Las empresas y sus líderes están llamados a potenciar el capital humano y social buscando nuevos modelos que generen condiciones de bienestar, por lo que requieren en sus equipos de trabajo, administradores de empresas con la capacidad de establecer una nueva manera de liderar las organizaciones con propósito y enfoque global.
En ese sentido, el profesional en Administración de Empresas tiene diversas habilidades que son requeridas como conocer la empresa de manera transversal, así como planear, organizar, direccionar y controlar en diversas áreas donde sea requerido.
De acuerdo con Marcela Garzón Posada, directora del programa de Administración de Empresas Virtual de la Fundación Universitaria del Areandina, “a veces las personas se preguntan, si un administrador de empresas nace o se hace. Podemos decir que ambas, por un lado, nace porque esta persona desde pequeña es quien planea, organiza, direcciona y controla todas las actividades que hace con su familia, siempre colabora en todo lo que puede y ayuda de la misma manera.
Pero también se hace porque cuando estudia, se perfecciona y se hace versátil aprendiendo todo lo relacionado con la empresa, tiene la posibilidad de moverse en áreas administrativas, financieras, comerciales, tecnológicas, técnicas o de producción”. Para la experta, un administrador de empresas debe conocer aspectos legales empresariales, tener experiencia en el manejo de personas y conocer los mercados actuales para darle un direccionamiento a la organización.
“En caso de que el profesional sea nombrado representante legal, tendrá varias obligaciones por cumplir, entre las que están las leyes laborales, civiles, mercantiles y tributarias. Así mismo, es importante saber manejar personal, por lo que será clave al momento de ubicarlos en su lugar para el cumplimiento de sus funciones, además de motivarlos, alentarlos y liderarlos. Es importante señalar que su profesión le permitirá estudiar y analizar escenarios de mercados para tomar decisiones estratégicas, con calidad e innovación”, explica la académica de Areandina.
Un eje transversal para el éxito de las organizaciones
Ser administrador de empresas puede ser una profesión común, sin embargo, su rol es fundamental para sacar el mayor potencial de las empresas de acuerdo a sus fines. Otra de sus habilidades será el de maximizar las utilidades de la compañía, aplicando todos sus conocimientos adquiridos durante la academia y así para lograr el éxito de la organización.
“Cuando a un administrador de empresas le entregan un capital, es su deber trabajarlo e incrementarlo, ya que, a través de estrategias, tomará decisiones claves, creará objetivos para cumplir las metas con el propósito de llevar la compañía a su máximo nivel. Así mismo, el administrador tiene la capacidad de trabajar en áreas técnicas o de producción, en el que precisa sobre procesos, planeación de la producción, materias primas, tiempos y movimientos, proveedores, entre otros”, destaca Garzón.
Y añade que: “se podría hacer una lista más grande de todo lo que sabe y maneja un administrador de empresas para mostrar su versatilidad, pues también debe saber de matemáticas financieras, estadísticas inferencial y descriptiva, evaluación de proyectos, sostenibilidad, gestión ambiental, gestión del conocimiento, sistemas de información y comunicación, contabilidad, finanzas, talento humano, calidad y un sinfín de habilidades para la vida”.
El administrador de empresas tiene una visión amplia que engloba cada aspecto que influye sobre la organización, lo que, para la académica Garzón, cuenta con habilidades blandas y competencias que le permiten que su trabajo sea reconocido dentro y fuera de la compañía.