El Valle del Cauca es uno de los principales consumidores de energía en Colombia; sin embargo, presenta una gran dependencia nacional para abastecer su demanda de energía eléctrica, gas natural, gasolina y diésel.
Lo anterior quedó demostrado en el Estudio de Confiabilidad Energética, realizado por el Grupo de Estudios Empresariales y de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cali.
El documento reveló que de los cinco energéticos, el Valle del Cauca solamente produce energía.
Desde el Valle del Cauca se genera energía eléctrica a partir de 4 fuentes: hidráulica, biomasa, solar y térmica. En 2022 se produjeron 3.116 gigavatios por hora, (GWh), que fueron equivalentes al 44,4% de la energía eléctrica demandada en la región ese año, que fue de 7.017 GWh. El problema es el déficit que existe frente a la demanda, en materia de energía eléctrica.
Confiabilidad energética
Pese a contar con el suministro de los energéticos demandados en el departamento, el Valle tiene la oportunidad de mejorar su confiabilidad energética, para que las interrupciones en el suministro sean cada vez menores
Durante 2021, en el Valle del Cauca se presentaron 7,1 interrupciones en promedio con una duración de 10,8 horas.
Para Julio César Vera, presidente de la Fundación XUA Energy, el país requiere avanzar en unos temas claves para poder completar el marco regulatorio que permita mejorar la infraestructura y sobre todo aquella que pueda dar confiabilidad y continuidad en la prestación del servicio. Por ejemplo, señala el experto, lo que tiene que ver con el nuevo marco regulatorio del sector de poliductos que no ha salido y no ha permitido la expansión de esta red que lleva los combustibles a todo el país, “pero donde más problemas hay actualmente es en el suroccidente colombiano”.
“Hoy en día en la región tenemos atrasos y atascos de capacidad muy importantes y en esa misma línea todo lo que tiene que ver con desarrollos nuevos para tener infraestructura de confiabilidad y continuidad no solo en temas de combustibles, sino de gas natural”, señaló.
Añadió que en materia eléctrica el plan de expansión se quedó corto, por lo que se requiere hacer un plan de urgencia que permita definir qué infraestructura se necesita, sobre todo en el suroccidente para garantizar la prestación del servicio.
Por su parte, Edwin Maldonado, director del Comité Intergremial y Empresarial del Valle del Cauca, al respecto señaló que el Valle tiene una gran demanda de energía, pero sus fuentes están muy retiradas (Caribe y Llanos Orientales), lo que hace que los combustibles lleguen más costosos y lo más complejo es que la conectividad solo tiene una opción.
“Insistimos en la necesidad de fortalecer el sistema de confiabilidad en la región y para ello se requiere tener una opción en Buenaventura que permita suministro en caso de una falla en el sistema de abasteciminto nacional”.
Agregó que en el región “tenemos que seguir trabajando en la generación de fuentes alternativas como la energía solar y biocombustibles que ayudan a mermar esa dependencia de otras fuentes energéticas”.
Los retos
Según el informe de la Cámara de Comercio de Cali, la producción agroindustrial del Valle del Cauca representa grandes oportunidades para la generación de energá distribuida de biogás y biocombustibles, aprovechando la biomasa residual de las diversas actividades agrícolas, pecuarias e industriales existentes en el departamento, contribuyendo incluso a entregar excedentes al Sistema Nacional de Transporte de Gas Natural – SNT.
Así mismo, el departamento puede contribuir a diversificar la generación de energía eléctrica por medio de proyectos de generación de diferentes fuentes. Entre 2011 y 2023, en el Valle del Cauca se registraron 140 proyectos de generación de energía eléctrica, distribuidos de la siguiente manera según la tecnología: 120 proyectos de energía solar, 8 proyectos de energía térmica, 8 de energía hidráulica y 4 a partir de biomasa.
“El robusto tejido empresarial del Valle del Cauca, comprometido con impulsar la generación de energía en el departamento, sumado a las capacidades instaladas de universidades y centros de investigación de la región generan un ambiente propicio para impulsar desarrollos tecnológicos y nuevos modelos de negocio enfocados en generar alternativas para el abastecimiento de energéticos demandados en la región, permitiendo mejorar la confiabilidad energética del departamento y contribuir a la transformación energética del país”, indica el informe.