La exdirectora del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), Susana Correa, quien fue designada por el expresidente Iván Duque como gerente de la reconstrucción de las islas de Providencia y San Andrés, luego del devastador huracán Iota ocurrido a finales del 2020, le salió al paso a las críticas que hizo el nuevo Gobierno Nacional por los costos de las viviendas construidas meses después.
El Mandatario Gustavo Petro dijo que el precio promedio de las viviendas fue de $600 millones y expresó que la reconstrucción de esas casas fue una imposición arquitectónica. “Son más para Bogotá o para Medellín que para las islas”, manifestó.
La señora Correa le aclaró al Presidente que las viviendas de la isla de Providencia tienen características especiales, entre ellas que su estructura le permite garantizar que soporte cualquier tipo de huracán.
Añadió que “esas viviendas aguantan vientos de hasta 250 kilómetros por hora, además son sismoresistentes. Viviendas como esas se construyeron 330, que tienen un costo de $640 millones”, precisó en un diálogo que sostuvo con Caracol Radio.
En relación con las críticas que se han hecho en cuanto a los adelantos de las construcciones que aún siguen en marcha en la isla, la señora Correa aseguró que se seguirán llevando a cabo hasta su finalización, mientras que la actividad turística dio reapertura el pasado mes de julio por decisión de los entes territoriales.
Recordó que aún hay personas que están habitando en los hogares de refugio, previstos para la emergencia, debido a que esas familias no contaban con vivienda propia antes del huracán, eran arrendatarias.
Lo ocurrido en noviembre del 2020
Vale la pena recordar que en la madrugada del 16 de noviembre el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina sufrió los embates del huracán Iota.
El huracán no suponía un gran riesgo para las islas. Pero acabó por sorprender al Gobierno Nacional cuando el huracán se acercó mucho más al archipiélago de lo que se había previsto y pasó de categoría 2 a categoría 5, la máxima en la escala Saffir-Simpson, que mide la velocidad de los vientos.
La situación fue más crítica se presentó en Providencia y Santa Catalina, que se encuentran a unos 93 kilómetros de la isla de San Andrés.
El huracán pasó a menos de 12 kilómetros de distancia a una velocidad de 250 kilómetros por hora y destruyó todo a su paso. Dejó 6.000 habitantes damnificados, 4 personas muertas y el 98% de la infraestructura destruida.
Según la Unidad Nacional para la gestión del Riesgo y Desastres, de las 1.295 casas evaluadas en Providencia, 78 casas mantuvieron sus cimientos y 596 quedaron completamente destruidas.
En San Andrés, el mayor impacto del huracán Iota fue en la parte sur de la isla. La carretera circunvalar quedó destruida, cientos de palmeras y árboles caídos, algunas casas destechadas con goteras y otras destruidas.
Tareas que se emprendieron
Luego del embate del huracán, se establecieron mesas de concertación con líderes sociales elegidos por las comunidades de Providencia para hablar de la reconstrucción de las viviendas y demás infraestructuras.
“Los diálogos comenzaron en noviembre de 2020 y finalizaron en enero del 2021, poniendo en actas las condiciones en las que se debían reconstruir las casas y dando por hecha la firma para el inicio de las construcciones en febrero”, explicó la señora Correa.
Señaló que en lo concertado se firmó la construcción de “un tipo de vivienda con estructura de acero y cemento del ciento por ciento de la vivienda que oscilaban entre los 85 metros cuadrados y 111 metros cuadrados.