Los trabajadores agrícolas y, en especial los del sector de la caña, han sido víctimas de la violencia que se vive en departamentos como el Cauca.
Hace menos de una semana un trabajador, de una filial de Riopaila Castilla, fue asesinado, por lo que las directivas de la organización hicieron un llamado al Gobierno Nacional para que haya garantías para desarrollar su labor, se respete el derecho a la vida, al trabajo y a la producción de alimentos.
Guillermo Carvajal, gerente de Asuntos Corporativos del Grupo Riopaila Castilla, contó que este tipo de hechos no solo atentan contra la vida sino que van en detrimento del empleo que las empresas que tienen presencia en la región puedan seguir generando.
Esta compañía, que tiene 650 proveedores de caña, muchos de ellos del Cauca y genera 3770 empleos, invierte al año unos $8000 millones en programas sociales en las comunidades donde tiene presencia. Actualmente opera en 34 municipios, en 3 departamentos del país en la producción de azúcar, etanol, energía y aceite de palma.
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¿Cuál es la presencia que Riopaila Castilla tiene en el Cauca?
Riopaila es un ingenio atípico, si se puede decir de esa manera, porque nosotros no tenemos tierra propia, toda nuestra siembra está en manos de proveedores. Hoy nuestra relación en el Cauca está más enfocada en los proveedores que nos abastecen de caña para la operación, específicamente para la del sur del Valle, en la fábrica de Castilla.
Tenemos un poco más de 280 empleados en el Cauca. En todo este departamento hay unas 42.000 hectáreas sembradas con caña, de las cuales 4000 hectáreas son proveedores de la empresa.
¿Qué es lo que más les preocupa de lo que viene pasando en el Cauca?
Lo que más nos preocupa es no poder tener las condiciones adecuadas para operar en el territorio, porque sino tenemos una operación fluida se pueden generar problemas, como los que ya se han presentado en varios sectores, sobre todo en relación con el cómo se puede sostener el empleo en todas las zonas. Hasta ahora, hemos logrado sortear la situación con muchas dificultades, pero acontecimientos como los recientes hacen replantear muchas cosas en las compañías.
¿Eso puede frenar las inversiones del empresariado que tiene presencia en el Cauca?
Sin duda. La evaluación es muy sencilla, cuando alguien como empresario tiene un recurso para invertirlo, siempre trata de que sea con el menor riesgo posible. Cuando se presentan escenarios que inciden en los factores de riesgo a niveles tan altos, hacen reflexionar al inversionista sobre dónde es mejor disponer de esos recursos y que no vaya a tener este tipo de problemas.
¿Qué dicen las autoridades sobre lo que hay detrás de esos actos?
Sabemos que es muy pronto para tener resultados frente a los hechos presentados, pero entiendo que las investigaciones y todos los procesos se están dando. Confiamos en los tiempos de las autoridades competentes para que esto se logre esclarecer, y logren, de alguna forma, dar con los responsables de todo lo que ha sucedido en el territorio.
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Pero para ustedes, ¿cuál es la razón de esa situación en el Cauca?
Es una lectura muy compleja como para decir cuáles podrían ser las razones. En el Cauca suceden una cantidad de cosas frente a temas que no son de ahora sino de hace mucho tiempo y que, por la razón que sea, nunca se les ha dado un manejo.
Lo que yo diría es que la manera correcta para buscar soluciones concretas a muchas necesidades que hay en la zona, es concentrarnos en sacar adelante puntos que sean tangibles y que podamos implementar en conjunto, que no dependan ni del sector privado ni del sector público, que lo podamos hacer en llave, y que generen desarrollo para el territorio.
Ahora tenemos una agenda que hemos diseñado, hay un trabajo muy serio que se está haciendo con el apoyo del sector público y privado, pero es un proceso que hay que llevar con cuidado porque hay muchos jugadores e intereses en juego.
¿Ustedes tienen muchos proveedores en el Cauca, qué dicen ellos?
El ingenio hace encuentros anuales con ellos que denominamos ‘En Caña’, en los que tenemos la oportunidad de hablar con los proveedores.
En el más reciente, que fue a inicios de diciembre, ellos tenían mucha incertidumbre acerca de la situación del país, de qué tanto van a poder operar o trabajar sus tierras en diferentes zonas del Valle y del Cauca. Después de eso hemos tenido tres incidentes en el que se han presentado tres asesinatos.
