El bajo acceso de los emprendedores rurales y en contextos vulnerables del Valle del Cauca y de Colombia a productos de ahorro y crédito es uno de los aspectos que estaría afectando el desarrollo económico de la región, según expertos.
De acuerdo con la más reciente investigación de la Fundación WWB Colombia, entre el 35% y 40% de los emprendedores en contextos vulnerables del departamento tienen acceso a una cuenta de ahorro, una cifra baja si se compara con el 88,9% de los vallecaucanos que, en general, tienen al menos una cuenta de ahorros.
De igual forma, solo el 11,7% de quienes hacen parte de este segmento del emprendimiento local cuenta con una tarjeta de crédito y el 7,6% ha accedido a un crédito de libre inversión.
Otros datos, dados a conocer durante la presentación del documento de recomendaciones de inclusión financiera para gobiernos de Cali, Medellín y Bogotá, indican que solo el 27% de los emprendedores colombianos solicitan un producto de crédito, y el 40% de rechazos que se dan a las peticiones de este tipo de negocios es por no contar con garantías.
“La inclusión financiera es un pilar fundamental para el desarrollo económico y social de nuestras regiones y de nuestro país. Debemos trabajar en conjunto, integrando cada vez a más actores que quieran aportar a la construcción de un futuro equitativo y próspero, para no dejar a nadie atrás y crear cada vez mejores oportunidades”, expresó Daniela Konietzko Calero, presidente de la Fundación WWB Colombia, organización que lideró la construcción de este documento, en asocio con Fundación Capital, IC Fundación, Fondo Nacional de Garantías, Cooperativa Financiera de Antioquia (CFA), Banca de la Oportunidades, Interactuar, Banco W, Universidad Icesi, Sparkassenstiftung, Universidad del Rosario y Asomicrofinanzas.
Sobre el tema, José Andrés Díaz, representante de IC Fundación, dijo que la inclusión financiera es clave para generar desarrollo y para ayudar a la reducción de pobreza. “Las empresas asociativas pueden ser una herramienta clave para poder vincular a un mayor número de productores a los sistemas financieros. También creemos que la inclusión financiera no es solo crédito. Tenemos que pensar en ahorro, en seguros y en otras herramientas que pueden ayudar a la gente a mejorar su nivel de vida”.
Por ejemplo, según el informe presentado, entre las razones para que los emprendedores no soliciten productos de crédito están que les parece más fácil solicitar el dinero a través de fuentes informales (23,8%) o se encuentran reportados ante centrales de riesgo (19%).
Esto coincide con el creciente uso de billeteras virtuales como Nequi y Daviplata. Casi el 40% de los emprendedores las utilizan y las mujeres hacen un mayor uso de este medio.
Ibonne Quiroga, profesional senior, del Fondo Nacional de Garantías, resaltó la relevancia de incorporar la inclusión financiera como componente de resultados, “esto dado que la implementación y evaluación de iniciativas de acceso y uso a servicios financieros para mujeres emprendedoras, población rural y población en situaciones de vulnerabilidad permitirá que se continúe consolidando un ecosistema inclusivo y sostenible para el desarrollo del país”.
Según la Asobancaria, los segmentos poblacionales de bajos ingresos, con menor nivel educativo, que desarrollan actividades económicas altamente informales, son los grupos con un mayor índice de exclusión en el sector financiero de América Latina, así como las personas de la tercera edad y las mujeres.
Una realidad que también afecta a la población rural, donde el 44,4% de la población no tiene una cuenta de ahorro y solo el 8% accede a una tarjeta de crédito. Cuando se habla de mujeres, las brechas pueden ir hasta 6,7 puntos porcentuales en relación con los hombres. En tanto, el acceso a cualquier producto financiero, por parte de la población migrante, sigue representando un reto.
Propuestas
La idea es que el documento de recomendaciones de inclusión sea estudiado por los gobiernos locales y se incorporen esas estrategias a sus planes de desarrollo.
Entre las propuestas realizadas por las fundaciones están: La articulación y fortalecimiento de las capacidades del Estado local, que es el diseño de acciones para lograr esa mayor inclusión; los encadenamientos productivos, con estrategias integrales de acompañamiento a personas y o unidades productivas que garanticen el acceso y uso adecuado de los productos de crédito, ahorro y servicios financieros; políticas diferenciales, según la población (migrantes, mujeres, niños) y fomentar ecosistemas de inversión para facilitar el acceso a recursos a pequeños negocios a través de garantías.