Un gran vacío y el sinsabor de tener que despedir a una gran cocinera y portadora de tradición, dejó la repentina muerte de Basilia Petrona Murillo López, la reconocida patrona y artífice de los más apetitosos platos típicos del Pacífico colombiano.
Fue en su restaurante ‘Basilia, Comida Típica Valle Pacífico’, ubicado en la tradicional plaza de mercado La Alameda, donde la respetada cocinera chocoana conquistó el paladar de miles de visitantes, durante más de 40 años de labores.
“Cálida, fraternal y buena relacionista pública. Era la relación del mar y el río, que a través de su conocimiento fue capaz de atizar fogones en un valle desconocido para ella, donde conjugó sus sabores con los de este territorio. Mostró con enorme alegría la cocina que amaba y a través de su puesto en la Galería Alameda, exaltó su nombre y el de otras mujeres de su pacífico”, destacó Martha Jaramillo, del restaurante El Ringlete, y su colega en uno de los gremios más valorados por los vallecaucanos.
Basilia era alegría, pero sobre todo sazón, y su amor a sus raíces a través de la cocina la hicieron merecedora de múltiples reconocimientos, entre ellos un Premio Nacional ‘La Barra’, 2019 -al ser considerada la Mejor Cocinera Nacional-, y una mención de honor hecha hace menos de un año por parte del Congreso de la República de Colombia, a través de la Cámara de Representantes.
Llegó a Cali siendo muy pequeña en edad, emprendiendo un viaje con su hermana desde Nóvita, un pequeño pueblo en el Chocó.
Llegó para nunca irse, y para fortuna de la región, pues esa pequeña de tez morena, y amplia sonrisa, decidida siempre a apostar por sus ideas, se convertiría tiempo después, en aquella imagen positiva, en la mujer al rescate de los sabores de su tierra, de su Pacífico y del departamento que la adoptó, el Valle del Cauca.
“Conocí a Basilia cuando estaba haciendo ‘Folclore en su salsa’, un programa de Televisión. La conocí siendo parte del Petronio Álvarez, en medio del agitado festival. Y cada vez que yo llegaba para entrevistarla, solo había una amplia sonrisa de bienvenida; mientras reía me decía que había llegado para espantarle la clientela con mis cámaras, pero daba igual, siempre me atendía”, cuenta Carolina Jaramillo, chef y gran amiga de Basilia, a quien sus consejos nunca se le hicieron muchos. “Basilia era famosa por su sancocho de pescado, su arroz de maíz, el atollado de mariscos. Así que siempre acudía a ella, cuando quería un par de buenas recetas”.
Cuenta Jaramillo que la experiencia más linda que tuvo junto a Basilia fue en 2021, en un evento que se llamó Cosechando Sabores, en la Galería Alameda, donde diez chefs junto a diez cocineras tradicionales, trabajarían en equipo. En aquella ocasión, ambas se escogieron. “Fueron tres días de aprendizaje, de preparaciones, de jornadas extensas, y siempre me dijo estar agradecida por haberme puesto la camiseta con ella, por haber cocinado, hombro a hombro, donde la una le aportó a la otra, y fue ahí donde finalmente se afianzó nuestra amistad”.
Desde ahí, las excusas siempre fueron muchas para pasar por la Alameda, “llevé a mis estudiantes muchas veces, y la visitaba cada que tenía algo que comprar. Basilia fue un ejemplo de vida, de perseverancia, y de sazón. Hablábamos mucho de lo que era ser mujer del Pacífico, de lo que era ser mujer en este gremio, así que me llevo muchas enseñanzas. Hace una semana hablé con ella, la llamé porque quería que me enseñara a preparar su arroz de maíz, y no pudo”, concluyó, entre lágrimas, Jaramillo, su coequipera cuando pudo, y su amiga para siempre.
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Otra de las mujeres que también hizo referencia al talento de Basilia, fue Maura de Caldas, reconocida portadora de la gastronomía tradicional del Pacífico colombiano, quien siempre dijo tener un profundo sentimiento de amistad y admiración por ella. “Le tenía mucha admiración porque cuando la conocí, era una muchacha joven, y cuando la volví a ver, lo había logrado todo con su esfuerzo. Era una persona muy agradable, sobre todo porque siempre llevaba una alegría muy bonita”.
Pero las voces de sus colegas no fueron las únicas que hicieron eco de la grandeza de Basilia. Brany Prado, director ejecutivo de Acodrés Regional Pacífico, resaltó la loable labor de Basilia, al salvaguardar siempre su tradición y apostar por la galería Alameda.
“Nos toma por sorpresa el fallecimiento de nuestra gran Basilia. Una mujer que le apostó a trabajar por la recuperación y por salvaguardar la cocina del Pacífico, quien aportó mucho al desarrollo de la plaza de mercado de Alameda y que impulsó todo lo que tiene que ver con el fortalecimiento de las cocinas tradicionales. Sin duda, nos deja una tarea: seguir con su legado, y en especial, acompañando a tantas cocineras tradicionales que le están apostando a salvaguardar nuestro patrimonio, la cocina ancestral, que finalmente es la que narra nuestra historia a través de los fogones. Hoy fijamos un nuevo compromiso con ella, con su legado y por supuesto, con su familia”.
Sazón y tradición
Lena Escobar, gran amiga de Basilia, y quien trabajó con la oficina de Turismo de Cali en el fortalecimiento y apoyo a plazas de mercado, conoció gran parte de su proceso. “Basilia inició asando arepas y carne, luego le dieron un puesto en el segundo circuito interno de la galería, y ahí comenzó a recrear lo que es la cocina popular casera. Con la Oficina de Turismo de la Secretaría de Cultura, en el 2010, entramos a hacer la caracterización, fortalecimiento y apoyo a los puestos de comida de las plazas de mercado, y entonces ahí fue cuando la conocimos. Basilia convirtió su espacio en un referente obligado de visita”.
HONRAS FÚNEBRES
Las honras fúnebres de Basilia se celebraron anoche con gualíes y alabaos, en la Funeraria Fraternidad. Hoy, en el Cementerio Metropolitano del Sur serán las exequias, a las 3:30 p.m. (Cremación).