El último año ha sido difícil para el sector agroindustrial de la caña de azúcar, tiempo en el que han tenido que enfrentar complejas situaciones como el cambio climático, conflictos por las tierras y actos delictivos en contra de los trabajadores de los ingenios.
Esta semana Procaña celebrará 50 años de labor gremial con el desarrollo de su asamblea anual de afiliados y del Congreso Internacional de Productores de Caña de Azúcar y Remolacha de la WABCG (Asociación Mundial de Cultivadores de Remolacha y Caña de Azúcar, por sus siglas en inglés).
Martha Betancourt, directora ejecutiva de Procaña, habló con El País sobre los retos que enfrenta el sector, además pidió garantías de seguridad para el país, y en especial para el norte del Cauca, donde existe una delicada situación de orden público.
¿Cuáles son las perspectivas del sector para este año en términos de producción, ventas y su relación con el precio del azúcar?
La producción de caña de azúcar se ha visto impactada durante dos años por el Fenómeno de la Niña, ese exceso de agua afecta los principales indicadores de producción como toneladas de caña por hectárea, que pasó de 127 en 2021 a 118 en 2022 y a 106 con corte a abril de este año. El rendimiento de azúcar ha pasado del 10,6 % en 2021 a 10,4% en abril de 2022.
Afortunadamente para el sector, hemos contado con la recuperación de los precios internacionales del azúcar luego de tres años de precios a la baja. Colombia, al ser tomador de precios, se ha beneficiado de ese comportamiento, de tal forma que el precio pasó de $1.992 en 2021 a $2.737 en 2022. En abril la cotización se ubicó en $2.823 el kilo.
Hablando del Fenómeno del Niño, ¿qué impacto puede tener en la producción?
El Fenómeno del Niño sí tiene unos impactos sobre la caña de azúcar: aumento de temperatura, reducción de las precipitaciones que hace que la caña sufra estrés; también implica que haya mayores niveles de radiación solar que estresa a la planta y aumenta la evotranspiración, o sea que hay pérdida de agua de la planta, y eso genera unas afectaciones en el crecimiento.
Un impacto positivo puede ser la mayor cantidad de tiempo de luminosidad que favorece la producción de biomasa.
Sin embargo, con los altos niveles de biomasa, las altas temperaturas y la falta de humedad en los suelos dejan muy expuestos a los cultivos a que se den incendios espontáneos o por manos criminales, porque la caña tiene una buena cantidad de materia vegetal seca que se prende fácilmente con el efecto del sol o por los pirómanos.
¿Qué preocupaciones van a exponer en la Asamblea que inicia esta semana?
Hemos manifestado al Gobierno Nacional, en diversas instancias, que se revisen las condiciones de seguridad en la región, en particular registramos con preocupación el aumento de los niveles de violencia generalizada, aumento de las extorsiones, secuestros y otros actos delictivos.
La presencia de grupos al margen de la ley en el suroccidente, que actúan en el norte del Cauca y en otras regiones del valle geográfico, ponen en riesgo la integridad de las personas, la vida y la tranquilidad que requiere un agricultor para producir alimentos y generar empleo en la zona rural.
Vamos a exponerle al Gobierno cuáles son las apuestas que los productores de caña, en concreto, adelantan para mejorar la calidad de vida de la gente de la región como, por ejemplo, con el fondo social de la agroindustria de la caña de azúcar, que se creó en 2019, y con el cual le apostamos al mejoramiento de vías terciarias en la zona media y alta montañosa que beneficia no solo a los agricultores sino a la población.
Con Aldeas, la alianza para el desarrollo ambiental y social de Procaña, con la Fundación Caicedo González, la Fundación Mariana Hoyos y la Fundación El Amparo, hemos apoyado el establecimiento de 1.251 huertas familiares para la producción de alimentos en zonas marginales donde hay población vulnerable.
Además, se ha trabajado con programas muy concretos para el mejoramiento de las prácticas agrícolas sostenibles como el Programa Integra que lidera Cenicaña, que es una guía de caña sostenible que apoya a los agricultores para la aplicación de mejores prácticas técnico-ambientales, sociales y económicas. Y otras apuestas como programas de Compromiso Rural, que permite crear empleos adicionales y apoyar emprendimientos.
Usted menciona el conflicto en los territorios. ¿Hasta dónde ha impactado esta situación a los trabajadores y al negocio?
El conflicto en el norte del Cauca se inició en 2014 y a partir de la fecha ha venido tomando unas dimensiones mucho más delicadas, donde se han visto afectadas más de 5.000 hectáreas de caña, se han perdido más de 6.000 empleos y esto afecta a los agricultores, a los trabajadores y a sus familias que pierden sus ingresos; afecta además a una serie de pequeños contratistas y empresas Pymes que ofrecen bienes y servicios en esa zona y que también generan empleo de manera indirecta para la agroindustria de la caña de azúcar.
Eso impacta el tejido social que tenemos en la región, por ejemplo tenemos registro de cinco trabajadores muertos, ocho heridos y un secuestrado en las incursiones violentas de los predios, además de los impactos en la infraestructura, en el medio ambiente, en la tranquilidad, violaciones de los derechos humanos, al derecho al trabajo y a la libre asociación, a la producción de alimentos, que tiene una especial protección constitucional por la importancia que tiene para el país.
¿Qué piensa de las actuales reformas que cursan en el Congreso, en especial la laboral, tendrá algún impacto para los productores?
Desde Procaña asistimos a la subcomisión territorial para la concertación de la política laboral y salarial, en donde expusimos las necesidades de nuestros afiliados frente a la jornada laboral, el recargo nocturno, el recargo dominical, la seguridad del trabajador en el desplazamiento de su lugar de trabajo a su domicilio. Como todos sabemos, muchas de estas propuestas no fueron acogidas, por lo tanto nos hemos reunido con congresistas de diferentes partidos, explicándoles las necesidades puntuales, la realidad de los afiliados en el mercado del empleo.
Igualmente asistimos al comité jurídico que organizó la SAC y expusimos las realidades y necesidades de nuestro gremio. Logramos que se insertaran ciertas recomendaciones al documento que sale de la SAC para el Ministerio de Trabajo y se formaliza mediante la ponencia que presentó la senadora María Fernanda Carrascal, en la que se crea el contrato de trabajo agropecuario y la jornada agropecuaria.