Como una manera de contribuir a la creación de oportunidades de acceso a la educación superior, que favorezcan el desarrollo de la autonomía en los estudiantes y la creación de valor en los territorios, la Fundación Sura abre la convocatoria de la Beca Nicanor Restrepo Santamaría 2023.

Esta iniciativa, dirigida a personas que se destaquen por su compromiso social y que deseen transformar su territorio de origen, busca que jóvenes puedan iniciar o continuar con estudios técnicos, tecnológicos, profesionales o maestrías en áreas relacionadas con las ciencias económicas, sociales y humanas en instituciones de educación superior acreditadas en alta calidad en Colombia.

“Tenemos el compromiso de ser corresponsables de la sociedad de la que somos parte, generando nuevas oportunidades de educación que promuevan la autonomía e inclusión de las personas, acorde con las dinámicas y desafíos de cada territorio. Esta convocatoria nos permite entender que para hablar de bienestar y desarrollo, es necesario abordar procesos integrales de transformación a partir de la educación”, expresó Tatiana Henao Zuluaga, Coordinadora de Gestión Educativa de la Fundación Sura en Colombia.

La iniciativa busca que jóvenes puedan iniciar o continuar con estudios técnicos, tecnológicos, profesionales o maestrías en áreas relacionadas con las ciencias económicas, sociales y humanas en instituciones de educación superior acreditadas en alta calidad en Colombia. | Foto: photorojo.co

Requisitos

Los interesados en postularse a la beca deben cumplir los siguientes requisitos:

  1. Personas de nivel socioeconómico 1, 2, 3 o 4.
  1. Colombianos o extranjeros residentes en Colombia, que vivan hace un año en el país.
  1. Tener interés en iniciar o continuar estudios en los niveles y áreas mencionadas anteriormente.
  1. El aspirante no debe tener una carrera profesional previa si su postulación es para este título. Esta condición también aplica para maestría.
  1. La persona debe demostrar un promedio mínimo de 3.5 para postularse.
  1. La beca aplica solo para estudiar un (1) programa.
  1. Los estudios deben comenzar a más tardar en el segundo semestre de 2024.
  1. Para aplicar a maestrías, los postulantes deben contar con una experiencia laboral certificada de 2 años.
El aspirante no debe tener una carrera profesional previa si su postulación es para este título. Esta condición también aplica para maestría. | Foto: photorojo.co

Desde 2015, esta fundación asegura que ha acompañado a un total de 86 becarios, seleccionados en ediciones anteriores, procedentes de 15 departamentos del país, para acompañar la realización de proyectos de vida -desde el ser, el saber y el hacer- que potencien las capacidades de futuros profesionales en su aporte a la construcción de escenarios competitivos para el país.

“Soy el primer profesional de mi familia. Mi proceso fue bastante extenso porque presenté cinco pruebas de admisión a la carrera de psicología. En 2016 creamos Aspirantes.org, una organización sin ánimo de lucro que busca que más jóvenes de bajos recursos, que tengan el sueño de entrar a la universidad, lo logren. Después de finalizar la maestría, mi propósito es desarrollar procesos académicos mucho más profundos, con mayor calidad y que promuevan la equidad educativa en jóvenes”, expresó Harold Andrés Manrique, becario de la Maestría en Educación de la Universidad Nacional de Colombia.

Las inscripciones se podrán realizar hasta el próximo 25 de junio de 2023. Para más detalles, los interesados pueden consultar el sitio web www.fundacionsura.com.

¿La educación en Colombia es un derecho o un privilegio?

Los resultados de la investigación fueron presentados en uno de los capítulos del libro ‘Élites, negocios y estructuras del poder en Colombia’. | Foto: El País

La UNESCO establece que la educación es un derecho humano fundamental que permite sacar a los hombres y las mujeres de la pobreza, superar las desigualdades y garantizar un desarrollo sostenible. No obstante, 244 millones de niños y jóvenes de todo el mundo siguen sin escolarización por razones sociales, económicas o culturales.

Existen muchos debates respecto a qué es o qué debería ser la educación superior en América Latina. Algunos sostienen que es un derecho y que el Estado tiene que garantizarlo; otros defienden que es una inversión que todo individuo debe realizar a futuro. A este debate se suma la falta de cobertura, debido al poco interés e insuficiente inversión por parte de los gobiernos, lo que hace más compleja la generación de políticas públicas.

Para comprender la situación de la educación superior en Colombia, académicos de la institución universitaria Politécnico Grancolombiano realizaron una investigación a través de un marco histórico, teórico, legal y económico sobre la hegemonía de los sistemas de financiación dentro de la educación superior a través del crédito educativo y sus repercusiones dentro de la sociedad latinoamericana. Los resultados fueron presentados en uno de los capítulos del libro ‘Élites, negocios y estructuras del poder en Colombia’, editado por los investigadores Jaime Wilches y Claudia Milena Pico.

El libro tiene el propósito de hacer un llamado para que el uso del concepto de ‘élite’ trascienda a otros campos que también inciden en la sociedad diferente al económico y político, pensados desde las dimensiones culturales, mediáticas y en especial desde la educación. Allí se afirma que: “La educación superior en Colombia y en América Latina se caracteriza por la falta de cobertura y la creciente demanda de estudiantes en los últimos años. Por lo tanto, para suplir estos factores se creó el crédito educativo como una solución”.

La gran conclusión de la investigación es que en Colombia la educación se presenta como un derecho, cuando en la práctica es un privilegio. “En la educación colombiana se presenta segregación, pero no relacionada a la raza, sino con las clases sociales. Por ejemplo, en Bogotá hay un sistema educativo que ofrece sus servicios según el estrato con niveles diferenciales de calidad; asimismo, impone una clase de apartheid educativo donde los ricos estudian solo con los ricos y los pobres solo con los pobres. Por ello, el sistema educativo colombiano no elimina las jerarquías sociales, sino que, por el contrario, las reproduce a tal punto que pasan de ser una cuestión netamente educativa, a un asunto cultural, ya que el problema no solo recae en las ayudas que brinda el estado, sino también en la mala calidad de vida y economía en la que vive más del 20 % de la población colombiana, lo que dificulta el poder garantizar el acceso a una educación de calidad”, explicaron los investigadores del centro educativo.