En la casa de la candidata a la Gobernación del Valle Griselda Janeth Restrepo siempre hay café preparado y visita en la sala. Se considera una mujer familiar, que ama pasar tiempo con sus mellizos de 14 años: Luis y Valentina, a quienes considera un milagro que Dios le concedió luego de nueve años de estar casada.
La necesidad de ayudar a su madre, tras la muerte de su padre, la llevó a estudiar el bachillerato de noche y trabajar desde los 15 años, edad en la que ya era miembro de la Junta de Acción Comunal del barrio en el que creció en Palmira.
Como su madre era una modista “brava”, cualquier hombre que quería pretenderla a ella o a sus cinco hermanas terminaba por aprender a hacer dobladillos y pegar botones. Es abogada y especialista en derecho constitucional y gobierno de la Universidad Libre de Cali.
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“Tuve la fortuna de estar en el gobierno de la paz, con Juan Manuel Santos. Lo acompañé a firmar el Acuerdo en Cartagena y ese día le dejé una carta a mis hijos sobre la importancia de lo que estaba pasando. Con él conocí al Papa Francisco, Santos es una persona muy especial para mí”.
La abogada conserva la primera vajilla que compró en su vida matrimonial. Originalmente tenía “cerca de 30 piezas, de las cua les 24 han sobrevivido a 23 años de uso. Es solo para fechas especiales y espero que la hereden mis hijos”.
Luego de terminar un noviazgo largo, conoció a Luis Gonzaga, con quien se casó a los 32 años. “Teníamos un amigo en común en la universidad. Pero fue hasta que ella inició su campaña al Concejo que me llamó como empresario para que la apoyara. Ahí nació la llama del amor”, dice Luis.
Tiene un estilo fresco: jeans, blusas y zapatos cómodos (altos y bajitos). “Eso sí, no me faltan estas dos maletas: en una llevo el portátil y en la otra documentos para estudiar y leer”.
Su equipo le regaló un álbum de 50 páginas con los momentos más especiales e importantes que vivió a su paso por el Ministerio del Trabajo.
El cuidado de la piel es fundamental para Griselda. En su mesa de noche tiene al menos seis productos diferentes para pies, manos, cuerpo y rostro.
“Siempre supe que iba a llegar lejos porque no le gustaba el oficio. Cuando tenía que ‘trancarla’ para que se metiera a la cocina, me decía: ‘yo nací para cosas más grandes’”, cuenta doña Griselda Gallego sobre su hija.
“Max es el bebé de la casa, fue un regalo de mis hijos cuando cumplieron cinco años. Aquí donde lo ven, es el más travieso. De chiquito se comía las patas del comedor y los muebles de la sala”.
La palmirana (primera de la izquierda) nació el 9 de junio de 1964 y creció el en barrio El Prado. Es la quinta de los siete hijos (5 mujeres y 2 hombres) de la modista Griselda Gallego y el dentista Carlos E. Restrepo: “Mi padre murió cuando yo tenía 5 años y medio. Fue una época muy dolorosa, mi madre quedó sola con los siete y le tocó sacarnos adelante con su máquina”.
“Yo quería ser mamá, de rodillas le pedía a Dios un hijo. Lo habíamos intentado todo, perdimos un bebé de siete meses de gestación y nada. Hasta que en 2005 nacieron Luis y Valentina, que son la alegría del hogar, no se imaginan lo que feliz que soy de tenerlos”.