La agresividad entre algunos candidatos a la Alcaldía de Cali ha ido en ascenso en los últimos días, lo cual ha sido rechazado desde distintos sectores de la ciudad que han hecho un llamado a bajarle el tono de confrontación a la campaña.
Es así como la coordinadora de Buen Gobierno de la Unidad de Acción Vallecaucana, Lina Orozco, manifestó que, aunque es un momento en el que “los ánimos políticos sobresalen”, se debe “reconocer el libre ejercicio de la democracia y la libertad de pensamiento que tiene cada uno”.
“Hemos avanzado mucho desde que sucedió el estallido social y la coyuntura electoral no puede ser el contexto para caer en retrocesos”, agregó al analizar la gresca que tuvo lugar al término del Foro Distrital de Juventudes, que le ocasionó heridas a uno de los escoltas del candidato Wilson Ruiz.
Pero también al enfrentamiento que horas después tuvieron desde las redes sociales varios de los aspirantes alrededor de un pronunciamiento que al respecto hizo el también candidato Roberto Ortiz, quien no estuvo presente en esa cita política.
“El debate ocurre cuando entre las partes hay reconocimiento a su diferencia, así como respeto, escucha, argumentos razonados y evidencias claras y certeras”, anotó Orozco.
A su vez, la politóloga Nury Astrid Gómez sostiene que hay unas elecciones polarizadas, donde lo único no presente es el debate y la deliberación, por lo que describe a los candidatos en general como “llenos de falacias, sesgos emocionales y carentes de propuestas reales”.
En su opinión, lo que se vive en la contienda por la Alcaldía de Cali es una política adversativa, una elección que cuenta una historia de héroes y villanos, donde es “más importante odiar a Lex Luthor que amar a Superman”.
En cuanto a los múltiples desacuerdos que los aspirantes a suceder a Jorge Iván Ospina han tenido, Lina María Orozco sugiere que estos deben implementar la tolerancia, el respeto por la diferencia y, de esa manera, “unirnos en torno a la promoción del respeto y el reconocimiento del valor de las ideas que tienen los demás”.
La politóloga Gómez, por su parte, plantea que bajar la ‘temperatura’ de la contienda electoral “es labor de medios de comunicación, de las propias campañas y de un propósito en torno a la ciudad y no al personaje”.
Sobre las emociones de los caleños, la analista menciona que hay tres aspectos presentes: el primero, una anarquía en todos los estratos sociales; el segundo, una sensación de abandono gubernamental y desidia e indiferencia ante la protección de la ciudadanía, y el tercero, la imposibilidad de ver una salida cercana al caos percibido.
Por ello, Astrid Gómez subraya que “Cali es un polvorín a punto de estallar, en el que se ha traspasado todo límite de respeto, resiliencia y prudencia”.
Llanto y rifirrafe
Tras los hechos que tuvieron lugar al cierre del debate con los jóvenes, Taliana Vargas, esposa del también candidato a la Alcaldía Alejandro Eder, expresó a través de un video la angustia que le generó lo ocurrido e hecho un llamado a que cese la agresividad en la campaña.
“Por ejemplo, su esposo me calumnia vinculándome con Ospina, y se gasta millones de pesos en pauta semanal promoviendo esa mentira por todas las redes”, le dijo a Taliana.
Y a renglón seguido se refirió con nombre propio a Miyerlandi Torres, Diana Rojas, Wilson Ruiz y Deninson Mendoza, también aspirantes al cargo, quienes no se quedaron callados ante sus reclamos y lo señalaron por referirse a lo sucedido en un debate en el que no estuvo presente.
Al respecto, Lina María Orozco señaló que “es importante que las candidaturas motiven conversaciones sobre la base de ideas contrastables”, resaltando el respeto que se debe tener en estos espacios electorales.
Y finalizó diciendo que “los debates electorales son escenarios necesarios para la democracia, donde se espera que, de forma organizada, se conozcan las posturas y propuestas de las diferentes candidaturas”.