Luego de que se terminará el plazo de las OPA presentadas por el Grupo Gilinski y de que este se quedara con el 25% de las acciones de Sura y con el 27,69% de las de Nutresa, ahora la incógnita es qué pasará con el esquema de participación del Grupo Empresarial Antioqueño, GEA, en ambas compañías.
Este miércoles los Gilisnki aseguraron su posición como uno de los principales accionistas de Sura y Nutresa, lo que para GEA significará robustecer sus estrategias y, según han indicado expertos, tener que maximizar sus capacidades como accionistas de ambas compañías, así como del Grupo Argos.
De acuerdo con lo indicado a El Colombiano por Sebastián Toro, fundador de la empresa de educación financiera Arena Alfa, uno de los caminos que seguiría el GEA sería listar la filial de Cementos Argos en la bolsa de Nueva York, opción que podría llevarse a cabo en el segundo semestre de este 2022.
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Según manifestó, otro de los ideales sería buscar socios estratégicos, acompañar a Nutresa para que la empresa de alimentos participe en
un mercado que tenga mayor liquidez, así como agrupar varios de los activos que hoy funcionan de forma independiente para listarlos en mercados globales y mejorar los dividendos.
Sin embargo, otros expertos han manifestado que la llegada del Grupo Gilinksi a la junta directiva de ambas compañías generaría un "remezón" en el GEA que tendrá que responderle a los accionistas que, por apoyar al Grupo Empresarial, no quisieron vender su participación.
El profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, Raúl Ávila, explicó a Bloomberg Línea que "tiene que haber un remezón fuerte para darle un respaldo a los accionistas que probablemente no quisieron vender en este proceso inicial de las OPA".
Y agregó que "si los montos son atractivos en cuanto al ofrecimiento de valoración, es muy difícil que se nieguen los accionistas a vender en un
mercado tan competitivo como en el que estamos, pensando en inversiones fácilmente en cualquier parte del mundo".
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Además, respecto a la idea de que el GEA decida formalmente operar de manera unificada, Ávila aseguró que aunque es una posibilidad que sí podría plantearse, esta llevaría a pensar en "reinversiones muy fuertes en cuanto a la retoma o recompra de acciones".
Entre tanto, con relación a lo que significará para el Grupo Gilinski ser parte del conglomerado antioqueño, Luis Carlos Bravo, profesor de finanzas de Inalde Business School, le explicó a El Espectador que este seguramente no tendrá una participación silenciosa y buscará mover las acciones que compraron, así como las que no lograron adquirir.
“Gilinski como socio no puede permitir que la acción regrese a su precio original. Compró estas acciones con una prima elevada que se justificaba plenamente si lograba el control de la compañía. Al no lograr el control, tiene dos caminos: el primero es ser un accionista muy activo, participar en las discusiones estratégicas, cuestionar las decisiones que tomen los administradores y promover decisiones de negocios más agresivas; el segundo camino es insistir en su búsqueda por el control de la empresa, es decir, intentar incrementar su participación accionaria”, comentó.