¿Qué proyectos tienen en mente?
Las comunidades se han dado cuenta de la necesidad de integrarse con cadenas productivas, de buscar accesos a mercados, de tener mayor capacitación técnica, es decir, en la forma como pueden desarrollar sus cultivos. Tenemos programas que ya venimos implementando como las vías terciarias, desde Riopaila Castilla hemos adecuado más de 280 kilómetros de vías y eso se ha impulsado, no solamente porque es una necesidad de la gente, sino que nos ayuda a tener buenos caminos por los cuales operamos y por donde las comunidades mueven sus productos en el Valle y en el Cauca.
¿Cuál es el impacto económico y social de Riopaila Castilla?
El año pasado generó ventas de $1.5 billones, de ese valor realizamos compras, a nivel local, de caña por más de $580.000 millones a los más de 650 proveedores, de los cuales el 97% son locales.
Por otro lado, en bienes obras y servicios destinamos un poco más de $530.000 millones para más de 1350 proveedores, en los cuales tenemos la apuesta llamada ‘Rivaliados’, para el desarrollo del proveedores locales.
Esto más allá de una iniciativa de compra, pretende ayudar a los proveedores locales a prepararse para que se puedan integrar a la cadena de Riopaila, más allá que con este ingenio: desde el transporte y el campo hasta el cliente final. Es un programa al que le apostamos porque creemos que eso genera desarrollo en las zonas donde nosotros operamos.
¿Qué es lo que más les preocupa de lo que está pasando en el país?
Yo creo que hay dos temas que confluyen. A nosotros nos preocupa mucho lo relacionado con la seguridad jurídica y es tener las garantías para operar de forma continua y fluida en todos las territorios en donde nosotros operamos. El Gobierno lanza propuestas y eso genera de alguna forma cierto nivel de incertidumbre.
El segundo punto es la seguridad física. Creo que es un tema importante, no solamente para nosotros sino para que los negocios puedan operar y generar empleo y no se pierda ese esfuerzo de crecimiento que venimos haciendo.
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¿En qué negocios está la compañía hoy?
Hoy en día tenemos dos grandes negocios: azúcar y palma. Cuando hablo de azúcar es caña, de ahí se dan varios subproductos como azúcar pulverizada, refinada, light, morena de lo cual exportamos el 40% a más de 42 países en el mundo, el 60% se va principalmente a consumo local.
La otra línea que se deriva es el negocio de mieles como un subproducto del proceso para la producción de concentrados, alimentos y licores, entre otros. También tenemos cogeneración de energía que abastece no solamente el 100% de nuestras operaciones, sino que da producción para unos 150.000 hogares en el departamento.
Y por último tenemos la destilería de etanol, donde hoy en día producimos etanol para la movilización de unos 450.000 vehículos.
¿Cuáles son las inversiones anuales?
En inversiones tenemos un poco más de $50.000 millones que hacemos en diferentes líneas de producción, en el Valle con la caña y en Vichada con la palma. Nosotros hoy estamos operando en 34 municipios de 3 departamentos, ahí se concentra cuando hablamos de nuestra zona de operación, todo nuestro foco de actuación, y esas inversiones que están enfocadas en ampliación, en adecuación, en una serie de temas que son importantes para el mantenimiento y crecimiento del negocio. También van complementadas con más de $8.000 millones que nosotros invertimos cada año en materia social y ambiental. Es un número bastante significativo de programas que, a su vez, apalancan una serie de recursos, que hacemos, no solamente de forma directa, sino también a través de nuestra fundación Caicedo González Riopaila Castilla.
¿Qué piensan de la reformas en marcha?
La que más nos preocupa es la laboral. Sí hay unos impactos por el tipo de operación que tenemos nosotros como agroindustria, estamos muy relacionados con la parte de servicios y la tercerización y ahí es donde hay fuertes discusiones porque pasar de tener un servicio y tener que incluirlo como planta directa es un costo alto para el negocio, eso genera que las empresas tengan que evaluar niveles de crecimiento, inversiones y hay que reevaluar ciertos procesos. Ese para mí es posiblemente el primer impacto.
Creo que hay otros que no sé si quienes están revisando lo ven, pero no creo que para las empresas sea tan fácil expandirse. Hay compañías que van a tener que ver cómo se ajustan y establecer una nueva base operativa.