Por: Fernando José Bejarano Zorrilla, especial para El País
Según datos de Medicina Legal, en 2022 se reportaron 36.253 casos de maltrato infantil, lo que representa un aumento cercano al 30 % en comparación con el año 2021, en el que fueron 27.539 episodios de este tipo. El informe también indica que las lesiones causadas por la violencia intrafamiliar entre estos dos años aumentaron un 44 %, ya que en el 2022 se presentaron 7831 casos, es decir, 3446 más que en el 2021.
Todas estas situaciones se presentan aun cuando en Colombia ya existe la ley contra el castigo físico y los tratos humillantes (la Ley 2089 de 2021). Esta tiene como objetivo proteger a niñas, niños y adolescentes de todas las formas de violencia física y mental, mientras están bajo el cuidado de los padres o acudientes. Asimismo, invita a que las escuelas, instituciones educativas, empresas privadas, sector fundacional y sector público desarrollen estrategias para transformar esas prácticas.
En alusión a esta ley, el Ministerio de Justicia de Colombia definió que el castigo físico “es la fuerza que ejercen los padres frente a sus hijos como un medio de educarlos causándoles dolor. Esta conducta para que sea castigada por las autoridades deberá ser reiterativa y deberá afectar la salud física y mental de los menores de edad”.
Una medición de la Encuesta Nacional de Violencia contra Niños, Niñas y Adolescentes en el año 2022, reportó que el 77 % de los padres y madres en Colombia reconoció que hacen uso del castigo físico para corregir a sus hijos. Asimismo, esta encuesta informó que el 70 % de las vulneraciones de los derechos de los niños ocurren al interior de sus hogares.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) asegura que diversas investigaciones muestran que el castigo físico hacia los niños por parte de sus padres se presenta con mayor frecuencia en países afectados por conflictos armados y niveles elevados de violencia como Colombia, mientras que es una práctica menos usual y casi inexistente en países considerados pacíficos, como Suecia, Noruega o Finlandia.
Marcela Quintero, trabajadora social, líder de innovación social de la Fundación Carvajal y coordinadora de la formación en ‘Habilidades para la crianza’, asegura que en la actualidad tanto en Cali como en Colombia todavía hay una persistencia del estilo autoritario, es decir, que un padre de familia como adulto cree tener siempre la razón y el poder absoluto, sin embargo, indica que cuando ella ha conversado con los padres de familia resulta que ellos también recibieron ese estilo de crianza, lo cual considera que este proceder se convierte en algo cultural.
Quintero, entonces, les pregunta a los progenitores que si ellos hubiesen tenido la posibilidad de decidir entre disciplina con amor o disciplina con castigo, cuál hubieran preferido, la mayoría les responde que disciplina con amor, porque según las propias palabras de los padres y madres, “hay muchas cicatrices que están allí de golpes, gritos, castigo físico y emocional que vivieron”.
Así, pues, que todo esto indica que en Colombia se necesita con urgencia una crianza amorosa para los niños.
Claves para una crianza amorosa
La Corporación Juego y Niñez resalta que una crianza amorosa mejora la salud emocional, la autoestima y la independencia en los niños y niñas. Del mismo modo, elimina la culpabilidad de cometer errores y los transforma en oportunidades de aprendizaje que les permiten desarrollar habilidades para la vida.
Para lograr una crianza amorosa en casa, la corporación recomienda reconectarse con la principal tarea de la crianza que es amar, reconocer a las niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos, además de elogiar y celebrar sus pequeños y grandes logros. Asimismo, les aconseja a los padres que hay que orientar y corregir con firmeza, pero siempre desde un trato amoroso y respetuoso, educar en el diálogo y la receptividad, escucharles con respeto, valorando sus ideas y puntos de vista, y nunca dejar el juego de lado, debido a que desarrolla relaciones y vínculos de afecto significativos.
