Por Sergio Villamizar
 El próximo miércoles arranca una nueva temporada del Desafío the box, la número 19, la última que el Canal Caracol realizará en la locación de la ‘ciudad de las cajas’, y contando nuevamente con Andrea Serna en la conducción del programa.

Es un formato que siempre le ha generado al canal muy buenos resultados y que ahora necesita más de él, en momentos en que la televisión colombiana registra sus más bajos índices de teleaudiencia.

Una temporada que se encuentra en plena grabación y que es muy especial para Andrea Serna, en especial, al cumplir 25 años de labores en el mundo de la televisión, pues fue en el año de 1998 que en el Noticiero Nacional, empezó un recorrido que ha sido brillante y la mantiene vigente en el competido mundo de la pantalla chica.

Desde hace varias semanas se encuentra en Tobia (Cundinamarca), a cerca de dos horas por carretera de Bogotá, donde se han grabado tres temporadas de este reality, superando las dificultades de la pandemia, y ahora, las del invierno.

EN GRABACIONES

¿Cómo ha sido grabar esta temporada sabiendo que será la última en la ‘Ciudad de las cajas’?
Mucha nostalgia. Hemos vivido muchas cosas aquí, muchos contrastes en cada una de las tres temporadas. En 2021 llegamos con el país prácticamente aún encerrado, por lo que fue un verdadero reto de producción de realizar un programa dentro de una burbuja, en un ejercicio que salió muy bien y con un nuevo formato, dentro del Desafío, que gustó mucho a los televidentes.
El año pasado fue una temporada que se vivió en medio del ‘coletazo’ de la pandemia, por lo que este año podemos decir que la vivimos en completa normalidad, así que hemos pasado por muchísimos estados en este lugar. El paso por Tobia ha sido inolvidable.

¿Cómo se prepara Andrea Serna para cada una de las temporadas del Desafío?
La preparación siempre es retadora, lo cual es fascinante. Empezamos por lo físico, porque desde que me embarqué en este programa siempre he querido estar en sintonía con lo que siente un atleta que se prepara para una gran competencia, porque en la comunicación no verbal tu aspecto suma, pero sobretodo, es para poder mentalizarme tal cual lo hacen ellos a la hora de participar en el Desafío.
La preparación creo que va más por lo mental, porque es un tiempo lejos de la casa, de la familia, y eso nos pasa a todos los que hacemos parte de esta producción, que son más de 200 personas.

Dentro de las novedades que presentará esta temporada será el regreso de ‘Playa Baja’...
No la habíamos tenido en las temporadas de la ‘Ciudad de las cajas’ y ahora regresa, pero siento que está mucho más ruda, es más desolador de lo que recuerdo que se vivía en el Desafío en Cap Cana (República Dominicana), aquí no hay ni sombra.

En esta oportunidad, ¿Cómo será su relación con los participantes?
Yo tengo encuentro con ellos netamente en las competencias, por lo que vemos su evolución en las pistas. Me parece sorprendente, me impacta mucho ver cómo llegan por participantes y cómo avanzan, como crecen en competencia. Las competencias logran sacar lo mejor de ellos, superando miedos.
A lo largo de estos años, a todos los participantes el Desafío les cambió la vida, porque sienten un crecimiento como persona y como atletas de alta competencia. La mayoría están dispuestos a participar nuevamente.

¿Qué nos puede adelantar de los participantes?
La riqueza está en la diversidad de participantes, que llegan desde distintas partes del país, que se dedican a diferentes oficios o profesiones y deben convivir, trabajar juntos y competir, lo que genera una gran cantidad de enseñanzas, con momentos de mucha emotividad, donde se puede ver la rivalidad, pero también la solidaridad y la hermandad.

La convivencia nunca es fácil, y menos entre desconocidos, pero siempre sucede que tras los conflictos, parece que se desprenden de muchas cosas y se concentran en lo realmente importante, aunque el premio es individual, sólo se logra que se trabaja en colectivo. Una enseñanza que se puede trasladar a diferentes circunstancias de la sociedad.

¿Qué consejo le daría a una persona que quiera participar en el Desafío?
Por supuesto que necesita de unas buenas habilidades físicas, con mucha pasión por el deporte, pero si todo esto no viene con una gran fortaleza mental, es muy difícil avanzar.

Creo que es clave, antes de entrar a un Desafío, tener muy claro lo que puede llegar a afectar anímicamente, y de las motivaciones que te pueden llegar a salvar. Cuando sienten que no pueden dar más, pensar en la familia, por ejemplo, puede ser un detonante de lograr sacar fuerzas de donde ya no hay.

¿Cuál ha sido su mayor desafío en esta edición del desafío?
Es la dinámica familiar. A diferencia de los anteriores desafíos este fue muy diferente en ese aspecto, porque en el primero estábamos en Cap Cana, mi hija estaba en el jardín y pude llevarla a República Dominicana.

Luego llegó la pandemia y estuvo conmigo con sus clases virtuales, al igual que el año pasado que fue semipresencial el colegio, por lo que lograba estar mucho tiempo con ella, pero este año ya están con el colegio totalmente presencial y sus actividades extracurriculares, por lo que viene a visitarme los fines de semana.