Un organismo tan diminuto que no lo alcanza a apreciar el ojo humano, viene transformando la vida de millones de personas en el Planeta. No hay duda. El mundo era uno antes del Covid-19 y otro muy distinto en el 2020.

Hay que reconocer que el coronavirus ha sido un gran ‘maestro’ del cual los seres humanos han aprendido mucho.

Por ello, El País consultó a profesores y estudiantes universitarios para que expresen de qué modo esta pandemia los ha cambiado y qué lecciones les ha dejado.

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Repensar el camino

“En este 2020 lo único que tenemos claro es que estamos en constante movimiento”. Así opina Emily Gallego Antorbeza, profesora del Departamento de Mercadeo y Negocios Internacionales de la Universidad Icesi, quien resaltó que “la disrupción que hemos vivido gracias al Covid-19 nos ha obligado a repensar la ruta, el camino, la estrategia para lograr llegar a las metas que nos habíamos trazado cerrando el 2019. Revisando lo que hemos cruzado hasta ahora, en modo poscuarentena, debemos casi que agradecer esta sacudida, la cual nos permite buscar nuevas fórmulas y, sobre todo, romper paradigmas”.

Como resultado, las universidades desarrollaron durante el confinamiento diversas actividades con sus estudiantes. “Con los de segundo y quinto semestre, emprendimos la campaña ‘Icesi dona sangre’ en alianza con la Clínica Fundación Valle del Lili y su banco de sangre y de estas jornadas afloraron distintas enseñanzas.

Una de ellas es que “no hay que esperar una pandemia para reinventarse, para saber qué es lo que quieres y qué no. También nos ha mostrado que gastamos mucho tiempo, dinero y energía en cosas, gente y situaciones que no merecen la pena y que deberíamos dejar los egos y pensar más en colectivo”, comenta la profesional.

Asimismo, para muchos pareciera que se ha afianzado aún más el concepto según el cual en la vida la familia siempre será la base de todo, de tal forma que si se está con los seres queridos, se puede superar cualquier situación.

Por otro lado, la frase “ siempre se ha hecho así”, nunca estuvo tan obsoleta como hoy, según la docente, “porque ha quedado demostrado que no hay verdades absolutas”.

Empatía con los estudiantes

La posibilidad de desarrollar las clases de una manera más dinámica, gracias a las TIC, ha sido otra de las enseñanzas de la pandemia, en opinión de algunos docentes.

Para el profesor Jesús Gabalán Coello, PhD. en Medición y Evaluación en Educación de la Universidad de Montreal, Canadá, lo mejor fue que se ganó una gran capacidad de resiliencia para afrontar dificultades.

Actualmente, el docente universitario y director general de la Corporación Penser, puede decir que tiene una mayor empatía con sus estudiantes, “lo cual me permite centrarme en aspectos que van más allá de lo académico y fomentar la esperanza en ellos y generarles tranquilidad para que puedan concentrarse en las labores académicas con todo el rigor que se requiere”.

Más flexibilidad

Por su parte, Mauricio Quintero Ángel, doctor en Ciencias Ambientales y profesor de Univalle sede Palmira, precisó que uno de los mayores aprendizajes que le deja lo vivido por el Covid-19 es que se requiere de “una alta capacidad de adaptación, porque estamos en un mundo cambiante, en el que en cualquier momento aparece una pandemia y transforma todo en la vida”.

Afirmó, además, que “como docentes que formamos nuevas generaciones, debemos ser flexibles para motivarlas a adaptarse a los cambios, para lo cual se necesita una alta dosis de creatividad; de ahí que hay que incentivar la innovación para hacer las cosas de una manera diferente”.

