Yidwar Alberto Betancourth, de Guapi; Brayan Pineda, de Buenaventura, y Roland David Salazar, de Tumaco, comparten varias cosas en común, entre ellas, que son de origen humilde, provenientes de pueblos del Pacífico colombiano, estudiantes de música, becados y en la actualidad se encuentran de regreso en sus terruños estudiando bajo la modalidad virtual.
Estos jóvenes llegaron a la Universidad Icesi gracias a las becas del II Fondo Juventud y Construcción de Paz, que la Fundación Manos Visibles y BBVA lanzaron para todo el Pacífico a mediados del año pasado y luego de que un grupo de beneficiarios se hubieran graduado en el mencionado centro educativo caleño y en Eafit, de Medellín, en carreras como Derecho, Psicología, Administración de Empresas, Ingeniería de Sistemas y Comunicación.
Debido a la pandemia, estos tres muchachos que cursan segundo semestre de Música en la Universidad Icesi regresaron a sus pueblos natales. ¿Cómo llegaron a la música? ¿Qué comentan sobre la experiencia de estudiar durante la pandemia y de forma remota? ¿Qué extrañan de su vida anterior? Aquí, les contamos.
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Roland David Salazar, de Tumaco
“La música llega a mi vida por una participación a los 9 años de edad en un concurso llamado Descubriendo Talentos Junior, quedando en tercer lugar, sin tener experiencias artísticas anteriormente. Después de ocho años entregando mi vida a la música me di cuenta de que era mi destino seguir ese camino y fue cuando comencé a dedicarme a bailar en la agrupación de danza urbana Pacific Dance y a estudiar música”, cuenta Roland David, quien vive en Tumaco y desde allí, pese a los problemas de conexión y las dificultades de espacio, intenta seguir las clases.
Cuando le tocó volver a su pueblo debido a la pandemia, “mis amigos, colegas y los más allegados salieron a recibirme, supieron darme buenas vibras a pesar de las dificultades grandes que hubo en ese momento. Ahora estoy en Tumaco, extraño la cotidianidad de la vida, la rutina de los ensayos de danza urbana y las moñas (presentaciones) que hacíamos en fiestas, bares, calles etc. También me hace falta volver a la playa más turística de Tumaco, ‘El Morro’”, asegura.
Para este joven el tiempo en pandemia ha sido dinámico y creativo, “porque los músicos a pesar de ser una de las poblaciones más afectadas, han sabido buscar de forma estratégica la manera de poder sobrevivir y decirle a la gente ‘aquí estamos para ustedes’".
Brayan Pineda, de Buenaventura
Brayan Pineda, otro de los becarios, cuenta que llegó a la música en el 2008, “cuando empecé a interesarme por la escritura, que me fue guiando hacia el rap, comencé a conocer personas de este medio y aprendí sobre producción musical para el tipo de rap que hacía y esto me llevó a escuchar mucho jazz y a enamorarme del saxofón, logré reunir el dinero para poder comprar uno, con el que entré de lleno a la música”.
En 2019 salió de Buenaventura hacia Cali a luchar por su formación musical y su futuro. Hizo un semestre de prebásico en Música en la Universidad del Valle, en la capital del Valle, no pudo pagarlo más y entró al Instituto Popular de Cultura e hizo otro semestre. “Finalmente me presenté a la convocatoria de Manos Visibles y BBVA y aquí estoy...”, cuenta Brayan Pineda, quien regresó a su natal Buenaventura para pasar allí la pandemia.
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Opina este joven universitario que todo dio un giro con el cierre de los escenarios musicales por la pandemia. “Las actividades musicales presenciales se han disminuido a fiestas privadas con medidas de bioseguridad y otras no, algunos encuentros presenciales con grupos musicales para hacer contenido audiovisual para las redes o para plataformas y las grabaciones caseras, esto último ha llevado a que los músicos invirtamos en equipos para poder realizar grabaciones de audio con la mejor calidad que esté en nuestras manos para poder mantenernos activos”.
Yidwar Betancourth, de Guapi
Para Yidwar Betancourth su arribo al mundo de la música se da “con los encuentros que culturalmente se hacían en los barrios del municipio en sitios escogidos por los mayores, por tal motivo ingreso a la Casa de la Cultura que dejó de funcionar, luego se crea la Escuela de Paz, Arte y Cultura Tejiendo Saberes, en la cual con niños y jóvenes inicié uno de los procesos al cual pertenezco.
Estando en este proceso decido ir a la Escuela de Música donde aprendo y veo algo diferente a lo empírico”, dice este joven desde Guapi, Cauca, un municipio de gran tradición musical en este departamento.
Para Yidwar, estar en Guapi y poder pasar estas cuarentenas en su pueblo natal ha sido una bendición: “Tuve mucha fortuna de llegar a mi pueblo natal un día antes que se cerraran totalmente los viajes. En mi casa me recibieron con un baño de matarratón, que parecerá muy extraño, pero pues culturalmente la población cree mucho en las plantas medicinales, por esa razón antes de entrar a la casa me hicieron bañar y lavar las maletas con agua de esta planta, típica de la zona”.
Fondo Juventud y Construcción de Paz
El Fondo Juventud y Construcción de Paz, integrado por BBVA, Manos Visibles y la Universidad Icesi, busca empoderar a los líderes juveniles constructores de paz, pertenecientes a organizaciones comunitarias del Pacífico colombiano, a través de la entrega de becas que les permite su nivelación y formación académica en pregrado, el fortalecimiento de sus capacidades de liderazgo y el acompañamiento psicosocial.
Deyner Alexis Caicedo, María Paula Cortés, Roland David Salazar, Yidwar Alberto Betancourt, Hayno Takir Murcia, Yuliana Casierra, Kleider Alexander Tello, John Eduar Angulo, Beatriz Shittlaly Alomías, Johan Sebastián Saldarriaga y José Brayan Pineda son los jóvenes líderes de diferentes municipios del litoral Pacífico colombiano que fueron seleccionados en el II Fondo Juventud y Construcción de Paz.