"¿Por qué? ¿Tres amorosos y talentosos hombres de nuestra escena nacional en una semana? Roberto Reyes, Willie Salcedo y ahora nuestro entrañable Alfonso Ortiz. Está desatada, ensañada esta pelona con los etéreos espíritus lúdicos, que su único pecado es dar luz, liberar mentes, sembrar inquietudes y felicidad”, es parte del sentido mensaje con el que el actor y músico César Mora despide a su colega y amigo, el recordado actor de la película La Siempreviva, Alfonso Ortiz, quien falleció a los 66 años, la noche del jueves, después de sufrir un infarto y estar una semana batallando por su vida.
“Mi querido ‘Tigre’, siempre te estaré recordando. Tu humor, tu buena honda y tu conocimiento me acompañarán, buen viaje, hermano”, expresó el actor Fernando ‘El Flaco‘ Solórzano, al enterarse de la muerte de su amigo.
Por su parte, el mánager de artistas Fernán Martínez lamentó la pérdida para las artes escénicas de un gran actor, pero además uno de los grandes y mejores maestros de la actuación en el país. Y así lo ratifica la actriz Patricia Castañeda para quien “partió al universo un hombre que estuvo al lado de muchos de nosotros en este camino, nos dejó su risa y enseñanzas”.
Lea además: Sean Connery: adiós al último Caballero y el más entrañable James Bond
Santiago Alarcón, otro de sus alumnos, le dedicó a ‘Pocho’, como le decían cariñosamente, una melodía particular: “A tu escuela llegué sin saber porque llegaba, en tus salones encuentro mil caminos y encrucijadas”.
Ortiz había sido internado desde el pasado viernes (6 de noviembre), en la Clínica Colombia de Bogotá, donde llegó tras sufrir un infarto en plena grabación para un nuevo programa de un reconocido canal regional en Tabio, Cundinamarca. Ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos con pronóstico reservado y se le hicieron las pruebas del Covid-19 a las que dio negativo.
Sin embargo, en la mañana del pasado jueves su situación empezó a deteriorarse con serios problemas respiratorios, hasta que en la noche del mismo día falleció, aunque la noticia se dio a conocer ayer en la madrugada.
Nació en Bogotá en 1947. Quedó seducido por la actuación cuando su padre en vez de llevarlo a un partido de fútbol lo llevó a ver a una obra en el Teatro Colón. A los 17 años ya estaba haciendo un taller en el Teatro La Mama, de Bogotá, con Kepa Amuchástegui.
La obra ‘La galera’ fue su debut profesional en las tablas y le siguieron producciones como ‘Guadalupe años sin - cuenta’, un clásico del teatro colombiano, y la adaptación teatral de la obra de Gabriel García Márquez ‘La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y su abuela desalmada’, así como aquella pieza de teatro que gira en torno a los hechos de la Toma del Palacio de Justicia hace 35 años, ‘La siempreviva’, entre muchas más.
Con más de 40 años dedicados a la actuación, Ortiz inició en las tablas con las compañías de teatro en la década del setenta, en tiempos en los que el compromiso actoral estaba vinculado al quehacer político: participó en montajes del Teatro La Candelaria, el Teatro Libre de Bogotá y desempeñó labores como maestro de arte dramático para la Academia Superior de Bogotá.
En la historia cinematográfica de Colombia se le recuerda por su destacada participación en la película ‘La siempreviva’ y por su rol en la adaptación de la novela de Santiago Gamboa ‘Perder es cuestión de método’, dirigida por Sergio Cabrera y en apariciones en películas como ‘Edipo alcalde’, ‘El golpe de estadio’, ‘La vorágine’, entre otras.
‘Karmma el peso de tus actos’, ‘La historia de baúl rosado’, ‘La primera noche’, ‘Kalibre 35’, ‘Golpe de estadio’ y ‘La deuda’ son otros de los largometrajes en los que actuó.
Aunque, las nuevas generaciones lo reconocen por sus actuaciones en telenovelas como ‘La Hija del Mariachi’, ‘Chepe Fortuna’, ‘Pobre Pablo’, ‘Las detectivas y el Víctor’ y ‘Los Reyes’, entre otras, para aquellos que crecieron en los años noventa, lo podrán recordar por hacer parte de la serie ‘De pies a cabeza’.
Nunca dejó de prepararse, con talleres de arte dramático en Nueva York, Roma y México y estudió con maestros como Peter Brook, Darío Cook y Eugenio Barba. Se convirtió en un maestro de la actuación, trabajando tanto en México como en Colombia en la Escuela Nacional de Arte Dramático y en la Universidad Nacional. Y en 1992, al regresar de México, donde vivió ocho años, fundó la escuela teatral Caja de Herramientas, donde formó a actores como Flora Martínez, Miguel Varoni, Alejandro Aguilar, Angie Cepeda, Marcela Mar, Carolina Acevedo, Chichila Navia y Santiago Alarcón.
Una de sus últimas intervenciones en la pantalla, fue un breve pero emotivo papel en la serie de Netflix, ‘El robo del siglo’, basada en el multimillonario robo al Banco de la República de Valledupar en los años noventa. En él interpretó a un paciente renal, compañero de ‘Molina’, personalizado por Christian Tappan.
Precisamente, Tappan dice: “Tuve la fortuna de conocerlo grabando ‘Décimo grado’, cómo uno de los profesores y nos vimos por última vez filmando ‘El robo del siglo’. Maestro de muchas generaciones. Con el corazón arrugado te digo adiós”.
También la actriz Luces Velásquez, con quien conformó una pareja de ficción, la de doña Eulalia y don Carlos en la telenovela ‘La Hija del Mariachi’ (que actualmente se está retransmitiendo el Canal RCN), recuerda que “Él decía que yo era su esposa de la televisión. Hicimos otros personajes de pareja, pero estos se quedaron en la gente”.
Lea además: Sean Connery: adiós al último Caballero y el más entrañable James Bond