Respeto por el planeta

Desde que empezó la pandemia, una de las reflexiones recurrentes es la urgencia de revertir el daño causado al planeta. Miguel Corchuelo, director del Centro de Gestión de la Calidad y la Acreditación Institucional de la Universidad del Cauca, afirma que tras la crisis quedó en evidencia la necesidad de ser más amigables con el ambiente. En el contexto laboral, explica, prácticamente se redujo a cero el uso del papel y “vemos cómo se puede ahorrar en otros recursos, por ejemplo, en desplazamientos, gracias a las nuevas dinámicas que hemos enfrentado”.

Su inquietud es compartida por su colega del departamento de Ciencias Básicas de la Universidad Nacional sede Palmira, Joel Tupac Otero, para quien “el covid nos ha mostrado una sociedad en crisis, la cual se había desbordado y olvidado de su relación con la naturaleza. Ahora debemos reorganizarnos y repensarnos para sobrevivir a los desafíos que vienen”.

Finalmente, los profesionales plantean que dado que la pandemia afectó los ingresos de las personas, esto ha generado la necesidad de pensar en “una nueva economía que considere al ser humano como parte de la naturaleza para que podamos vivir en armonía con ella”.

Para los directivos y docentes de las universidades de Cali, el covid-19 ha dejado también una huella positiva a todo nivel que debe aprovecharse.

“Necesitábamos este momento de reflexión”

A Juan Camilo Gámez, estudiante de la maestría en Política Social de la Universidad Javeriana Cali, la pandemia le ayudó a reorganizar las prioridades que se había planteado y a ser más consciente de las realidades en cuestión de desigualdad que hay en el país, lo que según él, motiva a una acción mucho más firme y colectiva. “Me ha permitido un diálogo entre la incertidumbre y la resiliencia. Incertidumbre, porque no sabemos qué nos deparará esta nueva normalidad. Pero también un fortalecimiento de mi capacidad de resiliencia, que me obligó a reprogramar proyectos que pensaba eran inalterables, como viajar a estudiar en el exterior este año”, dice.

Para este egresado de Ciencia Política de la Javeriana, la pandemia ha posibilitado un momento de reflexión que muchos necesitábamos.

“Aprendí a valorar a las personas y a las cosas”

“Sin duda, la emergencia por el Covid-19 me dio un stop, un pare en seco, durante el confinamiento”. La reflexión es de Daniela Cuaichar, quien cursa noveno semestre de Ingeniería Industrial en la Universidad Pontificia Bolivariana Seccional Palmira.

Esta joven de 21 años confiesa que aprendió a ver las situaciones difíciles de una mejor manera y que así pudo ser luz para las personas que están a su al alrededor. “Las claves para lograrlo, fueron el optimismo que siempre me acompaña, sumado a la fe puesta en Dios y mis ganas de salir adelante, los cuales me mostraron la luz al final del túnel”.

Afirma que una de las principales enseñanzas que le quedan es la importancia de tener empatía con los demás, con mis compañeros de la Universidad, los docentes, y con mi familia.

También aprendió que no es lo material lo que la hace feliz, sino los momentos que la vida le permite vivir.

”Lo que me llevo de esta situación es que ahora sé valorar las cosas, desde un abrazo o una sonrisa, hasta el poder compartir con los seres que quiero”, puntualizó la universitaria

”Me enseñó a cuidar mi salud”

Para Andrea Castillo Ruiz, estudiante de tecnología y gestión de mercadeo en la Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano, lo más importante que aprendió con la crisis por el coronavirus fue a valorar su vida, a su familia y a otras personas que la rodean. “Ahora tengo más conciencia de la importancia de cuidarme para cuidarlos a ellos”.

La pandemia, agrega, ha propiciado también una reflexión respecto a lo “que quiero y hasta dónde deseo llegar, porque solía pasar la vida estudiando y trabajando, sin tener una meta clara y sin detenerme a pensar en aspectos como mi salud”.

Para la joven universitaria, de 25 años, si bien no fue fácil permanecer confinada durante unos meses , lo cierto es que esta etapa le sirvió para “reflexionar sobre la importancia de dedicarme más tiempo a los míos, a dar un beso, un abrazo, a disfrutar de las personas que me hacen feliz”.