Por su parte, Marcela Quintero afirma que las claves para una crianza amorosa, en donde no hay lugar a los castigos físicos, la cual comparte en la formación ‘Habilidades para la crianza’, se dividen en cuatro temas:
- Bienestar emocional: Se deben tener herramientas sobre cómo manejar el estrés, cómo expresar las emociones de manera sana y cómo detenerse para no reaccionar negativamente en un momento determinado. Una de las razones que genera maltrato por parte de los padres es porque en ocasiones tienen una situación personal, ajena a los niños, que los agobia, los estresa, y sin intención terminan lastimándolos con palabras ofensivas, duras, o lastimándolos físicamente.
- Afecto: La expresión del afecto es con palabras, pero también con conductas. Uno de los elementos fundamentales en los primeros años es el apego, es sentir que los niños pueden contar con una persona, ya sea el papá, la mamá o el cuidador, quien pueda brindarles ese entorno de seguridad afectiva para que a partir de allí, el niño pueda ir creando su propia autoestima. Esto no se da la noche a la mañana, sino en una relación en donde hay un vínculo afectivo que soporta esa construcción que está haciendo el niño.
- Disciplina sin castigo: Los límites durante la crianza son importantes para los niños, niñas y adolescentes, porque los necesitan para su sano desarrollo. No obstante, hay otra forma de disciplinar y es implementar el tema de normas y de autorizaciones reguladas. No se trata de que los padres dejen hacer al niño lo que quiera, hay que establecer límites en esa relación.
- Fomentar el juego: El juego en familia es el espacio ideal de darse una oportunidad, tanto el cuidador como el niño de compartir.
Asimismo, en estos espacios no se debe buscar que los menores jueguen solo con un juguete, sino en interacción con ese adulto y la crianza que este último le da.
Iniciativa caleña
En Cali, la Fundación Carvajal lleva a cabo desde hace más de 20 años la formación en ‘Habilidades para la crianza’, la cual tiene como propósito brindar herramientas para equilibrar el afecto y la firmeza en las prácticas de crianza. Estas han sido dirigidas hacia padres, madres y cuidadores. Igualmente, ha tenido una participación alta de mujeres.
“Hacemos encuentros de formación que parten de las experiencias y vivencias de esas cuidadoras o cuidadores para ir incorporando algunos elementos que les permitan reflexionar sobre ciertas creencias que tienen, pero también, les posibiliten ir pensando en si esas prácticas de crianza autoritarias basadas en el castigo físico es posible que las cambien”, sostiene Marcela Quintero.
Esto lo hacen a través de nueve semanas de formación, en donde cada semana los participantes ven un tema, reflexionan sobre el mismo, tienen una semana de práctica y luego cuentan cómo les fue implementando esa nueva práctica que se les propuso hacer.
En estas formaciones una palabra muy importante es la autoeficacia, es decir, que los padres y cuidadores vean que es posible implementar formas de relacionarse o de disciplinar a los niños distintas a las que ellos tienen, basadas más en el afecto y en la firmeza, porque es importante el equilibrio entre estos dos aspectos.
Marcela Quintero Torres, trabajadora social y lider de innovación social de la Fundación Carvajal.El afecto siempre será nutrición para cualquier persona en la etapa que sea y especialmente en los niños.
El juego como herramienta
La Corporación Juego y Niñez afirma que al utilizar el juego como una herramienta para desarrollar relaciones y vínculos familiares de afecto significativos, las niñas, niños y adolescentes se sienten en un ambiente de confianza y seguridad que les permite avanzar como personas independientes y saludables emocionalmente.
Asimismo, el difunto psicólogo suizo Jean Piaget, aseguraba que el juego es importante en el desarrollo de los infantes porque este “forma parte de la inteligencia del niño, porque representa la asimilación funcional o reproductiva de la realidad según cada etapa evolutiva del individuo.”
Tenga en cuenta...
La corporación Juego y Niñez recomienda algunas actividades que se puede hacer en familia para generar una crianza amorosa:
- Jugar mímica o gestos.
- Construir rompecabezas.
- Hacer títeres con materiales del medio (cartulinas, ropa, entre otros) y montar una obra en familia.
- Jugar al tesoro escondido en la casa.
- Contar historias.
- Cocinar en familia.
- Crear obras de teatro o coreografías en familia.
- Jugar a la pelota.
- Hacer un campamento familiar en el patio con una carpa o cobijas y cojines.