Por: Adriana María Becerra Ruiz, redactora Activos
En Colombia 2,6 millones de personas devengan un salario mínimo, según dijo esta semana la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, quien aclaró, además, que al menos 13 millones subsisten con menos del básico.
El salario mínimo en este 2023 es de $ 1.160.000 más $ 140.606 del auxilio de transporte para un total de $ 1.300.606.
Al comienzo del año muchos de los hogares que perciben este monto se alegraron con el incremento del 16 %, sin embargo, desde el mismo mes de enero se han tenido que enfrentar a constantes alzas en la canasta familiar.
Y tal vez una de las que ha hecho más peso en las finanzas ha sido el alza a la gasolina, que pasó de $ 10.253 el galón en enero a más de $ 14.5000 en noviembre, con subidas mensuales que han estado entre los $ 400 y $ 600.
Rodrigo Aguirre, asesor comercial de un banco de la ciudad, afirma que a comienzos de año tanqueaba full su carro con $ 80.000. Ahora se llena con el doble ($ 160.000). “El carro ya casi no lo usamos. Mi esposa tiene una moto y en ella es que nos movilizamos. Toca ahorrar porque la gasolina está muy cara y lo peor es que va a seguir subiendo, expresa.
Según el Dane, la inflación del rubro de transporte, que incluye gasolina, fue de 16,5 % anual al mes de noviembre y llegó a estar muy por encima.
Asimismo, este año los precios de los alimentos han hecho que la canasta familiar del 2023 sea una de las más caras de los últimos tiempos.
Así las cosas, una familia conformada por cuatro integrantes, en este momento necesita al menos $ 600.000 para hacer un mercado que le alcance para 15 días.
“Las verduras y las frutas las compro en un fruver cerca a la casa. La carne también en la carnicería del barrio, donde sí consigo buenos precios. Una libra de lomo, por ejemplo, en la carnicería está en $ 20.000, mientras que en un supermercado pasa de ese precio. Lo mismo hago con los productos de aseo, que prefiero comprarlos en el D1″, dice.
Una apreciación similar da Amanda Holguín, quien afirma que comprar carne de res es un lujo. “Aunque también ha subido mucho, está un poco más barato el pollo. Anteriormente compraba una pechuga en $ 9000, ahora se consigue hasta en $ 18.000″.
La inflación anual de alimentos ha caído, según el Dane, aunque los hogares no lo perciben (8,25 % a noviembre), pero productos específicos como las frutas todavía registran un alza anual de 17,89 %; el tomate, 49 % y carnes preparadas, 20 %.
Y son todas estas alzas las que dejan en los hogares la sensación de que cada vez más pierden su poder adquisitivo y que esa alza del salario del 16 % no quedó en nada.
La visión de los expertos
Para Julio César Alonso, director del Centro de Investigación en Economía y Finanzas, Cienfi, de la Universidad Icesi, la inflación implica siempre que el dinero pierde poder adquisitivo.
“En lo corrido de este año (hasta octubre) la inflación va en 8,3 %. Eso quiere decir que la canasta típica de las familias colombianas cuesta 8,3 % más en octubre que lo que costaba en diciembre de 2022. Es decir, nuestro dinero rinde menos”, asegura.
Para el analista, la inflación siempre tiene más efecto sobre las familias de bajos ingresos que en las de altos ingresos. Una de las razones, afirma, es que las familias de bajos ingresos tienden a gastar una mayor proporción de sus ingresos en bienes y servicios básicos, como alimentos y vivienda. Por lo tanto, cualquier aumento en los precios de estos productos afecta directamente su capacidad de compra. Además, estas familias generalmente tienen menos acceso a crédito y ahorros, lo que dificulta aún más su capacidad para hacer frente a la inflación. “Sus ingresos dependen de su salario que solo se ajusta una vez al año”, comenta.
John Jamés Mora, coordinador regional del Observatorio del Trabajo y profesor titular de la Icesi, afirma que la inflación sí golpea a todos los sectores, por lo que recordó que, según Anif las personas de clase vulnerable son aquellos hogares con ingresos por debajo de $ 420.676. Baja, con ingresos entre $ 420.676 y $ 780.292. Clase media, que tengan ingresos desde $ 780.292 a $ 4.201.570, y clase alta, aquellas familias que tengan ingresos superiores a $ 4.201.570″.
“Hay que tener en cuenta que el incremento del salario mínimo para el 2023 fue del 16 %, mientras que las proyecciones de la inflación, según el Emisor será de 9,8 %, pero lo que seguirá preocupando será el incremento en la inflación de los alimentos”, expresa John James Mora.
Entre tanto, para Lya Sierra, docente de la Universidad Javeriana, “en Colombia no estamos acostumbrados a aumentos en los precios de la magnitud como los vividos este año. Entonces, a medida que estos aumentan, especialmente los más sensibles al bolsillo como el costo de los alimentos, los hogares se ven perjudicados, pues el poder adquisitivo de sus salarios cae”.
Adriana Camacho, directora de la maestría en Derecho Laboral de la Universidad del Rosario, asegura que en Colombia el salario mínimo está muy ligado a la productividad laboral y el mercado regional. “El Fondo Monetario Internacional señaló que cuando el crecimiento de la productividad laboral se debilita, la rentabilidad de las empresas disminuye junto con su capacidad de reajustar los aumentos salariales”, explica.
Pero hay otras propuestas sobre esto. Para John James Mora, una forma de que los salarios estén más ajustados a los cambios inflacionarios consistiría en que los ajustes del salario mínimo no sean anuales sino semestrales o trimestrales.
“Existen algunos fenómenos que son difíciles de prever y que incrementan sobre todo la inflación de alimentos”, argumenta el Coordinador Regional del Observatorio del Trabajo de la Icesi.
Salario mínimo
- Mañana lunes 11 de diciembre se reunirá nuevamente la mesa de concertación del salario mínimo 2024.
- La Ministra de Trabajo señaló que para fijar la cifra se tomará como base la inflación de noviembre, que según el Dane fue de 10,15 % anual.
- La productividad laboral en el país fue de 0,76 %. Dato que servirá de base para la discusión.
- Para los analistas el aumento del salario podría estar entre 11 % y 13 %, lo que ayudaría a bajar más rápido la inflación permitiendo que los trabajadores, quienes tienen indexados sus ingresos al salario mínimo, conserven e inclusive, aumenten su ingreso disponible real.