Por Francy Elena Chagüendo Azcárate/ Editora Economía
Hay opiniones divididas sobre el posible impacto en la economía del recorte de $20 billones en el gasto del Gobierno Nacional para 2024.
Aún no se saben los detalles, pero el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, anticipó que serán $11 billones de funcionamiento (estos son gastos generales de la operación de las entidades) y $9 billones de inversión (que puede incluir proyectos de infraestructura) que sí pueden generar preocupación.
El más optimista es el mismo Gobierno, que aún con este ajuste previsto, mejoró la proyección de crecimiento de la economía para este año en 1,7%.
Es decir, descuenta que el apretón que tendrán que darse las entidades, en especial los ministerios de Hacienda y Trabajo, de dónde deben recortarse $9 billones, influya en el comportamiento económico o en el empleo.
Al respecto, el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, considera que ‘en teoría’ ese recorte no debería tener mayor impacto en la economía sobre todo si el país incorpora un plan de reactivación que genere mayor recaudo y dinámica productiva.
Sin embargo, este académico comentó que el recorte de $20 billones sería insuficiente para lo que Colombia necesita, “hay derroche del gasto público y se hicieron proyecciones de ingresos que no se van a cumplir, esto ha llevado a que las necesidades de recorte sean significativas, las calculo en $40 billones”.
El Gobierno Nacional es consciente de esa baja en los ingresos y amplió su déficit fiscal a 5,6% del PIB en este 2024.
Otra opinión tiene Carolina Monzón, gerente de Investigaciones Económicas del Banco Itaú Colombia. Según esta analista, el recorte del gasto sí tendría efectos en la actividad económica y “desde Itau creemos que el PIB podría crecer tan solo 1,2% en 2024, dado que no solo tenemos esas dificultades en el frente fiscal sino que también tenemos un escenario aún de tasas altas”.
Agregó que se debe monitorear el impacto del recorte del gasto en las regiones y en sectores claves como el agro y la vivienda “que ha tenido una ejecución bastante lenta en el año”.
Al respecto María Victoria Machado, directora de Hacienda del Valle del Cauca, dice que no hay temores de que el recorte afecte a regiones como el Valle del Cauca porque los recursos que se reciben de la Nación son del Sistema Genera de Participaciones, SGP, que son recursos obligatorios y es un gasto inflexible, es decir que no puede ser modificado y está dirigido a las nóminas de maestros y del sector salud.
“No obstante los recursos de la Nación mueven el PIB, el empleo y el aparato productivo. Entonces sí nos inquieta qué sectores van a reducir y su impacto en la desaceleración económica, ya que, por ejemplo, una reducción en el sector vivienda podría tener efectos sobre el impuesto de registro en el Departamento”, argumentó la funcionaria.
Recorte adicional
Lo preocupante, según algunos analistas, es que el apretón anunciado no sea suficiente y, en el segundo semestre del año, el Gobierno tenga que anunciar otro recorte.
De acuerdo con análisis del grupo de investigaciones de Corficolombiana, para cumplir con el déficit fiscal de 5,3% del PIB, que era el inicialmente proyectado, se necesitaría un recorte adicional de $12,3 billones, lo cual podría ser más, teniendo en cuenta que la estimación del déficit aumentó a 5,6% del PIB.
Hasta mayo los ingresos tributarios del Gobierno habían bajado en $15 billones, frente a las proyecciones, y para final del 2024 la cifra podría ascender a $26 billones.
Los investigadores de Corficolombiana calculan que la economía crecería este año 1,3% y aseguran que “más allá de las reducciones del gasto, la estrategia de ajuste fiscal debe tener como un eje fundamental la pronta reactivación económica para que los ingresos se recuperen en la medida en que lo haga el aparato productivo”.
Para Juana Téllez, economista jefe del BBVA, el Gobierno tiene grandes desafíos para hacer un recorte de gastos que no influya en la inversión, sobre todo cuando el gasto público colombiano es inflexible “y cuesta hacer ajustes porque el presupuesto está atado a mucha legislación”.
Coincidió en la necesidad de hacer un gasto eficiente que apoye la reactivación. “No sabemos si el recorte será suficiente, pero sí puede tener un efecto porque las decisiones del Gobierno en temas de gasto impactan las cifras del PIB. El reto es seleccionar proyectos que no tengan efecto macroeconómico muy importante, eso es lo que se debe revisar, cuáles proyectos se pueden postergar”.
“Particularmente la inversión impacta de manera directa en el crecimiento económico, es difícil tener un ajuste y que no genere una disminución en el PIB, en especial en un contexto económico difícil”, comentó.
Pero al mismo tiempo aclaró que el tema hay que analizarlo de forma amplia porque si bien el motor del gasto es una palanca para crecer, hay otros aspectos que también pueden ayudar.
“Reducir el presupuesto en gasto e inversión tiene su efecto, pero es una señal de responsabilidad fiscal y eso puede tranquilizar a los mercados e impulsar la inversión privada. Hay que ver como esas dos fuerzas se compensan y de eso dependen los efectos finales tanto en el crecimiento económico como en la creación de empleo”.
Precisamente para el Gobierno, el comportamiento del mercado laboral colombiano parece estar menos influenciado por la dinámica de la actividad económica.
Y lo explican por dos razones: la digitalización que ha llevado a un cambio en el mercado laboral y el fortalecimiento de la formalización que ha generado empleos permanentes.
Según el análisis de Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, el recaudo tributario esperado este año, con las nuevas proyecciones de la Nación, será 9% inferior a la meta.
“Como consecuencia el mismo Gobierno plantea, en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, un recorte de $26 billones, un poco por encima de lo anunciado inicialmente”, explicó el economista.
Para Cesar Pabón, director de Investigaciones de Corficolombiana, “fue un buen mensaje que la mayoría del recorte, anunciado por el Gobierno, venga de funcionamiento, y así impactar en menor medida el PIB”.
Pero aseguró que lo cierto es que el PIB se explica por muchos factores, “si bien la caída de la inversión pública le afecta negativamente, otras variables, como la reducción de la tasa de interés del Banco de la República, le favorecen. Al final, el balance, según el Ministerio de Hacienda es positivo. En cualquier caso, es fundamental que el recorte no se haga en los sectores y proyectos más críticos para la economía, es decir, en infraestructura y vivienda. Ahí es donde debe estar concentrada la atención”.