Si bien las recientes cifras del mercado laboral señalan que el empleo ha vuelto a tomar fuerza en los últimos cuatro meses, uno de los mayores desafíos que tiene el país en el corto plazo es recuperar los dos millones de puestos de trabajo que siguen perdidos por cuenta de la extensa cuarentena que vivió Colombia.
Las cifras del Dane muestran que en abril se reportaron más de cinco millones de desempleados, pero al cierre de septiembre se habían recuperado tres millones.
Otro reto tiene que ver con el mejoramiento de la actividad económica, que también ha recuperado terreno, pero falta. Y existe un tercer reto que tiene el país y es el riesgo de que se presente un rebrote de contagiados del Covid-19 en ciudades importantes.
Si eso llega a ocurrir y los gobiernos locales deciden restringir la actividad productiva, el golpe para la economía sería nefasto.
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Así lo considera Luis Fernando Mejía, el hombre que lidera uno de los principales centros de estudios económicos del país, Fedesarrollo. Mejía, director de esa institución, habló sobre el impacto de la pandemia y las perspectivas para los sectores público y privado.
¿El panorama económico está cambiando, cómo ve el cierre del año?
El pasado 31 de octubre hicimos la actualización de nuestros pronósticos de crecimiento. Hace tres meses teníamos un rango de contracción de la actividad económica en el país entre el 5,0% y el 7,9 %.
Y con base en la información más reciente, junto con indicadores líderes que hemos estado estudiando a lo largo de septiembre y octubre precisamos ese rango y estimamos una contracción del 6,5% para el año.
Es una cifra mejor que la que tiene el mercado (-7,1%). El Fondo Monetario Internacional (FMI) es más pesimista, habla de una contracción del 8,2%, pero como le digo nuestras cifras están atadas a los indicadores líderes, como la demanda de energía, que ya en las primeras semanas de octubre empezó a crecer, es la primera vez que eso ocurre desde que entramos en la cuarentena.
Otro indicador son los despachos de cemento que están mejorando y eso se ve en la reactivación de las obras civiles y de inmuebles.
¿Qué sectores ve con mejor desempeño?
La construcción está repuntando. En el último trimestre estamos viendo una dinámica interesante por cuenta de las medidas de reactivación que ha implementado el Gobierno Nacional y también por la reactivación de las obras civiles, no solo a nivel nacional, sino en los departamentos.
Otro sector que vemos que se está reactivando fuertemente es el comercio, que tuvo una contracción muy grande en el segundo trimestre del año, pero a partir de septiembre está de nuevo en funcionamiento con protocolos de bioseguridad.
¿El último día sin IVA podrá incidir para repuntar en algo la economía?
No creo porque lo que sucede usualmente es que se adelanten las compras, eso implicaría que en diciembre las ventas no serían tan altas como uno esperaría. Nosotros vemos esas alternativas como una simple recomposición de las ventas, que de todas maneras es importante, pero no estamos viendo que genere una reactivación adicional de la actividad productiva. Es posible que logre mover la actividad económica, pero no será sustancial como para cambiar nuestro pronóstico.
¿Cuál es el gran lunar en el país por cuenta de la pandemia?
En esta coyuntura hay dos cosas que están relacionadas, el aumento del desempleo y el incremento de la pobreza porque el empleo es la fuente principal de ingresos de los hogares y en ese sentido una contracción de la actividad productiva de 6,5% genera una caída en el ingreso de los hogares y un aumento en el desempleo, por ende de la pobreza.
Allí está el ‘quid’ del asunto. Desde Fedesarrollo hemos dicho que el principal objetivo de la política económica en el corto plazo tiene que ser la reactivación del empleo.
Las cifras han sido más positivas de lo que esperábamos, creo que en septiembre hablamos de dos millones de empleos perdidos, sigue siendo alto, pero no hay que olvidar que cuando se publicaron las cifras de abril estábamos hablando de 5,4 millones de empleos perdidos.
"Las micro y pequeñas empresas, aquellas que generan menos de diez empleos, son las que más se han visto afectadas por la cuarentena. Pero al mismo tiempo son las que más dificultades tienen para acceder a los créditos y a los subsidios", Luis Fernando Mejía.
Ya se han recuperado 3 millones en estos últimos meses, pero de todas maneras falta mucho camino por recorrer y el empleo hay que recuperarlo. Allí está el desafío.
El rol que juega la política pública, especialmente a través de las inversiones en infraestructura, no solo a nivel nacional, sino territorial, es fundamental. Dadas las mejores cifras del mercado laboral, nosotros también bajamos el pronóstico de desempleo para el promedio del año, hace unos meses estábamos en 18,1% y ahora estamos hablando de 16,3%, que sigue siendo alto, pero muestra una recuperación importante del empleo.
¿Es decir que usted percibe una reactivación rápida de algunos sectores?
