Al llegar a la vejez, la pensión es una gran ayuda monetaria que garantiza que el pensionado y su familia vivan en óptimas condiciones, sin embargo, hay una forma en la que este fondo de protección también puede ser utilizado para generar mayores beneficios.
Se trata de emigrar al extranjero, lo cual permite que los pensionados puedan extender más sus ahorros y les brinda, además, acceso a beneficios fiscales y atención sanitaria de calidad a costos reducidos.
Ahora bien, uno de los mejores beneficios que ofrece pensionarse en el extranjero es la accesibilidad a los servicios. Según indica el portal Global Citizen, al comparar el costo de vida en países como Estados Unidos con el de otras naciones en desarrollo, los pensionados pueden encontrar que vivir en el exterior es mucho más económico.
Por esa razón, los ahorros de este fondo de protección pueden perdurar por más tiempo. De hecho, países como España ofrecen un estilo de vida mucho más accesible que en Estados Unidos, ampliando el poder adquisitivo de las pensiones.
Además de dicho ahorro económico, pensionarse en el extranjero puede generar beneficios fiscales lucrativos, lo que se traduce en ahorros adicionales que podrían mejorar la calidad de vida.
De acuerdo con El Cronista, los expatriados estadounidenses, por ejemplo, pueden reducir drásticamente o incluso eliminar sus facturas de impuestos al vivir en el extranjero, aumentando así sus ingresos netos de jubilación y permitiéndoles disfrutar de una mayor tranquilidad financiera.
De otro lado, el mismo sitio web señala que jubilarse en el extranjero no significa comprometer la calidad de la atención sanitaria. Y es que muchos países, especialmente en Asia Oriental y América Latina, ofrecen excelentes instalaciones de salud a una fracción del costo comparado con Estados Unidos o el Reino Unido.
Los jubilados pueden beneficiarse de una atención más personalizada, tiempos de espera más cortos y políticas de seguro médico accesibles que cubren una amplia gama de tratamientos y procedimientos.