El contraste que dejaron las elecciones del pasado domingo en la política colombiana se hizo evidente el pasado jueves en Bogotá: en un salón de un hotel cercano al aeropuerto El Dorado, la bancada del Centro Democrático (CD), el partido de gobierno, estuvo durante todo el día en una agridulce evaluación del resultado de las votaciones.

La verdad es que la crisis del CD viene de tiempo atrás, casi desde marzo del 2018 cuando el elegido del uribismo para ser candidato presidencial fue Iván Duque, alguien que representaba la voluntad del expresidente y la de la mayoría de los sectores de la colectividad, pero no a la llamada línea dura del uribismo.

Los resultados positivos que tuvieron en ese momento en la elección de Congreso (en donde el CD creció en Senado y Cámara), y el posterior triunfo de Iván Duque para la Presidencia de la República, congeló por un tiempo la crisis, pero la dejó latente.

Y aunque ahora es el partido de gobierno, a muchos de sus miembros los ha resentido el hecho de que el presidente Duque le ha dado igual trato a los congresistas uribistas que a los de los demás partidos.

Así lo han expresado varios dirigentes del Centro Democrático: el presidente tiene en los cargos claves del gobierno a personas cercanas a él, pero no necesariamente al partido.

Un motivo más que ha suscitado la crisis en el partido es el proceso judicial que enfrenta el expresidente Álvaro Uribe, en la Corte Suprema de Justicia, que lo investiga por el presunto delito de manipulación de testigos. Pese a que la Corte aún no ha fallado en su contra, el proceso ha lastimado su imagen.

Al respecto, el expresidente Uribe afirmó que ha discutido con sectores de esta rama y argumentado contra decisiones y actuaciones políticas que afectan su reputación. Ratifica que es partidario de una única Corte, pero que aun así, se somete al actual sistema.

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El planteamiento lo hizo en ‘Mi extrema derecha’, texto que divulgó ayer en su cuenta de Twitter, en el cual expone 80 puntos de su convicción política y los aportes que ha hecho al país.

Allí explica que el CD es una alternativa a la acción violenta, que ha tenido un desempeño sostenido y sobresaliente en términos de seguridad, crecimiento y cohesión social, dijo el senador, desde donde ha buscado mantenerse como faro político para el partido y el presidente Iván Duque.

El detonante

Pero el problema final que no pudo contener hacer evidente la crisis del uribismo fueron los resultados de las elecciones regionales del pasado domingo. El CD no pudo alcanzar las principales apuestas electorales que había hecho, aunque sí registró un crecimiento en votos que le permitieron aumentar concejales, diputados, alcaldes y gobernadores.

El mismo expresidente Uribe lo reconoció el domingo, sin ambigüedad: “perdimos, reconozco la derrota con humildad. La lucha por la democracia no tiene fin”, escribió en su cuenta de Twitter el exmandatario de los colombianos.

Pero, pasadas las horas, varios senadores como Paloma Valencia y Ernesto Macías empezaron a hacer cuentas para mostrar que al partido le fue bien y que creció con respecto a las pasadas elecciones de 2015.

Incluso, destacaron que aumentaron pese a no tener maquinarias ni burocracia. Posición que no le gustó a todos, como al exprecandidato presidencial Rafael Nieto Loaiza, quien calificó la derrota del partido como una paliza y criticó duramente a quienes no lo querían ver así.

“No querer ver la realidad es ofensivo con nuestros militantes. Comparar con 2015 es equivocado. No podemos olvidar que fuimos el partido más votado en Congreso y presidenciales. Si queremos retomar la ruta de la victoria, debemos reconocer errores, aprender lecciones y corregir” escribió en Twitter el analista político del CD.

A esta confrontación a nivel nacional, se han sumado otras rencillas a nivel local. En Medellín, los jefes más connotados del uribismo responsabilizaron a la senadora Paola Holguín, porque al parecer no le dio su respaldo a Alfredo Ramos, el derrotado candidato del uribismo a la Alcaldía de Medellín.

El lunes, menos de 24 horas después de las elecciones, corrió el rumor de que la senadora había decidido dejar su curul y renunciar al partido ante los cuestionamientos en su contra.

El expresidente Álvaro Uribe tuvo que salir a controlar los ánimos: “debemos enfrentar tranquilamente lo difícil, afianzar lo positivo. Nuestra propuesta ha sido, es y será de seguridad con valores democráticos, y de equilibrios sociales con economía privada dinámica y cohesión social integral... Nuestros candidatos presentaron programas muy serios que en la cohesión social integral incluyen las prioridades ambientales, la tecnología con cobertura universal, el buen trato animal. Nada de maltratos menos a compañeros que dan ejemplo de trabajo como la senadora Paola Holguín”.

En la reunión de este jueves, los miembros de la bancada hicieron primero una evaluación de los resultados electorales. Varios tomaron la palabra y expresaron que faltó mayor trabajo, pero el expresidente Uribe los llamó a la calma y a seguir adelante, pese a los errores que se hayan cometido.

Al encuentro llegó el presidente Iván Duque, quien habló de la necesidad de que el partido se comprometa con sacar adelante la agenda legislativa, comenzando por la reforma tributaria (ley de financiamiento para el Gobierno), pero también a las reformas que hacen parte de la llamada agenda anticorrupción.

El balance final de la reunión por parte del expresidente Uribe fue: “En grandes expectativas no la logramos. Yo asumo toda la responsabilidad, sin embargo, el partido, cuando se examina la variación en concejales, alcaldías, gobernaciones, JAL, tuvo un avance notorio frente a 2015”.

El líder natural del Centro Democrático agregó que les solicitó a las bancadas de concejales y diputados lo siguiente apoyar a los mandatarios regionales o locales, y si no, tener independencia constructiva.

Más puntos

El líder natural del CD, Álvaro Uribe, defiende en su texto ‘Mi extrema derecha’, la conveniencia de un Estado de Opinión, como “la expresión más elevada del Estado de Derecho dentro del ordenamiento jurídico. Formar, orientar e incluso contradecir opinión pública, es hacer Estado de Opinión”.

Señala que la cobertura universal de educación debe ir acompañada de emprendimiento y empleo para los jóvenes con flexibilidades de tiempos y horarios, sin que ello justifique baja remuneración.

Uribe asegura que cree en la alianza empresa-trabajador, que según él debe prevalecer sobre la economía estatal. Insistió en que se deben bajar los impuestos a empresarios y brindar una prima adicional a los empleados.

En relación a la seguridad, insiste en que es un valor democrático y que sin ella no hay inversión ni recursos para lo social y que la colaboración ciudadana con las instituciones armadas es necesaria para tener seguridad con transparencia.

“La impunidad total a uno de los agresores del Estado de Derecho estimula nuevas violencias y pretender condenar a un agresor y absolver al otro, por sesgos ideológicos, no contribuye a la paz y mina la credibilidad en la justicia. Nuestras Fuerzas Armadas han sido respetuosas de la democracia y quienes de sus integrantes han delinquido han recibido duras sanciones”, dice.

Añade Uribe que no se debe poner en el mismo nivel al terrorismo y a las Fuerzas Armadas Democráticas porque esto afecta la moral institucional. “Quiero a los soldados y policías de Colombia, propicié que errores y dificultades se ventilaran en público, sancioné falsos positivos y he denunciado la falsa acusación”, apunta.

De la protesta, dice que es un derecho democrático que no requiere reglamentación, pero que hay que aislarla de la violencia.