Han mejorado un poco, pero de todas maneras cuando arrancó el año estimábamos un aumento de 3,5% en la actividad económica, hoy, sin embargo, hablamos de -6,5%, o sea que perdimos 10 puntos porcentuales. El choque ha sido monumental.
Pero por otro lado, había mucha gente que estaba temerosa y decía que esta crisis era parecida a la del año 99, donde tuvimos altas tasas de desempleo y tomó mucho más tiempo recuperar la actividad económica.
Yo creo que este no es ese escenario, creo que vamos a ver una recuperación mucho más rápida y una de las grandes razones que explica la diferencia es que en este momento no hemos tenido una crisis financiera. En el 99 sí la hubo. En ese año el crédito se contrajo un 40% y duró dos o tres años, pero eso no ha pasado ahora.
¿Pero donde ve mejoría?
Tenemos un sector financiero muy sólido, claramente se ha disminuido la oferta de préstamos, pero no se ha roto el canal del crédito. Hay sectores que van a cerrar en terreno positivo. Nosotros pensamos que son tres lo que tendrán crecimientos favorables.
El primero es el agro, que estimamos 2,9% de aumento, el segundo son las actividades financieras, que aumentarán 1,7% y la construcción, por las actividades inmobiliarias, que podrá crecer 2,3%, pero estos grupos también fueron golpeados porque en otras condiciones estarían creciendo por encima del 3% ó 3,5%.
¿Cuál es su mayor preocupación ?
El mayor riesgo, pero no para lo que resta de este año, sino para el primer trimestre del 2021 es que se presente una segunda ola del covid-19. No la vemos ahora porque cuando hicimos un análisis en las regiones se observa que la meseta a la que estamos llegando en términos de contagios y de muertes no está relacionada con rebrotes grandes en ciudades que tuvieron picos importantes hace algunos meses, como pasó en Barranquilla y Bogotá. Lo que estamos viendo en este momento es una especie de picos en ciudades que no los tuvieron en los meses de abril, mayo y junio.
¿Es decir que el riesgo está en los primeros meses del 2021 y por eso las perspectivas no son buenas?
Yo creo que las perspectivas económicas son buenas, nosotros estimamos un crecimiento económico del 4,4% para el 2021, pero lo que digo es que hay un riesgo que no es menor y que podrá verse en el primer trimestre.
Ese riesgo es un segundo rebrote en ciudades que ya habían pasado el primer pico. Si eso llega a ocurrir, existe la posibilidad de que se tomen medidas de restricción a la actividad productiva.
Pienso que las cuarentenas tienen que ser medidas de última instancia, no de primera instancia, porque están claros los costos tan grandes que generan y se notan en un aumento del desempleo y la pobreza. Para mí ese es el principal riesgo que tiene el país en el próximo año.
¿Qué ha hecho bien el Gobierno y dónde están los retos?
Desde el punto de vista de política monetaria, las medidas han sido acertadas. Me refiero a la reducción de las tasas de interés, que hoy están en el mínimo histórico (1,75%) y las medidas de liquidez han sido importantes.
Desde el punto de vista de política fiscal, las medidas también han sido acertadas. Me refiero a todo lo que tiene que ver con las apropiaciones del Fondo de Emergencia (Fome) que son recursos que suman unos $30 billones, pero allí hay un reto. Ese dinero se destinaba a grandes rubros y estaban relacionados con apoyo a la salud y a la población vulnerable a través del ingreso solidario y el apoyo a la nómina.
Pero hay dos retos muy importantes en lo que tiene que ver con esos recursos. Estamos hablando de un porcentaje de ejecución que está por debajo del 60%. Es decir que de los $30 billones apropiados en el Fome, hoy en día se ha ejecutado menos del 60%, entonces el reto es acelerar la ejecución de esos recursos.
El otro reto está relacionado con los subsidios a la nómina. Si bien ese programa tiene una ejecución más alta, del 75%, cuando uno lo desagrega encuentra que a las micro y pequeñas empresas, las que tienen menos de 10 trabajadores, la ayuda le ha llegado a menos de la mitad de esos negocios. Y en esas micro y pequeñas empresas está la destrucción del empleo, yo creo que ha faltado una especie de complemento a ese plan de apoyo al empleo formal.
Un complemento que permita focalizarlo en las empresas más pequeñas porque son ellas las que tienen más dificultades para acceder a los subsidios y a los créditos.
La ayuda del Gobierno ha estado allí. Hablamos de un cubrimiento que equivale al 47% de los 783.000 empleados formales que hay en las micro y pequeñas. Pero creo que se debe hacer un esfuerzo adicional porque las medianas y grandes empresas tienen un cubrimiento del 74%. Como digo, hay una barrera para que las micro y pequeñas accedan al subsidio y al crédito.