El 5 de septiembre, David García, aspirante a la Gobernación del Valle, se sumó a la lista de quienes empiezan a declinar sus candidaturas, teniendo en cuenta que el plazo para renunciar a aparecer en los tarjetones vence este viernes 8 de septiembre.
Así se lo confirmó a El País el candidato inscrito por el Partido Verde Oxígeno, quien señaló que acompañará la aspiración de Tulio Gómez, porque “hay que hacer todo lo posible para ganarle a Dilian Francisca Toro, para rescatar al Valle del Cauca de la precaria situación política y social causada por su estructura”.
La lista de quienes han dimitido fue inaugurada por Eder Luis Arrieta, quien había sido avalado por el partido Alianza Democrática Amplia (ADA), quien el pasado 30 de agosto envió a la Registraduría Municipal el documento que oficializa su renuncia.
Y es de esperarse que en los próximos días se conocerán más nombres que abandonarán los tarjetones que recibirán los electores el día de los comicios, porque, de declinar luego del viernes, sus rostros no podrán ser eliminados de los instrumentos de votación como las tarjetas electorales y los cuadernillos.
Ahora bien, Germán Reyes, experto de la división de Justicia Electoral de la Misión de Observación Electoral (MOE), aclara que “los partidos políticos tienen la autonomía para dictar sus aspectos ideológicos y de organización, en lo que pueden establecer dentro alguna norma o disposición que establezca amonestaciones de cualquier tipo con respecto a las renuncias por parte de sus candidatos”.
Además, en cuanto a los aspirantes por firmas, el vocero aclara que en ese caso “no hay estatutos, por lo tanto no habría amonestaciones o multas legales. Sin embargo, como se pagó lo correspondiente a la póliza de seriedad, esta podría ser afectada y no devolverse el dinero que costó, por qué no se cumplen los requisitos de devolución”.
Los que pueden renunciar
El politólogo Alejandro Echeverry explica que la ley establece que los candidatos que, sin importar el cargo al que aspiren, no obtengan el 4 % de la votación, no podrán acceder a la reposición de los dineros correspondientes a los gastos en los que incurrieron en la campaña.
En ese sentido, explica que deberían renunciar quienes se proyectan con un menor apoyo: Armando Aristizábal, por el Movimiento Salvación Nacional; Heriberto Escobar, de Gente en Movimiento; Javier Garcés, del Partido Ecologista Colombiano, y Wilfredo Pardo, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción. Ellos deberán buscar alianzas con otros candidatos para seguir en la contienda”.
Con respecto a la unión anunciada por los aspirantes al primer cargo de la ciudad Alejandro Eder y Wilson Ruiz, quienes a finales de septiembre informarán cuál de los dos se convertirá en la opción final para las elecciones, Echeverry dice que puede representar “un riesgo para el tarjetón”.
“Lo ideal sería que Ruiz se retirara y apoyara la candidatura de Alejandro. Sin embargo, creo que el viernes nos podemos llevar alguna sorpresa con respecto a esa unión”, agrega.
A su vez, Juan Pablo Milanesse, profesor de Ciencia Política de la Universidad Icesi, señala que “quienes midan poco, pero cuyas adhesiones pueden ser relevantes para otros candidatos, que, en caso de ganar, les pueden ofrecer secretarías u otros espacios de gobierno, pueden sostenerse a pesar de la multa y negociar después, pero quienes no tienen ‘nada qué ofrecer’ les conviene bajarse”.
En cuanto a los aspirantes a la Gobernación del Valle del Cauca, el politólogo Echeverry comenta que “entre los ocho candidatos que hay, dos no cuentan con la posibilidad de tener más del 4 % de la votación”.
“Son Luis Fernando Velázquez y Horman David García (quien dimitió ayer), porque Óscar Gamboa tiene posibilidades de sacar más del 4 % y Tulio Gómez se está peleando el cargo con Dilian Francisca Toro, mientras que Santiago Castro hace un proceso pensando en las elecciones de Congreso en el 2026″, anota.
En el caso de William Andrés Cruz, explica que tiene un problema porque su candidatura fue por recolección de firmas y, de retirarse en este momento de la contienda, no se le devolvería el valor de la póliza de seriedad, dinero que no podría perder, al ser un aspirante sin grandes capacidades económicas.