¿Es el nombramiento de Laura Sarabia como directora del Departamento de Prosperidad Social, DPS, un nuevo gesto de confianza del presidente Petro hacia quien fuera su leal jefa de Gabinete o es un ‘papayazo’ para que la oposición demerite la designación?
Los críticos no han dado tregua tras la posesión de la nueva funcionaria, el pasado lunes, recordando las investigaciones que avanzan contra ella por el caso de las ‘chuzadas’ y el polígrafo contra su ex empleada, mientras que otros aseguran que es un mensaje del Jefe de Estado para decir que no se dejará intimidar.
Para Esteban Salazar, coordinador de Democracia y Gobernabilidad de la Fundación Paz y Reconciliación, esto demuestra que Gustavo Petro “tiene en muy alta estima a quienes considera que han sido leales” y tal lectura, desde la forma en que el mandatario maneja su gobernabilidad, puede hacerse incluso desde antes de ser Presidente.
“Nunca en su vida ha construido una suerte de partidos políticos y colectividades. Se ha caracterizado porque resulta inhabitando los lugares en los que ha estado, debido a la generación de controversias y eso lleva a que las personas de las que se rodea sean de una lealtad que trasciende la lógica partidista”, indica el analista.
Asimismo, opositores como la senadora uribista Paloma Valencia han criticado el nombramiento de Sarabia: “Eso estaría muy bien si estuvieran disponiendo de lo suyo, que la nombren directora del Pacto Histórico y maneje esos recursos, pero la ponen a manejar los recursos de todos los colombianos”.
En ese sentido, Salazar opina que el Presidente “le da un ‘papayazo’ muy grande a la oposición” y la invita a que escudriñe todo lo que se haga en adelante en el DPS, que “es la joya de la corona sobre el manejo de la política social en el país”, puesto que implica gran presupuesto y contratación.
De otro lado, el politólogo Mauricio Jaramillo señala que uno de los retos que deberá asumir Sarabia en su nuevo cargo es evitar que haya una superposición de funciones con el recién creado Ministerio de la Igualdad, también orientado a formular políticas públicas y programas sociales encaminados a disminuir las brechas de pobreza y vulnerabilidad.
Según él, la funcionaria “no tiene la experiencia, pero eso se compensa con su conocimiento del gabinete. En eso sí hay un consenso, todo el mundo habla bien de ella”.
A Sarabia “la van a medir por eficiencia y resultados, y le va a tocar adaptarse muy rápido, porque una de las banderas del Gobierno es la política social, las asistencias, los subsidios y la democratización del crédito. Ahí no hay tiempo de aprendizaje, porque la Administración lleva más de un año”, apunta Jaramillo.
No hubo interrogatorio
La recién posesionada directora del Departamento de Prosperidad Social, DPS, Laura Sarabia, acudió ayer al búnker de la Fiscalía para diligenciar el interrogatorio al que había sido citada, pero este se aplazó, pues el caso cambiará de juez.
En horas de la mañana, el ente acusador confirmó que se dispuso todo lo necesario para adelantar el interrogatorio, dado que quienes estaban encargados de la investigación eran fiscales anticorrupción y de Derechos humanos.
Sin embargo, cuando le solicitaron la identificación y el cargo, ella entregó su acta de posesión del DPS, apenas firmada el pasado lunes por el presidente Petro.
“El interrogatorio fue suspendido y se realizarán los trámites pertinentes para que el caso sea asumido por un fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia, teniendo en cuenta que ella ostenta ahora fuero constitucional”, precisó la Fiscalía.
Sarabia llegó convencida de tener “pruebas y documentos” suficientes para probar que fue víctima de un robo en su residencia y para solicitar formalmente que el fiscal general, Francisco Barbosa, sea testigo en su proceso.
A su vez, su abogado Jorge Mario Gómez aseguró que Barbosa es “testigo de que Sarabia nunca ha querido ni ha aceptado privilegios en razón del cargo que ocupaba”.