El Grupo Agroindustrial Riopaila Castilla dio a conocer los resultados anuales de la compañía, en los que resaltan que 2023 fue un año retador, pero que al final dejó resultados positivos, gracias las estrategias implementadas por la organización.
Guillermo Carvajal, gerente de Asuntos Corporativos del grupo Riopaila Castilla, en entrevista con El País, destacó que la organización tiene una gran apuesta por el desarrollo local, de tal forma que la empresa destinó el 69 % de sus ingresos a pagos para proveedores de bienes, obras, servicios y familias agriculturas productoras de caña.
También aseguró que, pese a los problemas de seguridad, la organización sigue firme en los territorios de su zona de influencia.
¿Cómo le fue a la organización en 2023?
Fue un año de transformación en muchos temas, sobre todo a nivel productivo, relacionados con eficiencias, tuvimos mucha presión por temas de cambio climático; pasar de la ‘Niña’ al ‘Niño’ y con todo eso logramos tener una mejora frente al año 2022. Crecimos 8 %, llegamos a ventas superiores a $1,6 billones y pudimos terminar el año con un Ebitda cercano a los $340.000 millones y culminar con unas utilidades por encima de $63.000 millones.
Eso nos ha permitido, no solamente mantener sino también incrementar, nuestras inversiones en la parte social y ambiental, que fueron superiores a $35.000 millones.
¿Y cómo arrancó el primer trimestre del 2024, siguen en positivo?
Terminamos recientemente un primer trimestre cumpliendo por encima de lo presupuestado, que creo que es bastante importante. Estamos haciendo las labores necesarias para tener un segundo semestre positivo, que es el que nos debe entregar el grueso del resultado del año.
El año pasado iniciamos un proceso de estabilización, arrastramos más o menos 32 meses de lluvias, hasta el primer semestre del 2023, eso hizo que los campos no pudieran tener inversión, adecuaciones, hacer las labores que corresponden y a eso nos dedicamos con mucha fuerza y empeño en el segundo semestre del 2023. Ahora estamos también haciendo una serie de acciones que nos lleven a aumentar la productividad del segundo semestre, y ahí vamos a tener seguramente el 70 % del resultado del año.
¿Qué tanto los afecta el cambio climático?
Nos afectan más las lluvias por un factor que es el tipo de suelos que tenemos en el Valle del Cauca, son suelos que ante el exceso de agua se vuelven casi que impenetrables, por parte de la maquinaria, y ante eso no se puede entrar a cortar y las cañas se empiezan a envejecer. Eso significa que no tienen la misma cantidad de sacarosa, que esperamos capturar en fábrica, y eso termina haciendo que lleves la misma cantidad de caña a fábrica, pero se obtiene una menor productividad en la producción de azúcar y derivados.
¿La polarización que se vive en el país podría afectar los negocios?
Todo lo que pasa en el país, porque no somos un agente externo a la realidad, afecta. Sin duda, las condiciones de seguridad, las condiciones económicas, todo impacta, pero nos toca, de alguna forma, jugar en ese ambiente y para eso tenemos diferentes acciones, diversos planes que ejecutamos con aliados, principalmente, para que podamos sortear ese tipo de dificultades.
¿Un tema que está afectando mucho al sector agrícola es la seguridad, ha cambiado el panorama en la región para ustedes?
El tema de seguridad sigue siendo muy complejo, con un adicional que yo siento que la seguridad se nos volvió paisaje.
Sin embargo, hemos logrado, y ha sido un muy buen avance, espacios con la comunidad. Hemos creado espacios de diálogo con comunidades de diferentes etnias, afros, campesinos, todo con el fin de poder llegar a acuerdos que nos permitan convivir en el mismo vecindario, todos somos parte de un territorio.
Nuestra apuesta, a diferencia, de pronto, de otras empresas que dicen de un día para otro que se van, es de largo plazo. Nosotros no podemos darnos ese lujo. Llevamos 106 años en el territorio y estamos pensando qué tenemos que hacer para los próximos 106 años y eso hace que tengamos que apostarle al desarrollo del territorio, trabajar con los actores que están ahí, y buscar de alguna forma que entre todos podamos sacar adelante esas condiciones.
Ese diálogo, que es muy importante, nos ha permitido crear otro tipo de agendas con ellos, por ejemplo, las invasiones ya no son el punto número uno, la tierra misma no lo es, sigue siendo importante para la comunidad, pero no es lo principal, ellos mismos se están dando cuenta que es fundamental saber qué van a desarrollar en esa tierra, cuál va a ser el acceso al mercado, qué necesitan para acceder esos mercados, se han dado cuenta que nosotros podemos ser un aliado importante para el desarrollo de esas iniciativas productivas y han entendido que la tierra no está en manos de 10 familias, sino que está en manos de más de 7.500 familias y en el caso nuestro, 680 proveedores, entonces no hay ese nivel de terratenientes, como se cree.
Aparte de la seguridad, ¿cuál es el siguiente obstáculo por superar para seguir creciendo?
Creo que hay dos cosas, la seguridad es fundamental, pero también la seguridad no solamente física, sino además, buscar los mecanismos para disminuir la incertidumbre. Creo que eso es muy importante, porque la incertidumbre es la que te restringe las inversiones, la que te restringe el crecimiento, la que te restringe contratar más personas.
¿Qué planes de inversión tienen este año?
Nosotros hicimos el año pasado inversiones por encima de los $80.000 millones y eso fue bastante grande, sobre todo en la búsqueda de eficiencia en consumo, para poner un ejemplo, reemplazamos una buena parte de nuestro parque de cosechadoras y tractores por unos que consumen 30 % menos de combustible. Eso para el grueso de nuestro resultado tiene un peso muy importante, pero también lo tiene la huella de carbono que monitoreamos y controlamos.
Tenemos dos planes: uno es estabilizar el campo con un paquete de inversiones grande, donde debemos invertir en temas relacionados con agricultura digital, transformación digital, lo que tiene un componente muy importante porque nos puede ayudar, no solamente a ser más productivos, sino también a tener un menor costo y utilizar menos insumos.
También trabajamos en los temas de transición energética, hoy nos autoabastecemos, a partir del bagazo de caña, el 100 % de nuestras operaciones y colocamos aproximadamente 35 % de la energía en la red nacional, a través de aliados, pero tenemos oportunidades de crecimiento en este campo.
¿Y cuál ha sido la inversión en la parte social?
El año pasado invertimos más de $11.000 millones en programas sociales. Tenemos una estrategia que se enfoca en cinco elementos de la mano de cada territorio donde operamos, tenemos presencia en 26 municipios y en cada uno de ellos contamos con una apuesta por la empleabilidad local, no solo contratar sino impulsar programas de semilleros con el Sena, Univalle, buscando que la gente tenga las competencias para insertarse en el mercado laboral que demanda Riopaila y su cadena de proveedores.
Parte del trabajo es mirar cómo ayudamos a las microempresas para que se inserten en la cadena abastecimiento como proveedores y vendan a sus servicios. Asimismo, se hace un trabajo de desarrollo territorial con las alcaldías. Hoy de los más de $550.000 millones que nosotros compramos el año pasado, el 22 % de esos de ese dinero se adquirió en productos y servicios de la zona de influencia de esos municipios, es decir, es plata que se quedó allí dinamizando esa economía, está generando bienestar.