinados momentos a la economía nacional. En segundo término, si nos dolarizamos perdemos completamente el control monetario”.
Sobre el dólar
La decisión de la Organización Mundial de la Salud, OMS, de declarar la emergencia internacional por el impacto que ha causado el Coronavirus provocó aumento del dólar y en consecuencia cerró la última semana de enero en $3.423.
El viernes pasado , el dólar alcanzó un precio promedio de $3.423,21, lo que representó un alza de $11,76 frente a la Tasa Representativa del Mercado (TRM), que se ubica este fin de semana en $3.423,24.
El precio máximo del dólar, el viernes, fue $3.429,45 .
El peso local continúa perdiendo valor frente al dólar debido al aumento de aversión al riesgo en el mercado después de que la Organización Mundial de la Salud declaró una emergencia internacional por el Coronavirus, pues este ha causado la muerte de más de 200 personas en China.